Como parte de las actividades del Día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas 2020, que tendrá lugar el viernes 26, la Oficina de las Naciones unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alertó en un documento que la crisis económica y el desempleo generados por el COVID-19, provocarán que más personas se enlisten en el crimen organizado y que campesinos se dediquen a la siembra de cultivos ilícitos como marihuana o amapola.
La Organización de las naciones Unidas (ONU) indicó en su reporte “COVID-19 y la Cadena de Suministros de Drogas: de la Producción y el tráfico al Consumo” que a México le espera una reducción de 6.5% de su Producto Interno Bruto (PIB), la pérdida de hasta 14% de empleos formales y un aumento en la población en pobreza y pobreza extrema.
“Se espera que la crisis económica propicie un mayor uso de sustancias ilegales para acoplarse a las dificultades. Asimismo, se prevé un incremento en el uso de drogas más económicas”, detalló el reporte consultado por El Universal.
Este incremento en el consumo de drogas en el mundo, advirtió que se deberá a una sobreoferta a menor precio una vez que se levanten las restricciones, particularmente en la frontera entre México y Estados Unidos.
De igual manera, precisó que el freno a la movilidad afectó el tránsito de cargamentos de droga por los países, tanto por vía terrestre como aérea, lo que ha impactado a los grupos delictivos.
Ante ello, indicó que las organizaciones criminales se diversificaron hacia otras actividades como el tráfico de medicamentos, gel antibacterial, cibercrimen, medicamentos falsificados, además de las “narcodesdepsas”, utilizadas en su mayoría para promover su imagen, principalmente en las entidades de Michoacán, Jalisco, Veracruz y Tamaulipas, donde entregaron víveres a la población más humilde.
“Han llenado vacíos del Estado al proveer comida y servicios a la población vulnerable durante el confinamiento, ganando terreno en territorios y poblaciones en disputa”.
La UNODC reiteró que durante el distanciamiento social aumentó la demanda de productos cannábicos, a la vez que se registró una importante baja en la demanda de drogas para el uso recreativo, por el cierre de centros nocturnos, festivales de música, entre otros.
También pudo observarse que “ante restricciones en la oferta, los consumidores han reemplazado el uso de drogas convencionales con sustancias caseras y otros fármacos con mayor riesgo de sobredosis, como es el caso del fentanilo. Esta dinámica también ha propiciado el compartir jeringas y otros instrumentos, lo que eleva el riesgo de contraer enfermedades”, indicó el reporte.
Narcotráfico afectado por el COVID-19
Un análisis de la base de datos actualizada esta semana por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), dio a conocer que de enero a abril se registraron 12,544 de estos delitos comparados con 16,639 del mismo periodo del año anterior.
En el segundo mes de la pandemia de COVID-19 en México, se reportaron 2,364 de estos crímenes, un 33.5% menos que en marzo y un 37.67% menos que en abril de 2019.
“Claramente sí bajó la demanda porque muchos de sus lugares de trabajo son restaurantes, bares, y todo esto está cerrado”, explica a Efe Vidal Romero, director del Centro de Estudios sobre Seguridad, Inteligencia y Gobernanza (CESIG) del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
Otra muestra de la afectación es la reducción de decomisos en puntos de revisión de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Comparado con el mismo periodo del año anterior, en el primer cuatrimestre de 2020 la cantidad de marihuana confiscada en esos puntos reportada por la CBP disminuyó en 18.71%, la de cocaína 30.85% y la de heroína 33.33%.
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