Hace 22 días, el Gobierno de México dio luz verde para que poco más de 300 “Municipios de la Esperanza”, distribuidos en 15 estados del país, reiniciaran actividades escolares y laborales de manera paulatina.
Sin embargo, el aceleramiento de contagios de COVID-19 ha disminuido la cantidad de estas regiones “libres de coronavirus”.
Al 29 de mayo, información de la Secretaría de Salud señaló que de estos municipios, salieron de la lista 142 localidades ya que colindaban con comunidades donde se reportaron contagios. Otros 37 municipios salieron del proyecto al registrar contagios directos en sus comunidades.
Por ejemplo, Cotija y Tocumbo, dos de los tres Municipios de la Esperanza en Michoacán registraron sus primeros casos de coronavirus, al corte del pasado 7 de junio. Medios locales aseguran que la reapertura gradual del 25% de la capacidad de comercios y servicios esenciales provocó que la población relajara las medidas sanitarias.
La cifra de contagios de COVID-19 en Michoacán ya suma 2,170: 99 casos nuevos en las últimas 24 horas. Además, registra 236 defunciones por la enfermedad.
Por su parte, Oaxaca, la entidad que albergaba 203 de estos municipios, hoy se ubica completamente en color rojo del sistema de semáforos, pese a que las autoridades de la entidad declararon no regresar a actividades aun contando con la autorización para hacerlo.
Al momento Oaxaca registra 2,210 casos confirmados y 235 defunciones por COVID-19.
Por otro lado, a un día de que empezara la modalidad de reaperturar actividades en las localidades con esta categoría, Puebla ya había reducido de 13 a 8 sus municipios libres de COVID-19.
Asimismo, en Guerrero, de las 12 localidades que eran designadas con la misma categoría, hoy sólo queda una: Juchitán en la Costa Chica.
Estos municipios están ubicados en las regiones de la Montaña: Cochoapa El Grande, Matlatónoc, Malinaltepec, Iliatenco, Tlacoapa, Zapotitlán Tablas, Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, Ometepec, Cuajinicuilapa e Igualapa, que de acuerdo con datos oficiales, todas ellas tienen un alto índice de marginalidad.
Las localidades se mantuvieron limpias del virus gracias a que los habitantes cerraron sus accesos para impedir la entrada, además, debido a la marginación y lejanÍa con las zonas urbanas. Sin embargo, después de un mes y medio, la enfermedad llegó.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 82.60% de la población vive en pobreza extrema y 90.53% de sus habitantes no es derechohabiente. Tal es el caso de Cochoapa El Grande y el resto de los 18 municipios de la Montaña, que no cuentan con servicios médicos para enfrentar la pandemia, ni siquiera medicamentos, enfermeros o médicos.
El único hospital con el que cuentan es el de Tlapa, a quien el equipo del jefe de la Jurisdicción Sanitaria de la Montaña, Marcelino Rosete, informó que para atender a los 395,000 pobladores, se reconvirtieron sólo 15 camas de ese nosocomio: una cama Covid por cada 26,000 habitantes.
Por si fuera poco, el comisario de la comunidad de Llano Perdido denunció que unas 80 personas presentaron síntomas de COVID-19. Por ello, una brigada médica asistió a la comunidad y realizó pruebas. Ninguno dio positivo, pero sí diagnosticaron casos de dengue.
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