Tortura, extorsión y abusos: así opera Borüs, un supuesto cuerpo policial de élite de la CDMX

Borüs es una suerte de grupo que presuntamente hace trabajo de “inteligencia y solo le informan al secretario de Seguridad en turno

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Así opera el Grupo Borüs en la CDMX

En la Ciudad de México existe, presuntamente, un grupo de policías “élite” que opera en las sombras y sería responsable de violación de derechos humanos y abuso policial. De acuerdo a lo publicado por el Semanario Proceso, dicho grupo se llama Borüs y según testimonios, sería responsable de asaltos, tortura y extorsión.

“Borüs es una suerte de grupo clandestino que presuntamente hace trabajo de “inteligencia”; sus integrantes se mueven sin uniforme, sin vehículos oficiales y sin permiso de nadie; sólo le informan al secretario de Seguridad en turno”, publica el semanario. También explica que como medida de protección hacia los periodistas que trabajaron en el caso, no se firma el reportaje.

Según los testimonios de José Alejandro de 34 años y Juan José de 36, fueron detenidos por integrantes de Borüs , en abril pasado, cuando caminaban por las calles de la colonia Morelos en la capital mexicana; los acusaron de narcomenudeo pero ellos negaron los hechos y ante el Ministerio Público denunciaron tortura y abuso de autoridad.

(Foto: Captura de pantalla)
(Foto: Captura de pantalla)

Los consignaron con varias dosis de mariguana y cocaína así como dos armas de fuego, escuadras calibre 9 milímetros con cartuchos útiles. De acuerdo a las declaraciones de los detenidos, asentado en la carpeta de investigación, los dos hombres fueron torturados dentro de la patrulla para que confesaran que pertenecían al cártel de La Unión Tepito y que la droga era para la venta al menudeo.

De acuerdo con lo narrado por los detenidos, ellos negaron pertenecer a dicho grupo criminal pero siguieron golpeandolos. Pidieron auxilio a gritos y los callaron “a patadas”. La confesión la obtuvieron bajo tortura, indica el expediente, pero una vez que estuvieron frente al Ministerio Público, uno de los detenidos pidió ayuda médica para que atendieran el sangrado que tenía.

“Los torturaron, les hicieron de todo y ahora nos dicen que no hay un solo responsable a quien denunciar; a mi sobrino le desgraciaron la vida y no es justo, es un padre de familia que sólo fue a una fiesta”, dijo al semanario un familiar de los imputados.

Cuando empleados de la fiscalía investigaron quiénes era los policías que los consignaron, encontraron que pertenencian al Grupo Borüs. Sin embargo, no encontraron el Informe Policial Homologado, ni los nombres de los responsables, ni a un comandante o a un responsable al cual notificar de los abusos que se habían cometido contra los imputados, quienes luego de las revisiones médicas quedaron en libertad, al acreditarse el abuso de autoridad.

Violencia “naturalizada”

Las violaciones de derechos humanos por agentes del orden han crecido en el contexto de la polémica ofensiva militar contra el crimen organizado que México mantiene desde 2006.

Más recientemente, entre el 1 y 5 de junio, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (estatal y autónoma CNDH) recibió 21 quejas de detenciones arbitrarias efectuadas por instituciones de seguridad y justicia.

Tania Reneaum, directora ejecutiva de Amnistía Internacional México, señala que estos arrestos “son una práctica cotidiana y casi naturalizada” en el país.

Entre 2001 y 2017 se acumularon 13.262 quejas por detenciones arbitrarias, dos diarias en promedio, según estudios de la CNDH.

“En México, primero se detiene y luego se investiga y, en muchas ocasiones, se fabrica a los culpables”, indica Reneaum.

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