Las víctimas silenciosas: cómo afecta el encierro por coronavirus a los niños mexicanos

La pandemia del coronavirus ha dejado decenas de infectados, desolación y muerte a su paso por varios países, pero también ha provocado el brote de nuevas víctimas como es el caso de los menores en casa.

Los niños, niñas y adolescentes son también personas vulnerables que pueden llegar a ser afectados durante el confinamiento en los hogares, tanto directamente como indirectamente, pues se han convertido en víctimas invisibles al sufrir violencia familiar, mala alimentación, pobreza, entre otros factores.

Durante la tradicional conferencia de salud vespertina, Ricardo Antonio Bucio Mújica, Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), recalcó que el mayor reto para los más pequeños del hogar “no es la pandemia, sino la invisibilidad”.

“La Unicef expresa que los niños pueden ser las víctimas invisibles y silenciosas de la pandemia”, recalcó.

Ante ello, recomendó acciones como la atención y protección de niñas, niños y adolescentes que son: asegurar el acceso a los servicios, salvaguardar su integridad, evitar riesgos sanitarios y minimizar efectos secundarios.

“Ellos son el 30% de la población que no vemos, los temas que tienen que ver con ellos, no tiene visibilidad para el gobierno y la industria, necesitamos aplanar la curva de la invisibilidad”, subrayó.

Por su parte, Cristian Morales, Representante de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) en México, advirtió que los más pequeños del hogar se pueden ver afectados por diversas razones durante esta contingencia, pues pueden representar un problema cuando muere un familiar por COVID-19, además de que sufren violencia doméstica, entre otras afectaciones.

Buena salud, nutrición adecuada, oportunidades para el aprendizaje, seguridad, atención receptiva, son los principales componentes que necesita un niño para alcanzar un desarrollo integral y saludable durante la crisis del COVID-19, de acuerdo con Morales.

Para minimizar el impacto recomendó: que los niños jueguen, puedan hacer ejercicio, puedan alimentarse adecuadamente, darles consuelo e integrarlos al núcleo familiar pese a la crisis por coronavirus.

“Podemos pensar qué debemos hacer para que los niños jueguen, que los niños tengan actividades lúdicas. Que los niños, a pesar de ese distanciamiento físico, puedan hacer ejercicio”, reiteró.

Aseguró que deben existir una serie de programas para poder proteger adecuadamente a los menores en todos los sentidos.

“A pesar de ese distanciamiento físico podemos escucharlos y consolarlos en sus miedos y angustias, para que colaboren en las dinámicas de casa y no les afecte el confinamiento”, añadió.

Aseguró que los efectos de la cuarentena puede ser un proceso difícil de gestionar para los adultos; sin embargo, advirtió que es aún más complicado para los niños y niñas.

Por ello, recomendó desarrollar con mayor intensidad programas de protección social y llevar una mejor educación a distancia.

En tanto, Christian Skoog, representante de Unicef en México, reveló que en México han muerto a la fecha, 23 niños debido al COVID-19, aunque advirtió que los efectos de la pandemia atacarán de manera especial a la población infantil en otros aspectos, como los niveles de pobreza y violencia, que aumentarán en el país.

En ese sentido, pidió al gobierno y a la sociedad mexicana a poner atención en la formación de los niños luego de la pandemia, pues podría atraer un aumento en la mala nutrición y la pobreza acarrear abandono escolar, estrés y violencia intrafamiliar.

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