El Estado de México contempla la reapertura gradual y regional de actividades públicas siguiendo los criterios trazados en el Plan para el Regreso Seguro a las Actividades Económicas, Sociales, Gubernamentales y Educativas, publicado en la Gaceta de Gobierno.
Este plan no se ciñe a fechas determinadas, sino que establece lineamientos y restricciones que deberán acatarse según se transforme el semáforo epidemiológico estatal y los cuatro semáforos regionales correspondientes a la zona metropolitana del Valle de México, la zona metropolitana del valle de Toluca, la zona norte y la zona sur del estado.
Por el momento, los cinco semáforos permanecen en rojo, nivel de máxima alerta sanitaria.
A la fecha, la entidad acumula 25,227 casos positivos de COVID-19, 2,222 defunciones, y 12,785 contagiados dados de alta. Ecatepec de Morelos es el municipio con más defunciones, seguido por Nezahualcóyotl, Ixtapaluca, Tultitlán, Atizapán de Zaragoza, Toluca, Chalco, Valle de Chalco, Chimalhuacán, Tlalnepantla y Naucalpan.
La reactivación de actividades no esenciales se dará conforme a restricciones de aforo y se flexibilizará gradualmente según disminuya el riesgo.
De acuerdo con el Plan, cuando se anuncie el inicio del semáforo naranja, catalogado como momento de “alto riesgo”, se reabrirá la industria manufacturera, el comercio al por mayor y al por menor, los espacios de venta de alimentos preparados, servicios de hospedaje, centros y plazas comerciales. Todos con un máximo del 30% de aforo, de manera que sea posible garantizar la sana distancia.
Al respecto, el director general de Comercio de la Secretaría de Desarrollo Económico mexiquense, Juan Pedrozo, pidió a los 125 municipios ser cuidadosos con la reapertura gradual de actividades comerciales.
En el estado existen cinco centrales de abasto (Toluca, Ecatepec, Tultitlán, Atizapán de Zaragoza y San Vicente Chicoloapan), 1,605 bodegas, 1,480 locales comerciales y 64 rastros, según informó durante su participación en el seminario “Retos de las administraciones municipales ante el COVID-19”, organizado por el Instituto de Administración Pública del Estado de México.
Cuando los semáforos ingresen a la fase de “riesgo medio”, identificada con el color amarillo, podrán reabrir los corporativos y servicios profesionales, científicos y técnicos; las peluquerías y salones de belleza, lavanderías, locales de mantenimiento y de reparaciones mecánicas. Todos con un aforo máximo del 60 por ciento.
Finalmente, en el semáforo verde, momento de “bajo riesgo”, se reanudarán actividades recreativas, deportivas y culturales, en tetaros, foros, auditorios, cines, gimnasios, zoológicos, balnearios, albercas públicas, vapores, spas, bares, cantinas, discotecas, centros nocturnos, centros de apuestas y billares, así como en cualquier otro establecimiento que no haya abierto durante los semáforos anteriores. En este periodo no habrá restricciones de aforo.
En un video difundido en su canal de YouTube, el gobernador Alfredo del Mazo Maza recordó que todo el país sigue en semáforo rojo, etapa de máximo riesgo de contagio, por lo que aún no se puede regresar a actividades normales.
“Hemos observado que ha aumentado la movilidad en todas las regiones del estado. Recordemos que para poder avanzar en el semáforo es necesario que disminuya el riesgo de contagios y el porcentaje de hospitalización. Si hoy empezamos a salir y a relajar las medidas de aislamiento, veremos el aumento de contagios y de enfermos dentro de dos semanas”, señaló el mandatario.
El plan contempla que durante los semáforos rojo y anaranjado, el transporte público operará con el 50% de su capacidad en el caso de autobuses y microbuses, y los taxis podrán ser abordado únicamente por tres personas. Con el semáforo amarillo se establece un límite del 75% en autobuses y 100% en microbuses. Todas estas limitaciones se levantarán con el semáforo verde.
Los parques y áreas públicas permanecerán cerrados durante el semáforo rojo (únicamente abrirán para sanitización y limpieza). Será durante el semáforo naranja y amarillo que abran con restricciones de aforo de 30% y 60%, respectivamente, limitación que se establecerá mediante horarios restringidos.
Las actividades de gobierno durante el periodo de máximo contagio están limitadas a aquellas que son esenciales para atender la contingencia sanitaria y a labores de seguridad pública, procuración e impartición de justicia, atención a víctimas y búsqueda de personas. A partir del semáforo naranja, reanudarán actividades todas las áreas de gobierno, sin contemplar a los servidores públicos que pertenecen a la población vulnerable.
El regreso a actividades educativas será determinado por las autoridades de salud en función del riesgo sanitario, por lo que deberán desarrollarse de manera no presencial hasta nuevo aviso.
El Estado de México se mantiene en coordinación con la Ciudad de México para la reapertura de la zona metropolitana del valle de México, dada la dinámica social, económica y de movilidad que relaciona estrechamente a estas entidades.
¿Cómo deben operar las actividades esenciales durante el semáforo rojo?
En todos los espacios públicos se deberán respetar las medidas de prevención e higiene, mismas que son el lavado de manos, la limpieza regular de espacios, el distanciamiento físico y el uso de cubrebocas. Pero, en la medida de lo posible, debe privilegiarse el confinamiento en casa.
Las actividades económicas se reanudarán estableciendo filtros de ingreso, asegurando la sana distancia, modificando los horarios de entrada y salida para evitar aglomeraciones de personas y dando capacitaciones se seguridad sanitaria.
Para las actividades mineras y de construcción, el reglamento mandata que se instale un punto de desinfección por cada 15 trabajadores y que se limpien constantemente las herramientas y máquinas de uso común. Se deberán evitar concentraciones de más de 10 personas e impedir el ingreso de gente ajena al centro de trabajo, así como establecer horarios escalonados en obras con más de 50 trabajadores.
En las unidades de fabricación de equipo de transporte se deberá poner barreras físicas para mantener distancia entre los trabajadores, establecer protocolos sanitarios para áreas de carga y flujo de transportistas, impulsar estrategia de puertas abiertas para el flujo de aire natural, e implementar horarios de entrada y salida que eviten aglomeraciones.
Además, las grandes empresas deberán colaborar en el blindaje sanitario de las pequeñas y medianas empresas que participan en su cadena de proveeduría.
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