En México, la disponibilidad de camas pasó de 1.8 a 0.9 por cada 100,000 habitantes, del 2010 al 2020, es decir, la capacidad hospital hospitalaria registró una reducción de 50%, de acuerdo con datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
La capacidad hospitalaria por institución es variable, en el caso de los hospitales de Petróleos Mexicanos (Pemex) reportan 4.32 camas por cada 1,000 derechohabientes, mientras que IMSS Bienestar, atiende a población vulnerable, cuenta con 0.2 camas por cada beneficiario.
La recomendación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es que sean 4.7 unidades por cada 1,000 personas y 3.4 médicos.
En el estudio Infraestructura en México: prioridades y deficiencias del gasto público refiere que entre los indicadores están que 20% de los nosocomios de la Secretaría de Salud, con un total de 3,635 camas, se encuentra fuera de operación y su programa de Mantenimiento de infraestructura equivale a 0.8% de la inversión.
En la última década, la inversión en el sector salud disminuyó 57.2 por ciento.
Gasto público
Del 2013 y 2020, la economía registró un crecimiento promedio de 2%, mientras que el gasto en infraestructura disminuyó 40% y representa el 1.5% del Producto Interno Bruto, mientras que para las economías asiáticas destinan anualmente 10 por ciento.
Héctor Villarreal, director general del CIEP, indicó en videoconferencia que “la caída en el gasto en obra pública se debe a que el espacio fiscal se ha reducido año con año, al aumentar los pasivos y obligaciones financieras del Estado. La crisis actual sólo profundiza una tendencia previa”.
El gasto en obra pública debe competir con otras necesidades como son la salud, educación, seguridad, entre otras. “El dilema está enfrente: o construimos un estado social o nos ponemos a invertir seriamente en infraestructura. No alcanza para las dos cosas”, puntualizó el director general del CIEP.
En siete años, el 82% de los recursos se concentra en cinco sectores: energía (47%), vivienda (21%), comunicaciones y transportes (9%), educación (3%) y salud (2%). En el caso del último rubro ha ocasionado que se reduzca la capacidad hospitalaria en el país.
El sector energético es donde se destina casi la mitad de los recursos invertidos, la producción energética cayó 30%. Lo anterior es consecuencia de que el 15% del total de los recursos destinados a dicho ramo no se destinan en infraestructura, sino en pago de pasivos y pensiones. Es un rubro que tuvo un descenso de 52% en términos reales.
En el caso del rubro educativo, en la última década el gasto se redujo 4.8% anualmente y el de infraestructura fue del 16.3%. La situación contraria la vivió el sector de comunicaciones y transportes, al incrementar 8% la longitud de la red nacional de carreteras.
El CIEP indica que son cinco tipos de gasto público de deben ser revisados y ejecutados de manera eficiente para que el país tenga un sistema fiscal más sólido y equitativo: educación, pensiones, salud, seguridad e infraestructura.
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