Desde el pasado 1 de enero de 2020 entró en vigor la prohibición de producir y comercializar bolsas plásticas en Ciudad de México, lo que incluía, según la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de la capital, la distribución de plásticos de un uso, como bolsas, cubiertos, vasos y platos desechables, así como cápsulas de café, entre otros.
Sin embargo, por la pandemia de coronavirus, la Sedema dejó de realizar inspecciones y se suspendió la campaña que logró que el 85% de establecimientos detuvieran la entrega de bolsas.
En este sentido, la Alianza México sin Plástico, con 200 asociaciones, solicitaron a la Jefa de Gobierno capitalina, reanudar las inspecciones para recuperar la prohibición.
Bolsas de plástico y popotes podrían volver al mercado, ya que, de acuerdo con especialistas, son insumos que pueden proteger mejor de los contagios por COVID-19, además de que el pasado 1 de abril, Sedema emitió una recomendación para el manejo de residuos durante el confinamiento.
“Colocar en una bolsa cubrebocas, guantes, pañuelos desechables, chicles, cepillos dentales, cigarros, envases de medicamentos, jeringas y gasas. La bolsa que contenga estos residuos debe rociarse por dentro y por fuera con una solución de agua clorada”, se lee en el documento que al parecer, devolvió la autorización al uso de bolsas.
En ese sentido, la cadena de producción y comercialización revivió durante los días de confinamiento, con la venta de plásticos en tiendas de La Merced y la Central de Abasto.
“La afectación al medio ambiente por el uso de plásticos desechables resulta en un mayor costo a la sociedad que el beneficio económico generado por su uso y ventas”, indicó la Alianza para Reforma.
En contraparte, Carlos Álvarez Flores, especialista en gestión de residuos e Ingeniero químico industrial, presidente de México, Comunicación y Ambiente, A.C., en entrevista con Grupo Imagen, refirió que las bolsas de plástico son la mejor forma para guardar desde los cubrebocas usados, hasta los guantes de látex y cualquier otro residuo que pudiera estar contaminado con el virus”.
De acuerdo con datos de la asociación que encabeza, la Semarnat dio a conocer que, hasta el 21 de mayo, se generaron alrededor de 300 toneladas de residuos infecciosos como cubrebocas, guantes y batas – aproximadamente 2.2 kilos diarios por enfermo–, que se deben separar correctamente en bolsas de plástico para evitar contagios.
Aseguró que en estos momentos, México necesita empleos, lo cual, comentó el especialista, no se logrará cerrando empresas, como ocurrió con algunas fabricantes de bolsas el año pasado.
Detalló que existen 4,100 empresas dedicadas a los plásticos: 143 son las que hacen las bolsas plásticas, 50 cerraron, y se perdieron dos 2,500 empleos.
Lo peor del caso, afirmó, es que surgieron bolsas reusables de plástico provenientes de China, “cuando en nuestro país ese tipo de producto se puede fabricar”, alertó.
Fábrica de bolsas ahora produce sacos para muertos
La asociación Recicladores Unidos de Bolsas Plásticas (Ruboplast) ha recibido el encargo por parte de una empresa comercializadora para fabricar 20,000 bolsas para depositar víctimas del coronavirus.
Cerca de una veintena de personas trabaja a contrarreloj en esta vieja nave industrial de Ecatepec de Morelos llena de montañas de plástico para completar el proceso para la elaboración de las bolsas, desde la selección de plásticos reciclables hasta la confección del saco.
Posteriormente se envían a la ciudad de Toluca, donde un grupo de costureras se encarga del cierre vertical con cremallera que atraviesa la bolsa de arriba a bajo.
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