Yeidckol Polevnsky ha sido una figura que genera polémica en todos los estratos en los que se desenvuelve. Tejió sus alianzas desde la cúpula empresarial con el entonces jefe de gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador.
El 3 de marzo de 2005, siendo candidata del PRD a la gubernatura del Estado de México, reveló que ese no era su nombre original. Fue registrada con el nombre de Citlali Ibáñez Camacho, y explicó que el cambio de nombre se debió a que fue objeto de violencia sexual.
Cuando era una niña de 12 años quedé embarazada. Mi embarazo, a esa edad, fue un acontecimiento traumático que marcó mi vida y afectó a toda mi familia. De las escuelas a las que asistíamos, tuvimos que salir por mi embarazo. Recorrimos muchas. Y aunque estudiaba y actuaba correctamente, era juzgada y condenada. En esas circunstancias, para protegernos mi madre tomó la decisión de cambiarme de nombre. Me puso Yeidckol
Yeidckol tiene significado hebreo y quiere decir “el llamado de Dios” y es el que utiliza para cualquier efecto legal y por ende lo usó para registrarse en la contienda electoral mexiquense. Sus apellidos Polevnsky Gurwitz, detalló, son de origen polaco.
Tiene tres identidades, dos edades y tres abuelos, según distintas actas de nacimiento, una de cuyas copias tiene Infobae México.
La primera dice que es Citlali del Carmen Ibáñez Camacho, nacida a las tres de la tarde del 25 de enero de 1958. Su padre es Cuitláhuac Ibáñez y su madre Guillermina Camacho, y su abuelo se llamaba Maximino Camacho, como consta en el acta emitida por el juez Agapito González el 3 de junio de ese año, que se encuentra en el libro 9, foja 363, disponible en el Registro Civil del gobierno del Distrito Federal.
También es Citlali Ibáñez Ávila, nacida en la misma fecha, pero a las ocho de la noche y su abuelo se llamaba Maximino Ávila Camacho. Así se establece en el acta expedida en octubre de 1962, por Benigno Jiménez, del juzgado décimo, disponible en el libro 23, foja 208.
Una tercera acta, emitida el 19 de abril de 1963 ante el juez décimo de registro civil, Manuel Andrés Pérez, registra a Citlali Ibáñez Ávila, pero el nombre de su abuelo es Maximino Ávila. En estos dos últimos registros su padre es Cuitláhuac Ibáñez y su madre Guillermina Ávila.
Otro factor importante a considerar es que eligieron un nuevo nombre y apellido polacos, cuando las raíces de su nombre original eran 100% mexicanas. De hecho, sus hermanas conservan sus nombres de procedencia completamente mexicana: Guillermina, Yólotl y Tonantzin.
Durante esa misma conferencia de prensa, también aceptó no estar titulada, pero aclaró que no cometió ningún delito como presidenta de Canacintra, porque sus estatutos no obligan al dirigente a tener la licenciatura.
Sostuvo que en su cambio de nombre no hay nada ilegal y que se mantendría en la contienda por la gubernatura mexiquense donde ha vivido los últimos 25 años, elección que finalmente perdió ante Enrique Peña Nieto.
No hay dos personalidades jurídicas; cuando una persona se cambia de nombre (su identidad), es exactamente el nombre por el que se cambió. Estoy dispuesta a trabajar, a luchar y a vencer. He enfrentado la adversidad siendo una niña, hoy siendo una mujer adulta, y teniendo el apoyo de la familia, el apoyo del PRD, no hay nadie que me pueda detener
Judía de religión, a la que se convirtió, la expresidenta de Canacintra afirmó que en su candidatura contaba con el respaldo de dicha comunidad: “Me ha ofrecido todo su apoyo, no he pedido apoyo económico porque yo creo en el apoyo de las personas”.
Hija de la señora Guillermina Camacho Amezcua y el coronel Cuitláhuac Ibáñez Treviño, tuvo una infancia difícil, primero el inestable matrimonio Ibáñez-Camacho culmina en divorcio cuando Yeidckol (entonces Citlali) aún era una niña de 5 años, en una época en la que era mal visto que las mujeres se separaran de sus esposos.
Ese fue un hecho traumático; una de las muchas diferencias entre mis padres era si mi madre pertenecía o no a la familia Ávila Camacho. Es debido a esa diferencia que se hicieron diversas actas de nacimiento para nosotras cuatro
Teniendo que abandonar la escuela y, aunado a las dificultades anteriores de su vida, su madre tomó la medida desesperada de proteger a su familia del escarnio público, cambiándole el nombre a ella y adoptar al hijo de Yeidckol como propio.
Ese acontecimiento dramático marcó mi vida y afectó a toda mi familia. De las escuelas a las que asistíamos tuvimos que salir por mi embarazo; recorrimos muchos planteles, y aunque estudiaba y actuaba correctamente, era juzgada y condenada”, agregó.
Dijo que su caso no es único y lamentó que en nuestra sociedad existen miles de casos de violencia intrafamiliar, así como de exclusión y violación de derechos humanos de las mujeres que han sido víctimas y a las que se les estigmatiza por ser divorciadas.
Ese fue un hecho traumático; una de las muchas diferencias entre mis padres era si mi madre pertenecía o no a la familia Ávila Camacho. Es debido a esa diferencia que se hicieron diversas actas de nacimiento para nosotras cuatro
No obstante, prefirió no abundar sobre su vínculo con la familia de Maximino Ávila Camacho, hermano del ex presidente Manuel Ávila Camacho, “porque ni mis hermanas ni yo hemos usado el apellido Ávila Camacho; hablar de eso le corresponde a Manuel (el menor de los 13 hijos reconocidos por Maximino)”, dijo.
Sobre sus dos hijos Larry y Sherly, de los que se embarazó a los 12 y 14 años, respectivamente, dijo que al convertirse en madre era tan joven que legalmente estaba impedida para registrarlos con sus apellidos; fue su mamá Guillermina y el segundo esposo de esta última quienes los registraron como propios.
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