La última guarida del Chapo Guzmán: una casa abandonada y casi de las ruinas

Una casa blanca ubicada en Mochis, Sinaloa, albergó por última vez al narcotraficante; en sus pisos interiores está la sangre de los caídos, los boquetes de las balas y las esquirlas de las granadas

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El último lugar en el que el Chapo Guzmán durmió en libertad (Video: cortesía)

Ahora es una casa en ruinas. Vidrios rotos y las hojas secas del olivo frente a ella se acumulan en la banqueta. Pero por unas horas fue la última guarida del narcotraficante más buscado de México y Estados Unidos. En sus cuartos estuvo la cama donde el Joaquín "el Chapo” Guzmán, fundador del cártel de Sinaloa, durmió por última vez en libertad. El lugar conserva las marcas del enfrentamiento armado que sostuvieron marinos contra guardias del capo y, actualmente, la vivienda luce abandonada.

Ubicada en la ciudad de Mochis, Sinaloa, y justo en la esquina con Río Quelite, la dirección frontal de la casa es sobre boulevard Jiquilpan 1002. Por ese lado está la puerta donde irrumpieron 17 agentes de la Marina Armada México la madrugada del viernes 08 de enero de 2016. En esa vivienda se alojaron el Chapo, sus dos cocineras, un jefe de seguridad y 12 efectivos que lo custodiaban. Y aunque ahí no encontraron al capo, los militares localizaron el pasadizo hacia a un túnel que conectaba con el drenaje y por donde el líder del Cartel de Sinaloa logró escapar momentáneamente.

La casa donde estuvo el Chapo se ha vuelto una atracción para curiosos locales y foráneos. Policías de Ahome, municipio de Sinaloa al que pertenece la ciudad de Mochis, vigilaron el inmueble ante denuncias vecinales de saqueo. Pero, una fuente consultada por Infobae México aseguró que al menos en los últimos dos meses no ha habido tal vigilancia policial sobre el inmueble. Hasta el momento de la publicación, las autoridades de Ahome no respondieron a esta consulta.

Visitado por medios locales, youtubers y extranjeros, el sitio luce abandonado. Los sellos de la Procuraduría, actual Fiscalía General de la República, siguen pegados en la puerta de la cochera. La casa conserva su color blanco y apenas quedan rastros de las cintas amarillas que usaron las autoridades para resguardar el perímetro.

La casa de Los Mochis
La casa de Los Mochis donde se refugiaba el narcotraficante (Foto: archivo)

El operativo en Jiquilpan 1002

El día de Reyes, 6 de enero de 2016, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera habría aterrizado en una pista clandestina de Guamúchil, territorio controlado por el cártel de Sinaloa. Orso Iván Gastélum Cruz, alias el “Cholo”, jefe de plaza del lugar, condujo al “Chapo” hacia la casa de Jiquilpan 1002. A esa vivienda llegaron el mismo miércoles de Reyes alrededor de las 23:00 horas. Guzmán Loera y el “Cholo” arribaron con una comitiva de seguridad de 12 guardias.

Pasaron 179 días desde que el Chapo se fugó del Centro Federal de Readaptación Social número 1, penal de máxima seguridad de Almoloya. El operativo que llevaría a su detención comenzó a las 15:00 horas del jueves 07 de enero en la Ciudad de México. Datos de inteligencia señalaban que había 80% de probabilidades de que el capo estuviera en territorio sinaloense. Y un contingente de élite, guarnecido en Mochis desde las vacaciones decembrinas, integró a 17 agentes para ir en búsqueda del narcotraficante fichado por la Interpol en más de 180 países.

El cártel de Sinaloa, pretende
El cártel de Sinaloa, pretende controlar el narcotráfico en el estado de Chihuahua (Foto: Cuartoscuro)

Desde la capital, 50 agentes de la Marina Armada se trasladaron vía aérea ese jueves y aterrizaron alrededor de las 23:00 horas en Guaymas Sonora, pues si iban directamente a Sinaloa, levantarían sospechas que alertarían al escurridizo Guzmán Loera. De Guaymas, el equipo militar llegó vía terrestre a Mochis en un trayecto de cinco horas. El apoyo de la capital arribó pasadas las 04:00 horas del viernes 08 de enero. Y veinte minutos antes de las cinco de la mañana, los marinos irrumpieron en la casa blanca de Jiquilpan 1002.

Con un ariete, los agentes forzaron la puerta principal de rejas horizontales y accedieron a un pequeño patio interior. Los balazos comenzaron después de usar la misma arma de asedio para forzar una puerta metálica que daba acceso a la sala de planta baja. La entrada se abrió al segundo golpe de ariete. Cuatro marinos iban al frente y uno de ellos fue herido en el antebrazo. Después de arrojar dos granadas al interior de la casa, un par de militares se agregaron al apoyo. Un marino entró a la sala y recibió ataques por el flanco izquierdo; el guardia del chapo que disparaba de ese lado fue el primero que murió en el enfrentamiento. Mientras tanto, otros pistoleros atacaron de dos cuartos aledaños a la sala y desde las escaleras que llevan al segundo piso. Estos miembros del cártel de Sinaloa se repelieron al fondo y los otros ascendieron, fue entonces que los marinos tuvieron control de la sala comedor y cocina. Para ese momento eran 10 agentes al interior de la casa. Los gritos de mando y el estallido de las armas se entremezclaban en un ruido desconcertante.

El operativo gracias al cual
El operativo gracias al cual se detuvo a Guzmán Loera (Foto: AFP)

En calles cercanas, los 50 militares que viajaron de la Ciudad de México conformaron un perímetro de seguridad y quitaron tapas de coladeras para vigilar la huida del Chapo a través del drenaje. La refriega en la casa se prolongaría unos 15 minutos.

Cuando los marinos aseguraron la planta baja fueron detenidos dos guardias del narcotraficante que decidieron rendirse. Entre tanto, los militares revisaban closets, baños, levantaban colchones y volteaban camas. Accedieron más elementos y registraron cada rincón mientras otros continuaron hacia las escaleras para tomar la segunda planta.

En el piso había sangre, los vidrios de ventanas estaban rotos y las paredes tenían impactos de bala. Las luces fueron encendidas y se respiraba el humo de las detonaciones. En unos minutos la primera estancia de la vivienda quedó desordenada: escombros, celulares, municiones, ropa, tinte para barba, latas de refresco y restos de comida; eran el caos de la batalla. El refrigerador tenía boquetes y con la puerta abierta se veía desparramado su contenido en el suelo.

La cocina de la casa
La cocina de la casa donde se refugió Guzmán Loera (Foto: Especial)

Continuaban los ataques por la escalera ubicada en la esquina derecha de la sala. Después se sabría que los guardias del Chapo habrían ascendido estratégicamente hacia el segundo piso y, posteriormente al techo, como maniobra de distracción. Hicieron notar que su jefe escaparía por ese lado y ellos cubrirían su retirada. Varios quisieron escapar de ese modo, pero fueron abatidos por los agentes que vigilaban el perímetro. En realidad, el Chapo ya había salido por un pasadizo ubicado detrás del espejo que estaba en una habitación principal de la planta baja. El enfrentamiento seguía y el narcotraficante ya estaba escapando por el drenaje con el “Cholo”, su jefe de seguridad.

Rumbo al segundo piso, los marinos recibieron más agresiones, pero lograron acceder a una sala de televisión, de ahí, fueron hacia una habitación adjunta y detuvieron a dos mujeres. En la secuencia completa del operativo difundido por la Marina en noviembre de 2018, se puede apreciar que en la habitación de las mujeres había una pantalla de televisión encendida al momento de la balacera. En reproducción lenta, la pantalla muestra imágenes de una mujer empuñando un arma corta hacia alguien de sombrero negro; por lo que se trataría de la serie “La Reina del Sur”, protagonizada por Kate del Castillo. Pues también fueron localizados cinco DVD’s de esta producción donde estaban Lilia y Cecilia, las detenidas que cocinaban para el Chapo. Para ese tiempo, todo el equipo militar se encontraba al interior de la vivienda y habían transcurrido diez minutos de enfrentamiento armado.

Uno de los túneles en
Uno de los túneles en la casa (Foto: AFP)

Ya en el segundo piso, los marinos fueron hacia un espacio que servía de tendedero, ahí estaban colgadas algunas playeras y pantalones de mezclilla. En el suelo había armas tiradas. Sobre una pared interior de ese espacio estaba retrancada una escalera metálica dispuesta al techo de la casa. Los otros guardias huían por techos aledaños y fueron perseguidos durante hora y media: la ventaja que había conseguido Guzmán Loera.

La Secretaría de Marina informó, a las 11:05 horas de ese viernes, que sus agentes respondieron a una denuncia ciudadana donde se señalaba presencia de personas armadas en Jiquilpan 1002. “Cabe destacar que se tuvo conocimiento de que en citado lugar se encontraba Orso Iván Gastélum Cruz, presunto jefe de la zona norte de Sinaloa de una organización delictiva que opera en el área, mismo que logró darse a la fuga”, agregó la institución castrense.

Pero a esa hora del comunicado, el “Chapo” y el “Cholo” ya habían sido detenidos por policías federales. Tres días después, el lunes 11 de enero de 2016, la dependencia militar difundió su versión oficial en el noticiario matutino de Televisa conducido por Carlos Loret de Mola. A través de un videoreportaje, fueron detallados los datos del operativo Cisne Negro, proyecto para recapturar a Guzmán Loera.

 AFP 163
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Como resultado del decomiso, los agentes militares aseguraron tres ametralladoras barret calibre 50, un tubo lanzacohetes RPG con dos cargas, cuernos de chivo AK-47, rifles de asalto R15, granadas, cargadores y municiones. En total, ocho armas largas y un arma corta, todas, de uso reservado al ejército. Ese era el poder de fuego de los guardias del “Chapo”. Además decomisaron 4 vehículos, dos de ellos con blindaje. También fueron detenidas cuatro personas, dos hombres y dos mujeres y, cinco guardias más murieron producto del enfrentamiento.

El Chapo huyó por el drenaje, como se había previsto. Junto con el “Cholo”, caminó en posición fetal, con pasos cortos, encorvado, un desplazamiento de kilómetro y medio. Los marinos avanzaron 500 metros por ese camino, pero el margen de tiempo ya era irrecuperable.

Después de las seis de la mañana los militares buscaron por alrededores, un helicóptero sobrevolaba la zona para apoyar por aire, pero el capo no fue localizado en Mochis. Guzmán Loera y Gastélum Cruz salieron por una alcantarilla en el cruce de Jiquilpan y calle Antonio Rosales. Ambos prófugos hurtaron un vehículo blanco que después abandonaron al robar un focus rojo.

Antes de ser trasladado a
Antes de ser trasladado a la Ciudad de México, Guzmán Loera estuvo detenido durante unas horas en un motel (Foto: archivo)

Pasados 10 minutos del reporte de robo, un policía federal de caminos distinguió el vehículo sobre la vía Mochis-Navojoa y decidió perseguirlo hasta marcarle el alto junto con otro agente de la misma corporación. El “Tiburón”, como era apodado el oficial, identificó al “Chapo”, lo detuvo y lo condujo a la habitación 51 del hotel de paso Doux. Este agente relataría que el capo le ofreció 50 millones de dólares para dejarlo ir. Poco tiempo después llegaron agentes de apoyo y un helicóptero de la Marina Armada que conduciría al “Chapo” a la capital. Sus seis meses de libertad habían terminado. Enrique Peña Nieto informó en twitter sobre el hecho.

Misión cumplida: lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos que Joaquín Guzmán Loera ha sido detenido”, publicó el presidente las 12:19 horas del 8 de enero de 2016.

Después seguiría la extradición a Estados Unidos, un juicio espectacular en Nueva York y la sentencia de cadena perpetua.

La última guarida del Chapo

La casa de Jiquilpan 1002 es de dos plantas, tiene cuatro cuartos y cinco baños. En cada habitación había pantallas de plasma, servicio de televisión satelital y aire acondicionado para soportar las altas temperaturas de Mochis, ciudad cercana a la costa. Su extensión es de 190 metros cuadrados y 19 metros de ancho por 10 de fondo.

El Chapo durmió en una de las habitaciones de planta baja, en colchón king size. La cama quedó rota de una pata, en el piso había ropa y regados al interior de ese cuarto, los marinos encontraron: medicamentos, testosterona inyectable, gasas, pomadas, jeringas, jarabes para la tos, desinflamatorios, pedazos de pan y galletas, paletas de dulce, un cuadro de elefantes blancos colgando; además de un vestidor donde había un espejo y, detrás de éste, una puerta metálica, el dispositivo para abrirla se localizaba en una palanca oculta en el foco.

 AFP 163
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Esa puerta bajaba unas escaleras estrechas y conectaba con un túnel iluminado con luz eléctrica, era un pasillo que conducía a una segunda escalera y con dirección a una compuerta para acceder al drenaje. Por ahí escapó el narcotraficante mientras sus guardias se enfrentaban con los marinos.

Documentos del archivo Público de la Propiedad consultados por Noreste, un medio sinaloense, consignan que la casa pertenecía a Remedios Heredia García, quien la adquirió en 2013.

Heredia García habría comprado la propiedad por un monto de 1,083,252 pesos al matrimonio de una mexicana y un estadounidense nacionalizado. El metro cuadrado costó 5,700 pesos y la adquisición fue cuando el jóven Remedios tenía apenas 20 años, según el medio sinaloense.

 (Foto: AFP)
(Foto: AFP)

En abril de 2016, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) informó, a través del Diario Oficial de la Federación, que Remedios Heredia García debía abstenerse de gravar, enajenar o hipotecar el inmueble, pues estaba asegurada por el Ministerio Público y, si no era reclamada en un plazo de 90 días, la propiedad causaría abandono a favor del gobierno.

Los sellos de aseguramiento que, actualmente están colocados en la vivienda de Jiquilpan 1002, tienen la clasificación PGR/SEIDO/UEIDCS/008/2016, Pero la SEIDO informó de su aseguramiento en el DOF al actualizarla a la Carpeta PGR/SEIDO/UEIDCS/010/2016. Hecho reportado tres meses después de la recaptura de Joaquín Guzmán Loera.

Imágenes de Google street view capturadas en 2009 muestran que la casa tenía un color pistache y sobre Jiquilpan había rejas verticales en lugar de los muros blancos. Un sujeto barría las hojas de los árboles sembrados alrededor de la vivienda. Era un inmueble más de la colonia Scally, Fraccionamiento Las Palmas.

En marzo pasado, circularon dos fotografías que mostraban a dos encuestadores del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, presuntamente, para censar a los habitantes de esa casa; pero Infobae México verificó que la información era imprecisa y los jóvenes del Inegi solo posaron para jugar una broma adecuada a la viralidad de redes sociales.

Joaquín Guzmán Loera pasó 28 horas en Jiquilpan 1002, tiempo suficiente para marcar un símbolo más de la narcocultura en Sinaloa.

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