Ejidatarios y productores de San Nicolás Totolapan, en la alcaldía Magdalena Contreras, en el suroeste de la Ciudad de México, denunciaron el asesinato del empresario Andrés Arreola, sucedido el 19 de junio en el paraje El Cofre, kilómetro 12 de la carretera Picacho Ajusco.
El responsable del homicidio escapó por el bosque a pesar de que ejidatarios y policías presentes en las inmediaciones intentaron detenerlo. Durante la persecución hubo intercambio de disparos.
Según se dio a conocer esta tarde, Andrés Arreola era productor de Televisa y fue colaborador de Estrellas TV. Además, se dio a conocer que durante los hechos también resultó lesionada por arma de fuego una mujer de nombre Leticia Camarillo Gutiérrez.
El ataque sucedió después de que el empresario, acompañado por miembros del ejido Héroes de 1910, integrantes de la representación ejidal de Totolapan y policías de la Ciudad de México, se presentó en el paraje ubicado al interior del ejido y la Reserva ecológica de San Nicolás Totolapan.
En el lugar se encontraban 25 productores realizando labores para la siembra de avena, quienes explicaron en un comunicado público que una persona externa al grupo atacó al empresario momentos después de que se encontraran con él.
Previo al ataque, los ejidatarios de Héroes de 1910 que acompañaban a Arreola afirmaron ser propietarios de las tierras y argumentaron tener el aval del comisariado ejidal de San Nicolás Totolapan, Rodolfo Terán.
Sin embargo, los ejidatarios de Totolapan acreditaron ante la policía, con documentos oficiales, que la posesión del terreno corresponde al ejidatario Osvaldo Fuentes, de San Nicolás.
Las tierras en cuestión fueron invadidas en mayo de 2019 por miembros del ejido Héroes de 1910, que afirmaron ser dueños también de otros terrenos en los parajes El Albergue, Monte Alegre, El Huarache, El Saúco, Los Magueyitos y El Cofre, reclamando una superficie de aproximadamente 800 hectáreas, según denunciaron en su momento los ejidatarios de Totolapan.
La parcela de Osvaldo Fuentes fue recuperada el 20 de abril de 2020 mediante labores colectivas, y en aquel momento se denunció que el terreno había sido contaminado y talados varios árboles en su interior de manera ilegal.
En su comunicado, los integrantes del ejido de San Nicolás Totolapan lamentaron profundamente los hechos de violencia y manifestaron preocupación por la seguridad de su pueblo, particularmente de los productores que han participado en la defensa de los límites del ejido.
En El Sauco, otro paraje de su comunidad afectado por invasiones, se ubica uno los principales manantiales que surten de agua potable al pueblo.
También exigieron a las autoridades que se garanticen medidas de protección para los defensores del territorio, en vista del aumento de violencia, invasiones, delitos ambientales, despojos e impunidad en la zona.
Este asesinato se suma a otros actos de violencia que se han suscitado en la región, límite entre las alcaldías Tlalpan y Magdalena Contreras. El pasado 27 de mayo, policías fueron golpeados por un grupo de talamontes luego de que se decomisara un cargamento ilegal de madera. Uno de estos policías falleció días después a causa de las lesiones que le fueron infringidas.
La denuncia emitida este viernes fue replicada por el Congreso Nacional Indígena, organización con la que se han articulado los ejidatarios para frenar el despojo de su territorio. Ya en diciembre de 2019 la organización nacional denunció que dos ejidatarios de San Nicolás recibieron amenazas de muerte por su lavor de defensa de los límites territoriales.
San Nicolás Totolapan es un pueblo reconocido desde 1534 en un códice Techialoyan y cuenta con una Merced Real de 1563. En 1924, la comunidad recibió una dotación ejidal y en 1938 una ampliación, según especifico un representante ejidal durante la Cátedra Juan Chávez Alonso, convocada por el Congreso Nacional Indígena y celebrada en Chiapas en 2013, con la participación del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
En las tierras ejidales y reservas ecológicas de este y otros pueblos en las faldas del Ajusco, se cometen múltiples delitos ambientales que han aumentado en los últimos meses, como la tala clandestina, el establecimiento de asentamientos irregulares y el depósito de cascajo.
En 2012 se denunció la descarga de 105 mil metro cúbicos de cascajo y tierra producidos durante la construcción de la Supervía Poniente, que fueron depositados en una zona de pedregal cercana al volcán Xitle, según registró la Comisión de Recursos Naturales de la Ciudad de México.
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