Los restos de Gabriela Gómez Cervantes llegaron este sábado a su casa, en la comunidad de El Potrero del municipio de Xalatlaco, Estado de México, donde la esperaban sus hermanas, Tania, de 19, y Bethzaida, de 28 años, sus dos hijas, y el resto de su familia.
Fueron más de 30 horas las que tardó en volver a casa la joven de 26 años que murió la mañana del viernes en el fuego cruzado del atentado contra el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.
De acuerdo con El Universal, en el interior de la humilde vivienda de esta familia dispusieron, para ella, una mesa con un mantel blanco y flores de muchos colores para velarla esta noche y mañana sepultarla en el panteón municipal, en la misma tumba donde descansa su madre.
En la vivienda la esperaban cerca de 50 personas, algunas apostadas en la banqueta esperando recibirla, y otras que a lo largo de este día se fueron reuniendo en el patio de la casa, donde también habilitaron una lona y sillas para recibir a los dolientes.
El cuerpo de Gaby fue trasladado en una carroza blanca de la Agencia Funeraria Olimpia. La acompañó su esposo en el trayecto desde la Ciudad de México hasta el municipio mexiquense donde vivía.
Es la última vez que recorrerán juntos el camino que por 10 años transitaron juntos, pues cada mañana se preparaban para vender comida y salían del pueblo donde siempre habitaron hacia el metro Auditorio, en la capital del país.
Fue este sábado cuando este viaje rutinario se convirtió en una historia lúgubre para la familia de José García y Gabriela Gómez Cervantes, pues ella murió por el impacto de una bala perdida.
Para llegar a casa de la familia de Gaby, dos patrullas de la policía municipal escoltaron la carroza que transitó por los pocos caminos de asfalto que destacan en una comunidad sumida en la pobreza, donde prevalecen casas en obra negra y terrenos baldíos.
Sus hermanas, sus amigos, familiares, y personas allegadas se disponen a realizar la velación durante lo que resta de este sábado y mañana acompañarla a la que será la última morada en el panteón municipal.
A Gabriela la recuerdan humilde. Cuando era muy pequeña falleció su madre y, debido a que su papá se desentendió de ella y sus hermanas, tuvo que buscar la manera de ganarse la vida.
El puesto de tlacoyos y quesadillas que hoy no pudo abrir fue el mismo que la acompañó siempre y con el cual esperaba sacar adelante a sus dos hijas.
“Que nos apoyen en lo que puedan, ella perdió la vida sin querer, sólo iba a ir a trabajar y de repente la mataron, necesitamos apoyo del gobierno”, pide Petra Velázquez, abuelita de la víctima, en entrevista con El Universal. Ella también pide a las autoridades un apoyo económico para las niñas huérfanas.
Román García, cuñado de la víctima, recuerda que Gabriela y su familia salieron de su casa en Xalatlaco, Estado de México, a las 05:00 horas, en un auto modelo Aveo.
El conductor era mi hermano José, Gabriela venía de copiloto y sus dos hermanas en la parte de atrás; iban bien, salieron a buscar el pan y mire con lo que se encontraron
Además de la muerte de Gabriela, el atentado hirió en un brazo a su hermana Tania, mientras que su esposo José y su hermana Bethzaida fueron detenidos como testigos en la Fiscalía capitalina, aunque ya fueron dejados libres.
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