Este viernes, autoridades del municipio de Cuautitlán, en el Estado de México, recuperaron 60 millones de pesos en cubrebocas N95, los cuales fueron robados el 27 de mayo en la carretera Cuautitlán- Lechería.
Los casi un millón de cubrebocas N95, herramientas que brindan protección ante el coronavirus, fueron localizados en una bodega del complejo industrial Tultipark II, en la colonia Lázaro Cárdenas, por agentes de la Fiscalía Regional de Cuautitlán y de la Fiscalía estatal.
Se encontraron 638 cajas con 957,000 cubrebocas marca OFP KN95. La recuperación fue posible gracias a que las cajas contaban con un dispositivo de localización GPS, lo cual ayudó a los agentes a reconocer y registrar la bodega.
El inmueble, ubicado en el conjunto industrial Tultipark II, fue asegurado por las autoridades mientras continúa la investigación para encontrar a las personas relacionadas con el robo.
La mascarilla N95 es un tipo de cubrebocas desechable que al inhalar, el dispositivo filtra las partículas suspendidas en el aire, lo que incluye a bacterias, polvo y virus, por lo que se puede decir que es un “purificador de aire”.
Sirve para filtrar al menos 95% de partículas de alta concentración, de ahí su nombre. Sin embargo, no tiene capacidad de filtrar aceites y otros líquidos.
Hay dos tipos: una tiene válvula y disminuye la sensación de sofocamiento al contar con una apertura que permite la entrada y salida de oxígeno. Es desechable y de uso personal. Para desecharlos hay que usar una bolsa roja con el símbolo de riesgo biológico, ya que después de su uso se convierte en material contaminado.
Las mascarillas N95 son el equipo de protección personal más utilizado en el ámbito de la salud para evitar el contagio de enfermedades infecciosas. Cualquier trabajador de la salud en contacto directo con pacientes de COVID-19 debe protegerse con mascarillas N95, además de goggles.
La importancia de este tipo de mascarillas recae en que crean un sello hermético contra la piel que impide el paso de partículas en el aire, incluidos agentes patógenos.
La Secretaría de Salud (SSa) reportó este viernes 29 de mayo que los contagios por COVID-19 acumulados son 84,627. Además, desde el inicio de la epidemia, México ha sufrido 9,415 fatalidades.
En el país hay 16,209 casos confirmados activos, los cuales representan la epidemia activa en el país. Hay 140,553 casos negativos, 38,846 sospechosos, y un total de 264,026 personas estudiadas, informó Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud.
En el mapa de casos confirmados acumulados se informó que 66.2 es la tasa de incidencia acumulada por 100,000 habitantes. Por entidad federativa, la mayoría de casos registrados se concentran en la Ciudad de México con 23,623, el Estado de México con 14,063, y Baja California con 4,886. La minoría está en Durango con 322, Zacatecas con 279, y Colima con 136.
La gráfica de defunciones acumuladas por fecha de defunción informa que se incluyen 818 defunciones sospechosas. Las tres entidades con el mayor registro de defunciones acumuladas son la Ciudad de México, el Estado de México, y Baja California. Por el contrario, Aguascalientes, Zacatecas, y Colima, son las tres con el menor registro.
La curva epidémica en el país al 29 de mayo mantiene una tendencia ascendente cuando se combinan los casos confirmados con los casos sospechosos. La carga acumulada informa que existen 3,227 casos nuevos confirmados en 24 horas: un incremento del 4.0% al día anterior.
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