La industria automotriz fue declarada como esencial en la primera fase del regreso a la nueva normalidad en México, pues el sector no solamente amenazaba los acuerdos de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, también está en el borde del precipicio en ganancias o conservación de empleos.
La pandemia por coronavirus que mantuvo en encierro a México por más de dos meses, lo mismo que en Estados Unidos, provocó que las actividades comerciales frenaran y que la demanda de ciertos productos como los automóviles comenzara a ir en descenso.
De acuerdo con los datos de Milenio, las ventas del sector automotriz en Norteamérica podrían caer hasta en un 40%, lo que implicaría una reducción del 20% en las plantillas laborales de las distintas fábricas y marcas de automóviles en el país tarde o temprano.
Este sector fue uno de los que mantuvo la promesa de no despedir a ninguno de sus trabajadores durante la emergencia sanitaria por coronavirus; sin embargo, el presidente de la Red de Clústers Automotrices de México, Manuel Montoya, aseguró al medio mexicano que no es una situación que pueda sostenerse por mucho tiempo, pues las empresas no facturan ni tienen ingresos.
De acuerdo con sus datos, la industria de los automóviles en México generaba un estimado de 980 mil empleos directos antes de la pandemia. Esto quiere decir que de cumplirse con los pronósticos, aproximadamente 196 mil puestos laborales tendrían que desaparecer para soportar el golpe económico.
De hecho, empresas automotrices pusieron en marcha una serie de medidas para reducir sus pérdidas y esas incluyen el pago de solamente el 55% de sueldo a los trabajadores como en el caso de FORD, de acuerdo con El Sol de León.
Montoya reveló que por el momento son las grandes empresas quienes brindan su apoyo a las Pequeñas y Medianas Empresas dentro de su cadena de valor para que puedan sobrevivir el mayor tiempo posible.
El regreso a la normalidad de las industrias automotrices inició el 18 de mayo, cuando las empresas tuvieron que iniciar con la implementación de los lineamientos de seguridad sanitaria publicadas por la Secretaría de Salud en coordinación con las de Economía y Trabajo y Previsión Social.
Sin embargo, será hasta el 1 de junio de 2020 que todos los clasificados como actividades esenciales puedan volver a sus labores habituales bajo un estricto cumplimiento de los protocolos sanitarios.
Sin embargo, la industria se ha encontrado con algunos obstáculos en camino a lo largo de la república. En Puebla, por ejemplo, el gobernador, Miguel Barbosa, lanzó un decreto para frenar las operación de Volkswagen y de Audi en su territorio.
Barbosa se opuso a las decisiones tomadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y aseguró que solamente permitiría el regreso al trabajo en las plantas si la curva de contagios en su territorio comienza el descenso.
A través de sus redes sociales oficiales expresó que no existen las condiciones de salud necesarias para poner en marcha la industria automotriz dentro de la demarcación, además de asegurar que en su decisión “no hay ningún desafío a las autoridades".
“La industria del armado de vehículos es muy importante para el país y para Puebla, debemos actuar con cuidado. Debe ser la autoridad federal, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social la que regule su funcionamiento. Mi llamado es a que tengamos en cuenta las condiciones existentes sobre la pandemia. Exhorto a las autoridades federales a que asuma esa decisión”, escribió.
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