Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción de la Salud, presentó una revisión del semáforo de riesgo epidémico para COVID-19 en México.
La metodología sobre cómo se construye el semáforo consiste de cuatro indicadores: la ocupación hospitalaria (50%), la tendencia del síndrome COVID-19 (20%), que son los casos sospechosos registrados en la plataforma Sisver, la tendencia de hospitalizados (20%), y la positividad al virus SARS-Cov-2 (10%).
Los porcentajes representan el peso de la calificación final que se le da a cada entidad federativa del país. La ocupación hospitalaria ocupa la mitad de la calificación porque “es la capacidad que tiene cada estado para dar respuesta a los casos graves que se estén diagnosticando en sus estados”.
Los porcentajes, de acuerdo a Cortés Alcalá, indican si los factores están en ascenso, en estabilidad, o en descenso. Explicó que dentro de los niveles de riesgo epidémico se sigue respetando el principio de máxima precaución al otorgarle un rango más amplio a la calificación de riesgo máximo y de color rojo: de 2.6 a 4.0.
De 1.6 a 2.5 el riesgo es alto y de color naranja; el siguiente, de nivel medio y color amarillo, tiene sólo 0.5 de margen, de 1.1 a 1.5 y, finalmente, el nivel bajo de color verde con 1.0.
Para preservar el principio de máxima precaución, sólo teniendo los cuatro indicadores en verde es que un estado va a transitar al riesgo más bajo, al riesgo epidémico COVID-19
El director general de Promoción de la Salud mostró las calificaciones que tuvieron cada una de las entidades federativas en México, de las cuales la mitad, 16, se mantienen en nivel naranja y la otra mitad en nivel rojo.
Ejemplificó con el estado de Baja California, el cual está en color rojo pero con una tendencia descendente en descenso moderado: existe una probabilidad de que “en un futuro cercano, probablemente la siguiente semana”, transite a un color naranja si continúa disminuyendo la tendencia de personas hospitalizadas.
“Si la sociedad sigue respondiendo igual, respeta los principios de protección básicos, que es lavado de manos, etiqueta respiratoria, quédate en casa si estas enfermo y perteneces a uno de los grupos que están trabajado y hay que proteger a las personas con mayor vulnerabilidad”, declaró.
La curva epidémica nacional se compone de al menos 32 curvas epidémicas estatales, recordó Cortés Alcalá, que a su vez se componen de diversas curvas epidémicas, “potencialmente regionales, municipales, dependiendo también de la actividad y de interconexión que hay entre los municipios de un solo estado”.
El estado de Chihuahua está en nivel naranja porque, de las dos grandes zonas identificadas en la región, la Juárez y la Chihuahua, esta última tiene menor actividad viral de SARS-Cov-2. Cuando se analiza como un solo estado y se combinan los colores de diferentes regiones, da una resultante de color naranja.
“Esto quiere decir que la población de la región Juárez tiene que seguir teniendo muchos, muchos cuidados, seguir quedándose en casa para poder apoyarse entre ellos. Recordemos que disminuir la epidemia, mitigar la epidemia, aplanar nuestras curvan han sido gracias a que la gente, a que la sociedad ha respondido positivamente a la disminución de la movilidad y al quédate en casa”, dijo.
La Secretaría de Salud (SSa) reportó este viernes 12 de junio que los contagios por COVID-19 acumulados son 139,196. Además, desde el inicio de la epidemia, México ha sufrido 16,448 fatalidades.
En el país hay 21,872 casos confirmados activos, los cuales representan la epidemia activa en el país. Hay 197,590 casos negativos, 56,928 sospechosos, y un total de 393,714 personas estudiadas, informó José Luis Alomía, Director General de Epidemiología de México.
Por entidad federativa, la mayoría de casos registrados se concentran en la Ciudad de México con 35,272; el Estado de México con 22,434; y Baja California con 6,766. La minoría está en Durango con 856, Zacatecas con 501, y Colima con 264.
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