Aproximadamente 60 vecinos de la colonia Benito Juárez en el Estado de México llevaron a cabo una manifestación para exigir la clausura de un crematorio.
La agencia de servicios funerarios, ubicada en la avenida Sor Juana y casi esquina con la calle Cielito Lindo, intentó abrir el crematorio el año pasado, pero los vecinos se manifestaron en contra y lograron el cierre del establecimiento.
Durante la pandemia de COVID-19 en la capital, donde las funerarias están saturadas y existen filas enormes de cuerpos para los hornos, el crematorio en Ciudad Nezahualcóyotl reanudó operaciones y, de acuerdo a los vecinos, opera las 24 horas.
Los vecinos han denunciado que todo el día sale humo con un olor repulsivo, lo cual provoca un malestar constante. “La peste no se aguanta. La chimenea día y noche saca humo, son puros cuerpos de neumonía atípica con COVID-19 y si yo no tengo contacto directo con una persona enferma, ahora sí nos podríamos contagiar”, declaró un vecino a Excélsior.
Algunos de los malestares que describieron son nauseas, dolor de garganta, y dolor de cabeza. Aseguran que es por inhalar constantemente el humo que sale de la chimenea del crematorio. Este jueves los servicios funerarios permanecieron cerrados porque los vecinos decidieron manifestarse frente a las instalaciones.
Otro caso es el de la funeraria J. García López, ubicada en la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, donde los vecinos ya han protestado por los riesgos de infección ya que esos camiones refrigerantes se encuentran en la vía pública, y temen que haya un contagio. La funeraria, aseguró La Silla Rota, explicó que sus dos vehículos permanecen inmóviles y tapados con hules y lonas de color negro para mejorar la preservación de los cuerpos.
La semana pasada encargados de diferentes funerarias capitalinas advirtieron que los hornos crematorios de la ciudad estaban "saturados” por los muertos del nuevo coronavirus. Agregaron que, para ser cremado, un cuerpo puede llegar a esperar turnos de más de 24 horas, o también empiezan a optar por enviarlos al Estado de México.
"Todo está saturado, no hay horarios para cremar. En general todas las funerarias llevamos un desfase de uno, dos o hasta tres días, porque los horarios ya están saturados”, declaró a Milenio Javier Rodríguez, de Funerales Juárez, aledaño al Hospital Juárez de México. Agregó que se tiene la necesidad “de ir a cremar más lejos: Acolman, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, y Tultitlán, porque aquí los hornos de la Ciudad de México, públicos y privados, están saturados”.
El panteón municipal de Nezahualcóyotl, ciudad colindante con la capital mexicana, inició a finales de abril, en plena expansión de la enfermedad, su servicio de cremaciones en dos hornos con una capacidad para tres cuerpos diarios cada uno.
Desde entonces, los seis turnos están ocupados casi a diario y la mitad de los 65 cuerpos que se incineraron en la primera quincena de mayo eran de personas fallecidas por COVID-19.
Los cuerpos de fallecidos por COVID-19 llegan embalados en dos o tres bolsas negras y por precaución son introducidos al horno sin ser sacados de esos sacos mortuorios.
Basta con observar la chimenea del crematorio para saber si se está incinerando a un muerto por coronavirus, dado que la cremación de las bolsas de plástico emite un humo negro, mientras que en las incineraciones por muerte natural el humo es blanco.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, informó que al corte de este 21 de mayo, suman 6,510 decesos, además de 59,567 casos confirmados acumulados y 12,905 contagios activos de COVID-19.
Desde el Palacio Nacional, las autoridades sanitarias informaron que hay 108,980 casos negativos y 33,291 son sospechosos, de un total de 201,838 pruebas realizadas.
Las tres entidades con el mayor registro de defunciones acumuladas son la Ciudad de México, Baja California, y el Estado de México. Por el contrario, Zacatecas, Durango, y Colima, son las tres con el menor número de defunciones.
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