Todo comenzó en 2018, cuando autoridades estadounidenses empezaron a seguir la pista de un bioquímico búlgaro llamado Antov Petrov Kulkin, de quien creían que manejaba un pequeño laboratorio de fentanilo y de una sustancia llamada carfentanilo en México.
La pista los llevó hasta las ciudades de Tijuana y Mexicali, en el estado de Baja California, en la frontera con Estados Unidos. En la segunda, detuvieron a un hombre identificado como Iván Arredondo-Ramírez, presunto jefe del biólogo. Esta captura dejó al descubierto la producción de carfentanilo, una droga que es 100 veces más letal que el fentanilo y que contiene sustancias que se utilizan para tranquilizar a animales de gran tamaño, como los elefantes.
Tanto Arrendondo como Kulkin fueron identificados como integrantes del cártel de Sinaloa, y su captura llevó al decomiso de más de 20,000 píldoras de carfentanilo.
Aunque hace unos años se desconocía la existencia del carfentanilo, entre 2015 y 2017, tan sólo el Estados Unidos, los reportes sobre decomisos de esta droga pasaron de cero a 6,000 de acuerdo con un reporte de la organización Insight Crime, lo que motivó que en 2018, la Agencia Antidrogas (DEA, por sus siglas en inglés) levantará una alerta sobre este droga.
El carfentanilo es un derivado del fentanilo. Originalmente fue diseñado como un tranquilizante para elefantes y su uso no está aprobado para humanos. El opioide sintético es 10,000 veces más potente que la morfina y 100 veces más potente que el mismo fentanilo, que se caracteriza por ser 50 veces más potente que la heroína, de acuerdo con información de la DEA. Solo dos miligramos de este opiáceo puede tumbar a un animal de 2,000 libras.
Su efecto principal se centra en el cerebro, al que duerme para reducir los dolores, según pruebas realizadas por la Oficina del Médico Forense del Condado Broward, en Florida.
“Ingerir sólo algunos gránulos de carfentanil del tamaño de un grano de sal puede matarte”, indica el reporte de las autoridades de Broward. “Es, por mucho, el opioide más mortífero para aquellos que usan drogas callejeras”.
“El opioide es tan fuerte que ni los rescatistas, personal médico, o los perros rastreadores de drogas están a salvo de sus efectos. Según los expertos, aquellos que inhalan sus vapores corren el riesgo de desplomarse y deben ser tratados de manera inmediata con el medicamento Narcan”, publicó el Miami Herald.
El Narcan contiene naxolona, un fármaco que reactiva el sistema respiratorio o previene un paro respiratorio que puede ser causado por la intoxicación aguda por opiáceos.
De acuerdo con información del diario español La Vanguardia, se cree que el carfentanilo fue una de las sustancias usadas en la famosa crisis de rehenes del teatro Dubrovka de Moscú de 2002.
El teatro, en el que habían unas 850 personas, fue tomado por unos 50 activistas chechenos que, armados con explosivos, exigían entre otras cosas la retirada de las fuerzas rusas de Chechenia.
Debido a la arquitectura del edificio, los cuerpos especiales decidieron abortar cualquier tipo de acción que tuviera como fin hacerse con el control de la sala. En su defecto, apostaron por esparcir por el sistema de ventilación un agente químico. Cerca de 130 rehenes, y todos los asaltantes, murieron por el gas letal diseminado, una acción que fue muy criticada en su momento.
El gobierno ruso nunca admitió el uso de carfentanilo en la crisis de los rehenes del teatro Dubrovka, pero diez años más tarde de aquel fatídico suceso, científicos británicos detectaron la presencia de esta sustancia en la ropa de varios supervivientes.
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