La emergencia sanitaria a causa del nuevo coronavirus ha representado un reto de grandes proporciones para el sistema de salud en México, el cual padecía una importante carencia de trabajadores. Es por ello que tan sólo el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) ha contratado a cerca de 50,000 médicos con el fin de proporcionar atención a pacientes con la enfermedad.
Así lo informó el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien también detalló que a inicios del año, la carencia de trabajadores de salud rondaba los 240,000 y se pensaba en resarcir desde aquel momento; sin embargo, comenzó la contingencia sanitaria por la COVID-19 y complicó las cosas.
“No tenemos especialistas suficientes, en forma inmediata tuvimos que responder a la COIVD, con el Insabi y una de sus cuatro encomiendas fue que no hubiera carencia de médicos, enfermeras y demás personal de salud. En eso nos cayó la pandemia y aceleramos el proceso”, explicó el funcionario en conferencia de prensa vespertina.
El vocero del sistema de salud en el país también mencionó que la contratación de personal no ha terminado y resaltó que la importancia de este proceso es mucha, ya que no es posible hacer crecer los hospitales si no se cuenta con el personal capacitado, al cual han atraído por medio de la convocatoria de médicas y médicos del Bienestar.
Ante el panorama adverso por la falta de especialistas, López-Gatell mencionó que debido a la menor complejidad que implica el hecho de contratar médicos generales, se les ha entrenado para mejorar su atención a pacientes con coronavirus. “Obviamente no se puede reemplazar una especialidad médica, pero están bajo supervisión de especialistas”.
Otro problema que ha complicado las labores en torno a la COVID-19 en el país son las muertes del personal de salud debido a esta causa y es que la primera línea de defensa vive uno de los momentos más críticos, pues tan sólo en la semana del 23 de junio al 1 de julio se reportaron casi 100 decesos de profesionales de la salud por esta causa.
Hace una semana, el director general de Epidemiología, José Luis Alomía Zerraga, informó que había 584 defunciones por COVID-19 entre el personal médico y tras siete días esta cifra ascendió hasta los 683 casos. Del total de muertes, el 71% fue en hombres y el resto en mujeres.
Los fallecimientos se dieron de la siguiente manera: 41% fue en el área de enfermería, 29% en doctores y doctoras, 27% en sectores variados, 2% en laboratoristas y 1% en dentistas. Las entidades donde se registraron la mayor cantidad de decesos entre el personal de salud fue en el Estado de México, Puebla, Veracruz y la Ciudad de México.
Por otro lado, en los contagios acumulados del sector salud, los grupos de edad con mayor incidencia son los de 60 a 64 años y desde los 30 hasta los 44. El último dato es relevante, pues se trata de la población profesionalmente activa. Del total de casos, el 92% requirió atención ambulatoria, el 8% tuvo que ser hospitalizados y 243 de ellos fueron que ser intubados.
En cuanto a la población en general, a lo largo del territorio nacional han sido registrados 231,770 contagios, además de 28,510 defunciones, mientras que el “motor de la pandemia”, es decir, los casos considerados activos por presentar síntomas en los últimos 14 días, se encuentran en los 24,734.
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