Detenidos durante las protestas en Guadalajara denuncian secuestros y torturas por policías vestidos de civil

“No existen, nadie sabe que están aquí”, les dijeron los agentes que también los amenazaron con entregarlos al crimen organizado

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Un grupo de personas protesta en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado de Jalisco exigiendo la liberación de las personas detenidas (Foto: EFE/Francisco Guasco)
Un grupo de personas protesta en las inmediaciones de la Fiscalía General del Estado de Jalisco exigiendo la liberación de las personas detenidas (Foto: EFE/Francisco Guasco)

Cuatro de las decenas de jóvenes que fueron detenidos de manera violenta e ilegal el viernes en Guadalajara en el marco de las protestas por la muerte de Gionanni López a manos de la policía relataron que fueron golpeados, torturados psicológicamente y amenazados con ser entregados al crimen organizado.

En un amplio reportaje, el diario El País, recogió los testimonios de Carlos, Karen y Sara –nombres ficticios para proteger su seguridad- y Luis Maldonado, quienes revelaron que policías vestidos de civil y armados con bates y tubos, los interceptaron calles del punto de encuentro de una manifestación a las puertas de la Fiscalía de Jalisco.

A todos los tuvieron por horas en instalaciones de la Fiscalía estatal sin que nadie haya explicado todavía a quién respondían los agentes que “levantaron” a decenas de jóvenes que se dirigían a la concentración ni el porqué de la orden.

Según informó la Fiscalía, se trató de 15 agentes que no siguieron las órdenes del gobierno y cometieron estos actos ilegales. Por el momento, hay una investigación abierta por la que están siendo acusados solo dos policías de abuso de autoridad y robo.

Decenas de vídeos de vecinos corroboran la captura de jóvenes al bajar de un autobús o simplemente mientras caminaban por una calle a dos cuadras de la Fiscalía.

Una de las jóvenes que denuncióabuso policial en Jalisco (Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)
Una de las jóvenes que denuncióabuso policial en Jalisco (Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)

—¿A dónde van? Ya se las cargó... No van a ir a ninguna manifestación.

Fueron puestos contra una pared en medio de la calle, con la cabeza agachada — “¡No me mire!”. golpe en la nuca—. “Nos pidieron que desbloqueáramos nuestros celulares para que pudieran revisar nuestras conversaciones. También esculcaron las mochilas y todo lo que traíamos”, recuerda una de ellas.

Las separaron y las subieron a las bateas de camionetas no balizadas junto con otros ocho jóvenes que venían caminando detrás. Los llevaron a las “perreras”, unas jaulas de malla con un techo de lámina que hacía insoportable el calor.

Ahí permanecieron unas horas, entre gritos y amenazas de los agentes con la cara tapada. Algunos estuvieron hasta cinco horas, mirando a la pared, sin saber por qué estaban ahí, si sus familias —en la tierra de los desaparecidos— sabrían dónde estaban ni cuándo se acabaría esa pesadilla.

Iban a la movilización por el asesinato de Giovanni López y fueron detenidas de manera violenta e ilegal (Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)
Iban a la movilización por el asesinato de Giovanni López y fueron detenidas de manera violenta e ilegal (Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)

—No existen. Nadie sabe que están aquí.

En un video el sábado, el gobernador Enrique Alfaro dijo: “Mi instrucción fue no usar la violencia. Esa orden fue desacatada por este grupo que atacó a los jóvenes. ¿Quién dio la instrucción? No fue el fiscal del Estado. Tenemos que investigar si surgió de algún lado que tenga que ver con grupos de la delincuencia”.

No parecía una detención. Parecía un secuestro”, cuenta Luis Maldonado, un periodista de un medio independiente, Dialogando en Espiral, cuando intentó tomar una foto de un grupo de hombres armados en una esquina, lejos todavía de la Fiscalía. Le quitaron el móvil y lo golpearon hasta someterlo en el suelo.

Uno de los que parecía el jefe daba vía libre para golpear a Maldonado. En el cuello y en el hombro todavía conserva las marcas del estrangulamiento al que lo sometieron antes de cargarlo en la batea de una camioneta común, sin ninguna sigla.

Carlos y Luis otros dos jóvenes levantados por agentes ministeriales de Jalisco vestidos de civil (Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)
Carlos y Luis otros dos jóvenes levantados por agentes ministeriales de Jalisco vestidos de civil (Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)
(Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)
(Foto: Captura de panatalla Youtube EL PAIS)

“Estamos en México y sabemos lo que puede suceder cuando te suben unos hombres armados a una camioneta”, agregó.

El terror regresó cuando los volvieron a subir, por grupos, a camionetas blindadas. Manos a la espalda, cabeza agachada. “No pregunten”, Pum, golpe con un palo en la espalda. “Ahora se los entregamos al cartel”, escucharon ellas. Los bajaron en un camino de terracería.

—Ahora corran y no volteen.

Pensábamos que nos iban a disparar. Corrimos. Mientras iba corriendo me di cuenta de que detrás venía mi amigo. Respiré. Cuando vimos alejarse la camioneta poco a poco entendimos que estábamos a salvo”, cuenta Carlos.

A Sara la bajaron junto a otra chica que no conocía. No sabían dónde estaban. Después, supieron que estaban en el municipio de Tlaquepaque. A Luis lo tuvieron retenido hasta las 10.30 de la noche y después lo dejaron libre desde la Fiscalía.

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