Este viernes 19 de junio, un grupo de hombres armados llegó al municipio de Caborca, en el estado de Sonora, e inició un escenario de terror: hombres asesinados y torturados sobre la carretera, vehículos calcinados, y gasolineras y casas incendiadas.
La masacre dio de qué hablar: fue difundida por medios y en redes sociales, donde se discutió del nuevo enfrentamiento entre dos grupos criminales del narcotráfico en México.
“Esto es Sonora, esto es México, esto es mi pueblo, aquí vivo yo, aunque usted no lo crea”, escribió Adrián LeBarón en su cuenta de Twitter después de uno de los hechos.
Durante la matanza, la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y Seguridad informó sobre el desplazamiento de diferentes corporaciones policiales, de los tres niveles de gobierno, a Caborca. Nadie fue. Esa noche del viernes no habían autoridades.
Los incidentes violentos no han sido aislados ni únicos. En el municipio de Caborca se ha registrado varios enfrentamientos en los últimos meses, y se sospecha que los protagonistas son un grupo nuevo contra uno establecido.
De acuerdo a la Fiscalía General de la República (FGR), el Cártel de Sinaloa es el grupo criminal con más poder y control en Sonora. “Los Chapitos”, liderado por los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, es uno de los subgrupos del cártel con mayor presencia en el estado.
El Cártel de Caborca, el nuevo en la escena, es presuntamente liderado por Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”. Sin embargo, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) considera a Caro Quintero como uno de los líderes del Cártel de Sinaloa.
Los escenarios de terror y las masacres sugieren que Caro Quintero está iniciando una guerra contra “Los Chapitos”: mensajes atribuidos al Cártel de Caborca continúan apareciendo en incidentes violentos.
“Somos la gente de Caro Quintero. Esta plaza nos pertenecía y ahora todos aquellos productores, comerciantes, mineros de la región, tendrán que pagar la plaza. Aquí estamos para limpiar. Somos La Barredora [...] Todos juntos somos el Cártel de Caborca y por lo pronto seguiremos en sus campos y sus casas...”, decía una manta al lado de restos humanos en hieleras sobre el puente de El Mechudo.
Todo indica que Caro Quintero ha regresado por territorios que “le pertenecen”.
Según el periodista Héctor de Mauleón, en su columna de este martes para El Universal, “El Narco de Narcos” tenía el control de Caborca durante la década de los ochenta, su época con mayor poder.
Desde hace años, Caborca ha sido identificado como el centro de operaciones de Caro Quintero. En esa localidad, el supuesto líder del Cártel de Sinaloa controla la siembra, el cultivo, y cosecha de marihuana.
Su dominio en la zona ha sido absoluto. Según atestiguan pobladores, cuando el grupo del “Narco de Narcos” llega, nadie se cruza en su camino.
Las pistas de la actividad del capo mexicano en el sitio han sido evidentes. Por ejemplo, en Sonora, la venta de automóviles lujosos ha sido acaparada por Caborca, tierra de ganaderos, quienes no podrían ser los adquirientes. Además se ha incrementado sustancialmente la compra-venta de ranchos, que se llegaron a vender al doble de su costo, y tampoco los compradores son ganaderos.
Mauleón afirmó que la Policía Federal (PF), en el 2018, trató de capturar a Ismael Zambada García, “El Mayo”, líder del del Cártel de Sinaloa. El operativo fallido en Culiacán detectó la presencia de camionetas blindadas escoltadas por autoridades de la entidad federativa, Sinaloa.
Antes de poder capturar a “El Mayo”, éste se fugó. Sin embargo, a través de las investigaciones, la PF descubrió que en realidad se trataba de Caro Quintero, quien se mantenía protegido en Culiacán por los grupos de Zambada García y “Los Chapitos”, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán-Salazar.
Hoy, la amistad entre los tres parece haber terminado, de acuerdo con autoridades federales. Desde el “Culiacanazo”, el operativo fallido el pasado 17 de octubre para intentar capturar a Ovidio Guzmán López, donde supuestamente “El Mayo” abandonó a “Los Chapitos”, ha habido rupturas dentro del cártel.
Sonora, siendo un estado fronterizo, es un punto privilegiado y estratégico para grupos narcotraficantes. En la entidad, el Cártel de Caborca, liderado por Caro Quintero, se enfrenta contra “Los Salazar”, otra ala del Cártel de Sinaloa originaria del municipio de Chínipas, Chihuahua.
“Aquí nadie quiere hablar. Todo está tomado por ‘ellos’. La gente tiene miedo de que le maten a sus familias”, le explicó un periodista local a Mauleón.
El Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública (SESNSP) declaró que durante los primeros cinco meses del 2020 los homicidios registrados en Sonora aumentaron un 40% comparados con aquellos registrados en las mismas fechas del año pasado.
“Desde fines del año pasado, la violencia escala como nunca. Las muertes y los enfrentamientos ocurren todos los días. Ahora los narcos irrumpen hasta en las cabeceras municipales, y se mueven en ellas con total impunidad, y durante varias horas, seleccionando a quiénes van a ejecutar”, escribió Mauleón.
“Los habitantes mejor callan. Saben que todo está tomado por ‘ellos’. Saben el precio que se paga por decir lo que todos saben”.
Caro Quintero quiere tener el control del codiciado estado mexicano. Según la DEA, el Cártel de Sinaloa es el principal grupo de narcotráfico que ingresa droga de Sonora a los Estados Unidos a través de Arizona.
Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”, fue liberado de prisión en 2013 por “violaciones al debido proceso”: el argumento de los jueces fue que el criminal debió ser juzgado por tribunales estatales y no federales.
El fundador y líder del extinto Cártel de Guadalajara fue detenido en 1985 por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena, por lo cual EEUU tiene una orden para extraditarlo.
El gobierno estadounidense ofrece una recompensa de USD 20 millones por su captura. En contraste, la recompensa por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, es de USD 10 millones, y por “El Mayo” son USD 5 millones.
Entre otras acusaciones que enfrenta Rafael Caro Quintero destaca aquella que refiere que desde 1980 mantiene el liderazgo del Cártel de Sinaloa, incluso desde la prisión, con lo cual habría generado cientos de millones de dólares.
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