En México existen alrededor de 5,800 especies de arañas, pero solo dos de las que son caseras representan importancia médica. Se trata de la conocida como viuda negra (Latrodectus) y la araña violinista (Loxosceles), según expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Tanto la viuda negra como la violinista son sinantrópicas, es decir, “arañas que viven dentro o fuera de las casas. Unas deambulan para cazar y otras necesitan tejer telarañas para atrapar a sus presas”, explicó César Gabriel Durán Barrón, biólogo por la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.
La viuda negra
Aquella clasificada como Latrodectus es reconocible por su abultado abdomen negro con una mancha roja en forma de reloj de arena. Comúnmente es denominada como “viuda negra” o araña capulina y de estas, viven tres subespecies en el país, de acuerdo con Durán Barrón, doctor en Ciencias por la UNAM.
Diego Barrales Alcalá, por su parte, refiere que la figura de las viudas negras puede variar en forma y color, pues a veces se presenta como un punto y, en ocasiones, la mancha puede ser naranja, amarilla o rojo pálido.
Las tres variantes de viuda negra en México son: “Latrodectus mactans Fabricius, 1775 (“viuda negra”, “araña capulina”, “cintlatahua”, la del trasero rojo en idioma Náhuatl); Latrodectus geometricus Koch, 1841 (“viuda café”), considerada una especie sinantrópica y cosmopolita que ha sido introducida en el continente Americano; y Latrodectus hesperus Chamberlin e Ivie, 1935, especie con registros en los estados de Baja California Sur y Coahuila”, de acuerdo con un documento de la Asociación Mexicana de Sistemática de Artrópodos (AMSA) que fue publicado en 2018.
Aunque la dimensión del opistosoma (“cola”) depende de la alimentación y es súmamente elástico, la viuda negra puede alcanzar tamaños de entre tres y cuatro centímetros respecto a la extensión que ocupan su cuerpo y patas.
“Estas arañas son tímidas y huidizas. Sus hábitos las colocan lejos de las actividades humanas. Su veneno es potencialmente peligroso para niños y adultos mayores”, explica Barrales Alcalá, quien realiza un doctorado en la Colección Nacional de Arácnidos del Instituto de Biología de la UNAM y promueve el conocimiento de estos atrópodos a través de Twitter en su cuenta @Arachno_Cosas.
En cuanto a veneno, el de la viuda negra es de carácter neurotóxico y 15 veces más potente que el de una vívobora cascabel. Si el envenenamiento es severo, llega dañar el sistema respiratorio y cardíaco.
“Te dan bradicardias, taquicardias, hay sudoración excesiva y se te traba la lengua. Además de adormecimiento y enrojecimiento en la zona mordida, así como dolor en las corvas”, mencionó Durán Barrón.
La telaraña de la viuda negra tiene un aspecto desordenado y frecuentemente colocada entre el suelo y alguna superficie elevada, según Barrales Alcalá.
La araña violinista
De la araña violinista o Loxosceles, México alberga 39 especies, casi una por entidad. Algunas son endémicas, por ejemplo, la Loxosceles colima y Loxosceles tehuana, que solo puede ubicarse en los estados de Puebla y Oaxaca.
Esta araña es de color pardo, entre café y crema, con patas largas sin espinas y su identificación común proviene de una mancha que asemeja la figura de un violín en el cefalotórax o prosoma (“la cabeza”), silueta que apunta en su mástil a la parte posterior del arácnido. Es una especie nocturna y puede vivir hasta cinco años.
“Son arañas que miden, ya adultas, entre dos y medio, tres centímetros, incluyendo las patas. Si uno se acerca (a su cabeza) puede ver que tiene tres pares de dos ojitos, muy característico en ellas”, describe Alejandro Alagón, del Instituto de Biología de la UNAM.
A diferencia del veneno de la viuda negra, el de la araña violinista es necrótico. Su picadura en la piel provoca necrosis, una especie de lesión ulcerosa asociada a la muerte de células, de ahí, la toxina puede invadir hígado, riñones, entre otros órganos.
“Licúa el órgano afectado y difícilmente sobrevives. Los médicos suelen confundir el comienzo de la sintomatología con una gripa. Quizá por eso en el sector salud no hay registros “fehacientes de gente mordida por arañas””, agrega Durán Barrón.
La mordedura de una violinista puede no registrar dolor, algunas veces, los síntomas aparecen entre 6 y 12 horas después de la picadura. Y entre 87% y 97% los casos derivan en loxoxcelismo cutáneo, que provocaría náuseas, vómito y fiebre. Además, la zona afectada es reconocible por presencia de un círculo con un centro blanco o de color más claro, de acuerdo con Diego Barrales Alcalá.
Cada año son atendidas un promedio de 30 personas por picaduras de arañas violinistas en México, pero se estima que unos 200,000 individuos mueren por la picadura de este arácnido en el mundo en ese mismo lapso, según reportes de la UNAM.
“México tiene la mayor diversidad de arañas violinistas en todo el mundo con 39 especies (29.32%) de las 133 que han sido registradas a nivel mundial”, refiere la AMSA.
Los biólogos de la UNAM recomiendan no dañar a las arañas ante su avistamiento, sino procurar sacarlas de las casas y recogerlas con un vaso u hoja de papel. Pues estos animales no son violentos ni agresivos y si atacan lo harán por motivos de defensa.
Ya sea una picadura de violinista o viuda negra, las personas deben tratar de atrapar a la araña para saber qué tratamiento ocupar, pues existen antivenenos que pueden resolver la afectación. Pero es importante su identificación pues la mordedura puede escalar a efectos letales.
Un método de reconocimiento puede ser la consulta al aracnólogo Diego Barrales Alcalá en su cuenta Diego Barrales Alcalá en su cuenta de Twitter @Arachno_Cosas.
Para mayor precaución no son necesarias acciones de fumigación química, basta con limpieza general de la casa, así como revisar o desechar objetos arrumbados o empolvados que ya no se usen. Además de separar las camas de paredes, evitar que las cobijas se arrastren o estén destendidas e inspeccionar la ropa y cajones donde se guardan las prendas.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: