“No hay nada que celebrar”: en el Día Mundial del Medio Ambiente, Julia Carabias denunció los recortes presupuestales a la Conanp y a la Conabio

En el contexto del Día Mundial del Medio Ambiente, la bióloga integrante del Colegio de México, Julia Carabias Lillo, fue contundente al decir que “no hay nada que celebrar”, debido a la situación ambiental, relacionada con la política por la que atraviesa el país.

Durante una entrevista con los periodistas Gabriela Warkentin y Javier Risco, en W Radio, la también doctora honoris causa por la UNAM, alertó que en la Comisión Nacional de áreas Naturales Protegidas (Conanp), la cual cumple 20 años de haber sido fundada, “hoy no podemos celebrar nada”, pues desde hace cinco años ha estado en proceso de desmantelamiento.

Además, refirió que el recorte del 75% a las dependencias federales los dejará “paralizados”, ya que en la actualidad, cuando aún no se aplica la disminución, ya han padecido por la falta de dinero, además de que han pasado por despidos injustificados.

Asimismo, la reducción en el gasto operativo también podría representar un recorte de personal que dejaría fuera a entre 150 y 200 trabajadores de la dependencia encargada de administrar las 182 áreas naturales protegidas del país, por lo que una buena cantidad de ellos se han pronunciado en contra de esta medida.

En una petición publicada en change.org en torno a este tema y en la cual se solicita al presidente López Obrador restablecer el gasto, se puede leer lo siguiente: “Disminuir su presupuesto operativo impide su trabajo en Áreas Naturales Protegidas y abre la puerta a que se expanda el crimen organizado en estos territorios”.

El Fondo Mundial para la Naturaleza México (WWF, por sus siglas en inglés) también se ha pronunciado al respecto e incluso solicitó al gobierno dar marcha atrás en reducir el presupuesto, pues esto pondría en riesgo la conservación de los espacios naturales, que es “donde se encuentra la solución que requiere el planeta para evitar pandemias”.

“Sin la presencia de la Conanp trabajando de la mano con las comunidades locales en los sitios naturales más valiosos de México, la presión de transformar los hábitats originales aumentará, vulnerando no sólo la naturaleza, sino nuestra propia salud”, comentó la ONG internacional.

En la plática, Carabias también expuso la situación de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodeversidad (Conabio), pues con ella “no hay ninguna justificación en el recorte”, ya que ni siquiera ha recibido su presupuesto completo correspondiente al 2020.

Carabias señaló para el diario Reforma que durante los primeros cinco meses del 2020, la Conabio únicamente ha recibido 10 millones de pesos para funcionar, lo cual “ha limitado por completo sus capacidades”, además de que “no le va a permitir mantener la estructura que tiene”.

Otro de los personajes que se han pronunciado respecto a este tema es Rodolfo Dirzo, uno de los fundadores de la Conabio, quien mencionó que esta Comisión depende de su infraestructura intelectual, que es su personal, y de la física y operativa. “Ambas dependen del presupuesto y tenerlo menguado es terrible para una institución como esa”, dijo para el mismo diario.

Cabe recordar que a finales del año pasado, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) anunció que la Conabio se convertiría en un organismo público descentralizado en esa dependencia, lo cual significaba que quedaría extinto el fideicomiso “Fondo para la Biodiversidad”, que le permitía atraer recursos públicos y privados, de los cuales depende cerca del 80% de su plantilla laboral.

Sin embargo, Carabias apunta que la determinación no se ha ejecutado, pero tampoco se le han transferido los recursos económicos necesarios para sobrevivir. “Simplemente ya no tiene oxígeno”, lamentó.

En este sentido, Dirzo aseveró que “lamentablemente vemos que el apoyo del gobierno no solamente no ha continuado, sino que ahora se viene encima este proceso de reducción presupuestal y yo diría que trágicamente de asfixia”.

Investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) también señalaron que la reducción del presupuesto afectará de manera importante sus operaciones, que se basan en supervisar 193 zonas arqueológicas abiertas al público y cientos más que no lo están.

“El INAH está en peligro de quedar paralizado en sus funciones como parte de la Administración Pública Federal", se puede leer en la misiva de los investigadores, en la que se destaca que los recortes anunciados el 22 de mayo ponen en riesgo más que la investigación y la educación, ya que también afectarían las ruinas prehispánicas y edificios coloniales del país están bajo amenaza constante de saqueos, vandalismo y deterioro.

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