Duermen en la frontera para llegar a tiempo al trabajo: la dura realidad de los mexicanos entre Tijuana y San Diego

México y Estados Unidos acordaron extender las restricciones de viaje, por la contingencia del COVID-19, hasta el 22 de junio

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En automóviles, sillas e incluso en el piso, largas filas de personas se observan por las noches en la garita de Otay Mesa, uno de los accesos a San Diego (EEUU) desde Tijuana (México). Se trata de decenas de empleados transfronterizos quienes siguen trabajando y, para no llegar tarde, prefieren dormir dentro de sus coches o en la misma banqueta con tal de ser los primeros en cruzar a primera hora de la mañana cuando abren la garita.

La escena se volvió habitual desde que se implementaron las medidas sanitarias por la contingencia del COVID-19. Dicho cruce fronterizo, que normalmente está en funcionamiento las 24 horas, impuso el cierre nocturno, es decir, en estas semanas solo ha estado operando de 6 de la mañana a 10 de la noche.

La garita de San Ysidro -a poco más de ocho kilómetros de distancia- en teoría podría ser una alternativa para estas personas porque continúa operando las 24 horas del día. Sin embargo tienen en funcionamiento menos carriles que lo habitual, así que resulta incierto calcular el tiempo que pueda llevar cruzar la frontera por esa vía. Por eso, hay quienes prefieren pasar la noche en Otay que arriesgarse en San Ysidro.

Y la situación parece que no cambiará al menos hasta el 22 de junio, que fue la fecha hasta la cual los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron extender las restricciones de viaje en la frontera impuestas para reducir la propagación del nuevo coronavirus.

Por el momento, el cruce entre ambos países se permite solo a ciudadanos estadounidenses y residentes legales permanentes, así como para las personas que viajan por cuestiones médicas, educativas, laborales, entre otros asuntos considerados de carácter esencial.

(Foto: Telemundo)
(Foto: Telemundo)

Entre algunos testimonios recogidos por Los Angeles Times se encuentra Porfirio Pérez, que trabaja en un taller mecánico en San Diego. “No nos podemos confiar”, señaló en referencia a las filas de más de cuatro horas de espera en el cruce de San Ysidro. Por ello llega a las 10:30 de la noche a la garita de Otay Mesa, se estaciona en uno de los carriles y duerme en su automóvil. Así lo ha hecho durante tres semanas; ya está cansado. “Es estresante, apenas y medio dormimos”, comenta a dicho medio.

También lo hace así Julio Quintero para llegar a tiempo a su trabajo en Chula Vista: lleva una cobija en su automóvil y duerme en la parte trasera. Este hombre, que trabaja en el negocio de las flores, señaló que ha hecho el intento por San Ysidro, pero que la fila era interminable. Por eso prefiere al menos dormir que pasar la noche haciendo fila y gastando gasolina. “Es muy cansado, pero qué podemos hacer”.

Otros trabajadores han optado por dejar su vehículo en la fila por la noche y regresar minutos antes de las 6 de la mañana, aunque se arriesgan a robos o daños.

En el cruce peatonal otros más pasan la espera dormidos en sillas plegables o en el mismo suelo.

Pero también hay quienes consideran otras opciones para llegar a tiempo a sus empleos. David Ramos, trabaja en la cocina de un asilo de veteranos en San Diego, y prefiere cruzar por San Ysidro en la noche y dormir del otro lado de la frontera. “No le veo el caso de quedarte a unos cuántos metros de la garita cuando puedes cruzar y dormir en tu trabajo o cerca de tu trabajo”, consideró. Normalmente, antes de la pandemia, Ramos salía de su casa, para ir a trabajar, con cuatro horas de anticipación.

(Foto: Telemundo)
(Foto: Telemundo)

Los Angeles Times también cita a Gustavo de la Fuente, director ejecutivo de la organización Smart Border Coalition quien consideró que la autoridad estadounidense debe tomar nota de los tiempos de espera, advirtiendo que irán aumentando conforme las actividades se reanuden en el condado: “En la medida que los negocios en San Diego estén abriendo o acepten a que regresen más empleados a trabajar en sus instalaciones, habrá más tráfico cruzando”.

Precisamente, detalla dicho medio, la Junta de Supervisores del Condado de San Diego aprobó recién un plan para agilizar una segunda etapa para reabrir negocios. Así, algunas tiendas y restaurantes podrán reanudar actividades siempre y cuando sigan con las indicaciones de distanciamiento social, entre otras medidas.

También la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) se pronunció al respecto, al reconocer en un comunicado que los viajeros podrían experimentar demoras más largas debido a las restricciones y a los cierres temporales de algunos carriles.

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