La muerte de George Floyd -un hombre afroamericano- a manos de un policía blanco de Minnesota, Estados Unidos, desató una serie de protestas que a medida de que pasan los días se han ido intensificando. Movimientos que cruzan el país norteamericano pero que también han llegado hasta lugares como Nueva Zelanda. Y con ellas también se esparce el inevitable tema de raíz: el racismo y la discriminación.
A México llegó. Y al tratarse de un país en el que están prácticamente normalizadas las actitudes como el racismo y el clasismo, no hubo que “rascarle mucho" para que las redes sociales se inundaran de testimonios que describen situaciones coloquiales en las que está sumamente impregnada la discriminación. Hacia el color de piel, principalmente. Y de ahí por el origen de los rasgos; por la situación económica; por la complexión; por las preferencias sexuales.
Por dar una idea, en 2019 Oxfam México publicó un estudio llamado: “Por mi raza hablará la desigualdad”, en el que arrojaba datos como: 1 de cada 3 personas de tez blanca pertenece al 25% del sector más rico del país, 103% más que las de tez oscura; es 43% más probable conseguir un empleo prestigioso y bien remunerado si se tiene piel blanca.
La polémica sobre el tema tampoco tardó en aparecer. Pero su punto más álgido se vivió en el encuentro de dos debates.
El primero: los que viven en un México alterno
‘Whitexicans’ es el término que se ha popularizado últimamente para hacer referencia a los mexicanos blancos (white+mexicans) que gozan de cierto privilegio tácito otorgado por su estatus social. Porque es preciso señalar que no se refiere literalmente a las personas de piel blanca; sino que va más allá, abarca a todos aquellos de clase media alta y para arriba. A los que no han sido menospreciados o discriminados o que nunca les ha sido negada alguna oportunidad o servicio por su color de piel o su posición social.
Entonces piensan que en México todos cuentan con las mismas oportunidades, desconociendo por completo las situaciones que diariamente viven más de la mitad de los mexicanos.
“Siendo de otro país siento que es muy difícil poder entender realmente la situación. En México no experimentamos este tipo de cosas”, escribió en su cuenta de Instagram el actor mexicano Juan Pablo Zurita. Las reacciones negativas de sus seguidores se presentaron casi enseguida pues le reclamaban que, contrario a lo que él creía, ese tipo de situaciones -racismo- eran uno de los principales problemas que se viven en México.
Otro que despertó la molestia de muchos usuarios en Twitter es el actor mexicano Mauricio Martínez. Él señala que actualmente vive en Nueva York -una de las ciudades en las que más se han intensificado las manifestaciones por el asesinato de Floyd- y, desde lo que acontece a su alrededor, hizo algunas publicaciones sobre toda la situación.
Uno de esos tuits fue en respuesta al también actor mexicano Tenoch Huerta, quien precisamente hacía hincapié -en otra serie de mensajes- en que, si bien era lamentable la situación ocurrida en Minnesota, en México no era un problema menos grave.
“Con todo respeto, ya desde que usas una gráfica con el término ‘Whitexican’, tu argumento pierde seriedad. ¿No te das cuenta que eso también es discriminatorio? México si es un país racista y clasista. Pero jamás como el racismo que existe en Estados Unidos”, fue el mensaje de Martínez.
El segundo: los que han experimentado el racismo en todas sus formas en México
Precisamente, Tenoch Huerta se ha manifestado en diversas ocasiones sobre la discriminación en México. Sobre como lo ha experimentado en su carrera como actor y en como se manifiesta en un sinfín de comportamientos ya establecidos en la sociedad mexicana. De hecho él narra un documental de El País que habla sobre el racismo en México.
“Cuando terminen de apoyar el tan necesario movimiento antirracista en Estados Unidos podemos hablar del racismo en México? ¿O ese tema seguirá siendo tabú?”, sentenció en un tuit.
Y entonces marcó la pauta para la publicación de una serie de testimonios; breves relatos que evidencian y respaldan precisamente la insistencia de que en México la discriminación es un problema serio y de una gravedad alarmante.
Así, el cruce de ambas conversaciones genera más discusión: quienes entran en el mencionado concepto de whitexicans desconocen o simplemente niegan que la situación en México se pueda equiparar a lo ocurrido con George Floyd. Además denuncian discriminación con el hecho de que su posición privilegiada se resuma en el término whitexican.
Y luego están los que hablan desde su experiencia y aseguran que sí han vivido, desde detalles de lo más ordinarios hasta reales injusticias, la grave discriminación que se vive en el país. Son quienes en este tipo de situaciones solo intentan exponer, y sobretodo recordar que en México también se vive una alarmante, y triste e injusta situación por la misma causa que ahora mismo se viven las protestas en Estados Unidos.
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