Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, informó al gobierno de Estados Unidos que el ex comisionado de la extinta Policía Federal Preventiva (PFP), Iván Reyes Arzate, “La Reina” intentó asesinarlo, además, que el ex presidente Felipe Calderón sostuvo reuniones con narcotraficantes, reveló Anabel Hernández.
En entrevista para Aristegui en Vivo, la periodista especializada en investigaciones sobre los cárteles de la droga, narró que en 2012 recibió una carta de Édgar Valdez Villarreal en la que revela que en agosto de 2010, cuando se realizó un operativo para detenerlo, en realidad querían asesinarlo.
Hoy tengo la información, acabo de tener la información corroborada, de que el jefe de ese operativo en el que querían matar a Édgar Valdez Villarreal en el 2010, era Iván Reyes Arzate, el coacusado de Genaro García Luna en la Corte del Distrito Oeste de Nueva York, quien era un policía federal, quien fue un hombre muy cercano a García Luna y que de acuerdo al testimonio de Édgar Valdez Villarreal, era uno de los policías que acompañaba a Luis Cárdenas Palomino en aquellas reuniones con Arturo Beltrán Leyva
“La Reina” lideró la unidad de investigaciones especiales de la Policía Federal, llamada SIU (Sensitive Investigative Unit), entre 2008 y 2016. En esa época habría entregado información y ayudado a cárteles como el de los Beltrán Leyva y El Seguimiento 39, asociado al Cártel de Sinaloa.
En 2018, Reyes, fue sentenciado en Chicago a tres años de cárcel por pasar información a los cárteles. Cuando estaba por cumplir la condena fue transferido a Nueva York y acusado de los nuevos cargos de narcotráfico.
Según las autoridades estadounidenses, el ex jefe policial tenía contacto de forma rutinaria con agentes de la DEA en Ciudad de México. A cambio de miles de dólares en sobornos, el ex policía habría ayudado a los cárteles a traficar cocaína. La asistencia a los Beltrán Leyva ocurrió supuestamente a mediados y fines de la década del 2000.
Según Estados Unidos, Reyes desveló a los cárteles la identidad de una fuente de la DEA que, posteriormente, fue secuestrada y asesinada.
Hernández reveló que “La Barbie” trabajaba como informante de la DEA y el FBI al mismo tiempo que era narcotraficante, entre 2008 y 2010. Tal vez, eso explique el porqué de su amplia y enigmática sonrisa cuando fue presentado ante los medios, tras su captura. Por lo mismo, también habría informado al gobierno estadounidense que Calderón Hinojosa sostuvo reuniones con narcotraficantes.
En la carta que Édgar Valdez Villarreal me escribió en diciembre de 2012, donde él decía que era testigo directo de la corrupción de Genaro García Luna, ahora sabemos que esto no sólo me lo había dicho a mí en la carta, ahora se entiende que también se lo había comentado en su momento al Gobierno americano. En la carta señala que el propio Felipe Calderón había encabezado reuniones con narcotraficantes. Supongo, intuyo, que aunque toda la información que le dio La Barbie al gobierno americano todavía está sellada, está clasificada, podemos intuir que si les informó de los policías corruptos, es probable que también les haya informado sobre Felipe Calderón
La periodista consideró que ex funcionarios y funcionarios del actual gobierno tienen muchas preguntas por responder respecto al papel que jugó Valdez Villarreal como informante del gobierno de Estados Unidos mientras operaba como narcotraficante en México.
Anabel resaltó que parte del círculo de funcionarios “corruptos” del gobierno de Felipe Calderón han muerto en extrañas circunstancias o asesinados en supuestos asaltos.
Juan Camilo Mouriño se desempeñó como secretario de Gobernación y brazo derecho de Calderón, y quien murió en un accidente aéreo en la Ciudad de México el 4 de noviembre de 2008, el cual no ha sido debidamente aclarado.
El general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro murió tras ser acribillado el 20 de abril de 2012 en la colonia Anáhuac de la Ciudad de México. Vinculado a la “guerra sucia” de los años 70 y 80 en Guerrero, Acosta Chaparro fue baleado en la cabeza luego de que descendió del vehículo en el que se transportaba.
Edgar Millán Gómez, que se desempeñaba como el coordinador de seguridad regional de la Policía Federal, fue ejecutado en 2008, en presunta venganza por los operativos por el tráfico de drogas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Otro de los asesinatos prominentes de aquel sexenio fue el de Roberto Velasco Bravo, el director de crimen organizado de la dirección general de análisis táctico de la entonces Agencia Federal de Investigación (AFI). Era cercano a Facundo Rosas, quien llegó a ser mano derecha de García Luna en la SSP.
También en 2008 fue asesinado Igor Labastida Calderón, entonces director de investigaciones de la Policía federal. El hombre se desempeñaba como comandante y estaba a cargo de las investigaciones sobre el contrabando de drogas. Había sido investigado en 2004 por sus posibles nexos con el Cártel de Sinaloa, pero nunca fue procesado.
Aristeo Gómez Martínez también fue otro de los asesinados en 2008, en una época en la que los ataques contra altos mando de la Policía federal eran comunes en el país. Fungía como director de la Jefatura del Estado Mayor de esta organización y su muerte fue relacionada con un asalto.
A finales de 2009, Edgar Enrique Ballardo del Villar, también fue asesinado. El ex comandante de la Policía federal era un testigo protegido de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), hoy Fiscalía.
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