Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador insista en minimizar la situación de violencia hacia las mujeres, diversos indicadores muestran que el confinamiento a causa del COVID-19 la ha agravado.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional, el pasado mes de marzo, se recibieron 115 mil 614 llamadas de emergencia al 911 relacionadas con situaciones de violencia contra las mujeres. En abril fueron fueron 103 mil 117 llamadas, un promedio de 143 llamadas cada hora.
A pesar de que en mayo se ha detectado una baja de estas llamadas, a decir de Wendy Figueroa, Directora Nacional de Refugios, esto tiene una razón de ser: entre más tiempo se alargue el confinamiento, menos posibilidad van a tener la mujeres de poder pedir auxilio .
En entrevista con Infobae México señaló que desde el lanzamiento de la campaña “Aislamiento sin violencia ¡No estás sola!”, del 17 de marzo al 17 de mayo, se reportó un incremento del 80% de las llamadas y mensajes de texto de auxilio.
Detalló que durante los dos primeros meses de confinamiento las solicitudes de ingreso en los refugios aumentó 50%, además de que se incrementó en 77% el número de mujeres que están siendo atendidas en comparación con el mismo periodo de 2019.
“¿Eso qué quiere decir? Pues que atendemos a más de 6,000 mujeres, niñas y niños. El 100% de ellos son víctimas de violencia familiar, lo cual no coincide con la idea de que en México todas las familias son fraternas”, señaló.
“En los últimos dos meses hemos tenido 19 rescates. Significa que en ese tiempo nos llamaron o contactaron las mujeres que son víctimas de violencia o sus redes de apoyo para decirnos que en ese momento, las mujeres tenían que salir porque era el momento idóneo porque no estaba su agresor o bien porque el evento de violencia había sucedido. Antes de que se implementara la cuarentena por el COVID-19, nosotros hacíamos un rescate al mes y ahora en sólo dos meses hicimos 19 rescates, 3 de ellos con apoyos de las redes de las mujeres, ya sea familiares o una amistad”, señaló Figueroa Morales.
Reveló que el 100% de las mujeres que son atendidas en estos espacios de protección sufrió de violencia psicológica, 49% violencia física, 43.37% económica, 17.62% violencia sexual y 4% vivió intentos de feminicidio. Pero además, de los niños que ingresaron al refugio junto con sus madres, el 5% fue víctima de abuso sexual en la etapa del confinamiento.
“El confinamiento llevó a que otros integrantes de la familia llegaran a algún domicilio para pasar ese periodo de la cuarentena y eso ha hecho que se incrementen los abusos sexuales de los niños y las niñas en este periodo. El delito es cometido por algún integrante de la familia y en algunos casos el padre, pero generalmente está inmersa la familia: primos, abuelos, incluso”, aseguró.
La directora de la Red Nacional de Refugios advirtió que una vez que termine la cuarentena a causa del COVID-19, se registrará un alza en la solicitud de refugios, en los servicios de salud y de servicios jurídicos, por lo que las autoridades involucradas ya deberían tener una estrategia para atender este impacto.
Ante este panorama, diversos colectivos feministas y Organizaciones de la Sociedad Civil se unieron para alzar la voz y lanzaron el hashtag #NosotrasTenemosOtrosDatos, en donde cientos de mujeres participaron en una protesta virtual para exigir un alto a la violencia de género.
“#Nosotrastenemosotrosdatos empezó como una campaña, pero ya lo estamos visualizando como un movimiento permanente. Es una red feminista, plural, que desde la independencia y fuera de cuestiones partidistas, busca hacer un seguimiento y un registro de los datos reales de la información que existe en las redes, en las autoridades de las violencias contra las mujeres. Buscamos hacer visible lo invisible y promover a través de la visibilización de los datos, una política de género integral, de derechos humanos que visibilice la situación que estamos viviendo en México y que lleve a transitar a acciones que garanticen la vida libre de violencia de las mujeres”, dijo Wendy Figueroa.
El movimiento surgió luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador negara de manera reiterada que la epidemia del COVID-19 fuera un motivo del incremento de la violencia doméstica. Incuso, el 15 de mayo afirmó en su conferencia mañanera que el 90% de las llamadas de auxilio son falsas.
Es por eso que diversos colectivos feministas utilizaron datos oficiales para demostrar que las mujeres sí son vulnerables al encontrarse confinadas en el entorno familiar cuando viven en situación de riesgo por la violencia que ejercen en su contra parejas o familiares.
Sin embargo, el gobierno contestó con una contracampaña llamada “Cuenta hasta 10” con la cual, a partir de la recreación de situaciones de tensión, se pretende prevenir el incremento de la violencia intrafamiliar en los hogares mexicanos.
A decir de Wendy Figueroa, la campaña gubernamental invisibiliza los derechos humanos de las mujeres y la responsabilidad de las autoridades gubernamentales.
“Estas frases como ‘que la violencia no te se apodere de ti’ ignora que es un acto intencional, que cada persona elige a quién agredir por situaciones de edad, de género, de indefensión. Es una campaña que se traduce a una política silenciosa de callar la voz de las mujeres. Es un retroceso total en donde responsabiliza las mujeres de la situación”, consideró.
Además, advirtió que en esta contracampaña no se está plasmando lo que ocurre realmente en las familias “e invisibiliza el acto intencional y por lo tanto, el delito, que tanto trabajo nos costó tipificar. La ley es muy clara al decir que la violencia familiar es un delito”, señaló.
“Es decirles a las mujeres que conviven con un agresor que tengan paciencia, que cuenten hasta 10. Que además de que invisibiliza las realidades de esta situación de violencia, nulifica la obligación que tiene el gobierno en políticas de Estado para actuar y eliminar las violencias (...) Es un mensaje que vuelve a naturalizar la violencia contra las mujeres, tenemos que entender que el tema”, señaló.
Advirtió que para poder empezar a hablar de atender, prevenir y eliminar las violencias contra las mujeres, tiene que haber una reingeniería total del sistema de procuración de justicia mexicano, al sistema de acceso a la salud y de atención integral para garantizar los derechos de las mujeres.
“Si no se actúa desde un enfoque transversal, intersectorial en donde se contemple la perspectiva de género, los derechos humanos y la multiculturalidad con un presupuesto etiquetado exprofeso para garantizar los derechos de las mujeres, sobre todo el derecho a una libre de violencia, para disminuir las brechas de desigualdad que tiene que ver con acciones dentro del espacio laboral, educativo, del espacio público, etc; no vamos a empezar a ver una disminución de las violencias vs las mujeres”, alertó.
Consideró que en México no hay una política de reinserción para las mujeres víctimas de violencia, ya que es muy difícil que puedan acceder a una vivienda e incluso, a un empleo digno.
Señaló que en estos momentos, muchas mujeres que se encuentran en los refugios están frustradas ya que, aunque estaban listas para salir, la situación ocasionada por el COVID-19 paralizó sus planes.
“ (Ya) se tenía un empleo que permitía hacer el pago de una renta de una vivienda para ellas y con el tema del confinamiento, con el impacto del COVID-19 en México, los empleos ya no están siendo garantes, ya no los están respetando y por lo tanto ya no hay recursos para poder pagar una renta, lo que lleva a reconocer precisamente la importancia de estas casas de transición en donde pueden establecer su proyecto de vida, pueden capitalizarse y después independizarse”, señaló.
La directora de la Red Nacional de Refugios consideró que en lugar de invertir en una política presupuestaria para tener refugios fortalecidos y permanentes, el gobierno federal está buscando acciones para mitigar las cosas de manera momentánea.
“Tenemos que hacer un cambio en la política mexicana, tenemos que dejar de tener políticas gubernamentales sin la protección en los derechos de las mujeres y transitar a políticas de Estado, presupuestarias, garantes de los derechos y la dignidad de mujeres, niños y niñas para realmente hablar de un país realmente incluyente, democrático y que atiende la problemática que realmente está viviendo México en este momento”, concluyó.
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