Una serie de asesinatos de figuras públicas han puesto bajo la lupa al estado de Colima, entidad que a pesar de tener la menor área geográfica, posee la mayor tasa de homicidios en el país.
De acuerdo con los datos expuestos por la organización InSight Crime, la ubicación de Colima sobre invaluables corredores del narcotráfico es la clave para entender la violencia creciente en la entidad. “Un dudoso honor atribuible a la ubicación de Colima en la línea divisoria entre los territorios de los cárteles más peligrosos de México”, señala el análisis.
Según lo expuesto por el periodista Oscar Balderas, experto en crimen organizado, Manzanillo es la ciudad que sirve como punto de llegada a los químicos precursores procedentes de Asia y es punto de tránsito de drogas hacia Estados Unidos.
“El puerto de Manzanillo es uno de los más activos y codiciados por los carteles de la droga”, dijo Balderas a InSight Crime. En este sitio se han logrado algunos de los mayores decomisos de cocaína en la historia mexicana.
En este sentido, explica la fundación dedicada al análisis e investigación del crimen organizado, en 2016 Manzanillo fue el terreno de la disputa de poder entre el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa y los Zetas.
Asimismo, el pico de violencia pareció coincidir con los roces internos del Cártel de Sinaloa, pues la organización criminal se enfrentaba a la ausencia de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”. “Esa pugna interna permitió al CJNG hacer avances en Colima”, explicó Balderas a la InSight Crime.
Como resultado de estos hechos, en los cuatro primeros meses de 2016 se registraron 206 homicidios, cifra mayor a los 44 en el mismo periodo durante 2015. De acuerdo con el análisis:
Desde entonces, el panorama criminal de México ha presentado una facturación continua, que ha dado origen a células más pequeñas que recurren a la violencia performativa para ganar territorio y legitimidad, un fenómeno que también se ha abierto paso hasta Colima.
Colima ha encabezado la lista del índice per cápita de homicidios en México desde el 2016. Con una población de menos de 1,000,000 de personas, en 2019, registró una tasa de 96.7 asesinatos por 100,000 habitantes, superando con una amplia diferencia a Baja California, que se posicionó en segundo lugar en número de homicidios, con 79,9 muertes violentas por cada 100,000 habitantes.
Aunado a esto, la violencia en dicha entidad también se ve reflejada en los ataques hacia las mujeres, pues Colima es el estado que ha registrado más feminicidios que cualquier otro.
Asimismo, es una de las cinco entidades que concentra más del 50% de las fosas comunes clandestinas halladas durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México.
En retrospectiva, ese estado costero fue alguna vez considerado uno de los sitios turísticos más seguros y deseables del país, pues su tasa de homicidios a finales de 2015 era una tercera parte de lo que es hoy.
Paralelo a este incremento de violencia, recientemente se han perpetuado asesinatos en contra de líderes de alto perfil político y social en Colima. El pasado 16 de junio, el juez federal Uriel Villegas Ortiz y su esposa fueron abatidos por sicarios que dispararon más de veinte tiros.
Se conoce que Villegas Ortiz había fallado algunos casos relacionados con cabecillas del CJNG y el Cártel de Sinaloa.
Aunado a esto, las autoridades ya habían descubierto el cadáver de la diputada Anel Bueno en una fosa anónima. La funcionaria, días antes había sido secuestrada durante un evento promocional para un proyecto de saneamiento por la epidemia de COVID-19.
Villegas Ortiz y Bueno son apenas dos de por lo menos una docena de figuras públicas asesinadas en Colima desde 2010, lista que incluye abogados, funcionarios de secretarías y a un exgobernador del estado
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