Ana María Ibarra Olguín, quien es directora general del Centro de Estudios Constitucionales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) busca ayudar a las víctimas de violencia intrafamiliar. Es por eso que propuso la indemnización económica, para evitar que las demandas de este tipo queden impunes.
Fue en la mesa de diálogo ‘Violencias de género y en el entorno familiar en el marco de la pandemia’, realizada por el Departamento de Derecho de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México que la doctora ahondó en el tema.
De acuerdo con la directora la SCJN reconoció, en un sentido amplio, qué es la violencia familiar, y dentro de estas caben: violencia emocional, violencia física, violencia sexual. Esto puede ayudar que la indemnización tenga más bases.
Aquí explicó que esta indemnización sería por los daños causados que se hacen tanto física, psicológica y moralmente. La persona que está demandando, puede exigir un pago por ejemplo de las terapias psicológicas a las que la víctima tiene que asistir.
Es importante que cuando se hable de criterios generales establecidos por la SCJN sean usados como herramientas para juzgar y verificar en cualquier tipo de instancia si existe un desequilibrio de poder entre hombres y mujeres, ya que ahí radica el origen de la violencia.
Ibarra Olguín explica que al darse cuenta de este desbalance, el juzgador tiene como obligación activar una serie de deberes y juzgar con perspectiva de género. Esto tiene que ser ya sea si la víctima lo pide o no, pues basados en las evidencias es importante actuar con oficio.
Otra de las obligaciones del juez de oficio es activar medidas de prevención. Estas se deben aplicar si el juez observa que las víctimas de violencia puedan estar en riesgo ya sean niños, adolescentes, mujer, o una persona que pertenezca a la comunidad LGBTIQ+, o con alguna discapacidad, tiene que actuar oficiosamente y activar medidas precautorias.
La doctora enfatizó que la SCJN reconoce la vulnerabilidad que cualquier menor de edad tiene, por lo que han desarrollado una doctrina sobre el interés superior del niño, en donde en cualquier situación se tiene que hacer lo mejor para el niño.
La mesa en la que participó Ibarra Olguín, formó parte del seminario en línea de “El Derecho frente a la pandemia del COVID-19” de la universidad.
Violencia que se disparó
Los resultados del estudio “Violencia de Género en Tiempos de COVID19”, realizado por la casa encuestadora ENKOLL, revelaron que las agresiones contra las mujeres aumentó un 31% durante el confinamiento por la pandemia del COVID-19.
Debido a la crisis sanitaria, las autoridades sanitarias pidieron a la ciudadanía a mantenerse en casa y así evitar contagiarse o desplazar el virus. Sin embargo, esto significó encerrar a cientos de víctimas con sus agresores.
Entre los principales hallazgos está que el 59% ha sentido miedo de alguna de sus parejas. De las encuestadas, el 11% dijo haber sentido temor de su pareja actual y el 48% de una pareja anterior. Pese a ello, un 36% manifestó que no ha tenido ese sentimiento con ninguna de sus parejas, mientras que el 5% no ha tenido pareja.
De las que respondieron afirmativamente a la cuestión anterior, el 75% dijo que en algún momento tuvo “mucho” o algo de miedo y el 25% restante dijo haberlo sentido un poco.
Al detallar sobre el tipo de agresiones de que han sido víctimas, la mayoría (51%) dijo haber sufrido violencia emocional, 22% dijo sufrir violencia económica, el 16% refirió que ha sufrido agresiones físicas y el 11% restante dijo que ha sido víctima de agresiones sexuales.
Dentro de las que señalaron haber sufrido violencia, el 82% dijo que los hombres son quienes la ejercen, entre su pareja, padre, hermano, hijo primo y tío (en orden de incidencia), y solo en el 18% de los casos señalaron a otra mujer como quien ejerce la violencia, principalmente por sus hermanas o madres.
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