El pasado 26 de junio, la Ciudad de México experimentó un ataque directo en contra del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien logró sobrevivir con tan solo tres impactos de balas, dos en la rodilla y uno en la clavícula. El ataque fue atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quien habría dado la orden de también incendiar la camioneta en la que viajaba el funcionario.
No es algo nuevo que el hoy secretario esté en la mira del crimen organizado, pues desde que era titular de la Agencia de Investigación Criminal ya tenía evidentes conflictos con los grupos criminales. De hecho, diversas células del CJNG han sido detenidas en la capital durante operativos coordinados y ordenados por García Harfuch, de acuerdo con El Universal.
Hasta el momento, los motivos del ataque no se han hecho públicos, pero fuentes allegadas dieron a conocer que la orden principal era clara: acribillar e incendiar la camioneta del secretario.
El Centro Nacional de Investigación había logrado interceptar líneas de comunicación de la organización delictiva, por lo que el funcionario estaba al tanto de que se gestaba un operativo de alto impacto en su contra. Sin embargo, desconocía el momento en el que intentarían concretarlo.
Para realizarlo se estima que al menos 39 hombres tuvieron que participar en el atentado. Con tres semanas de anticipación, los integrantes del grupo criminal comenzaron a llegar a la Ciudad de México y se alojaron en casas de seguridad y hoteles ubicados en la Gustavo A. Madero, Nezahualcóyotl, Toluca y la alcaldía Cuauhtémoc.
Para el operativo se habrían comprado de contado vehículos blindados y armamento de alto poder. Además de rentarse casas, una bodega y millones de pesos en pagos para los autores materiales, quienes obtendrían como mínimo 100 mil pesos por el trabajo.
En total fueron 13 vehículos, cinco fusiles Barret, un lanzagranadas, 34 armas largas, ocho cortas, siete granadas, 96 cargadores, 39 chalecos y 51 bombas molotov.
Por otro lado, la investigación reveló que los participantes estaban aleccionados para señalar como autor intelectual a otro criminal conocido: Nicolás Sierra Santana, “El Gordo Viagra”, jefe de la Familia Michoacana, quien actualmente se encuentra en conflicto con el CJNG por el dominio de la zona de Buenavista Tomatlán, Apatzingán, Nueva Italia y La Huacana.
Al frente de las decenas de hombres que intentaron asesinar al secretario de Seguridad estaba José Armando Briseño los Santos, quien es conocido como “El Vaca” y era ubicado por la procuraduría de la CDMX como operador del grupo jalisciense bajo las ordenes de Julio César Moreno Pizón, alias “El Tarjetas”, líder operativo en Guadalajara.
El atentado se llevó a cabo por medio de cuatro células con siete sicarios cada una. Muchos de ellos son jóvenes que forman parte del cártel y que se encargaron de establecer las rutas, horarios y puntos vulnerables de García Harfuch, de acuerdo con el columnista Hérctor de Mauleón.
El atentado, entonces, se concretó a las 6:35 horas del 26 de junio, cuando el vehículo donde viajaba el secretario fue cercado por otros dos. Los pistoleros dispararon al motor para inmovilizar el auto, mientras otros comandos atacaron por los costados a los pasajeros.
Aunque el objetivo principal solo recibió tres impactos de bala, su jefe de escoltas murió con 38 disparos en el cuerpo, de los más de 400 casquillos que fueron recogidos en el lugar de los hechos. Sin embargo, la orden principal no se pudo concretar, el auto no pudo ser incendiado.
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