Desde hace algo más de ocho meses, medios y cuentas de redes sociales en México publican, y replican hasta el infinito, imágenes y videos donde aparecen integrantes de grupos criminales atacando negocios particulares.
Nadie ha podido demostrar el tamaño y repetición de estas agresiones o si están hechos para grabar un video y demostrar una exhibición de fuerza.
Las imágenes y los videos refieren a casos al menos en Guanajuato. Este martes, cuentas en redes sociales publicaron una grabación donde se aprecia a dos hombres llegar a la vulcanizadora “Árturo”, ubicada en la carretera panamericana Celaya-Salamanca.
Uno de los sujetos habla por celular, mientras que su cómplice carga un bidón de gasolina. El individuo que habla por teléfono cuelga, y corre hacia la puerta trasera del negocio. Su compañero saca una pistola y dispara cuatro veces contra un hombre que se encontraba en el mostrador del local.
Después rocía gasolina al piso y lanza el bidón. En la maniobra, se resbala su arma, la recoge y busca un encendedor, y prende fuego.
ADVERTENCIA: el siguiente video contiene escenas de violencia explícita
Otro ángulo de las cámaras de seguridad captan a su cómplice, quien lleva una cartulina con un narcomensaje. Después de tomar unas cuantas imágenes, huye del sitio. El humo alertó a los vecinos, quienes se acercaron para apagar el fuego.
Tras el ataque, la policía encontró dos cuerpos, uno de ellos pertenecientes al dueño de la vulcanizadora.
Aunque la Fiscalía General del Estado de Guanajuato ha sido cuidadosa en los datos que se dan entorno a estos homicidios, algunos de ellos han sido vinculados con la venta de droga o grupos delictivos.
Las autoridades también han dicho que podría tratarse de ataques contra empresarios por no pagar derecho de piso.
La onda expansiva de violencia en Guanajuato ha llegado también a los centros de rehabilitación, donde hace cuatro días fueron asesinados 10 jóvenes.
Guanajuato, sede de importantes empresas de la industria automotriz, potente en el plano agrícola, vivía ajena a la violencia de estados como Guerrero o Michoacán, siempre inmersos en dinámicas violentas, emanadas de contextos pobres y geografías apetecibles para las organizaciones criminales.
Pero la tranquilidad mudó en guerra. La lucha entre el Cártel de Santa Rosa de Lima y Jalisco Nueva Generación han convertido a la región en un cementerio.
Los de Santa Rosa de Lima toman el nombre de una localidad guanajuatense. De allí es supuestamente su líder, José Antonio Yépez, alias El Marro, quien tenía hasta hace tres años el monopolio del robo de combustible.
El Cártel Jalisco Nueva Generación ha extendido sus tentáculos en buena parte de la entidad. Para el gobierno mexicano el CJNG es el actor principal del tráfico de drogas .
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