“Tengo secuestrado a tu hijo, te lo voy a matar”. A comienzos de esta semana, un hombre de Chiapas recibió la llamada de un sujeto que le aseguraba tener secuestrado a su hijo y le exigía la entrega de una cantidad de dinero si quería volver a verlo con vida.
Con un lenguaje muy violento, consiguió que éste pagara una cantidad por el supuesto rescate del joven. Así comenzó el atroz proceso de presión empleado por el extorsionador.
Ese mismo día, el hijo — que se encontraba hospedado en el hotel Ambos Mundos de la Ciudad de México— recibió una llamada en la que un hombre se identificó como miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación. “Tengo secuestrado a tu padre, lo voy a matar”, le anunció. El pánico y el engaño se encargaron del resto: los presuntos criminales le obligaron a hacer una serie de pagos rápidos.
No sólo eso, el delincuente al percatarse que el joven se encontraba en el cuarto de un hotel, le ordenó ponerse un traje militar y tocar en la habitación contigua. Las versiones recogidas por El Universal refieren que el extorsionador había realizado una videollamada que le permitiera tener el control absoluto de la situación.
En el sitio se encontraban 14 enfermeras y enfermeros del IMSS, que habían llegado recientemente de Monterrey a la Ciudad de México para ayudar durante la pandemia.
Los trabajadores de la salud aseguraron que a su habitación entró un hombre que se presentó como miembro del CJNG. Era el joven vestido de militar, quien los insultó y les dijo que tenía francotiradores.
Al día siguiente, las víctimas fueron separadas en dos grupos: unos permanecieron en el Ambos Mundos y otros fueron conducidos por el joven al hotel cercano, Bonn.
En el intervalo, los extorsionadores contactaron a las familias. Las amenazas también habrían llegado hasta la directiva del hospital Autónomo Hermanos Rodríguez, donde fue designado el personal médico para trabajar.
En cosa de unos minutos, agentes de la policía capitalina arribaron al lugar y lograron impedir que cayeran en la trampa; sin embargo era tarde para una parte de los enfermeros, cuyos familiares ya habían pagado el rescate.
Trabajos de inteligencia realizados por la Fiscalía Antisecuestros determinaron que la extorsión venía del penal de Altamira.
Hasta hace unos días, los hoteles Ambos Mundos y Bonn, localizados en la alcaldía Miguel Hidalgo, eran ejemplos de solidaridad después de haber llegado a un acuerdo entre las autoridades y los hoteleros, pues albergarían gratuitamente al personal médico que había llegado a colaborar en la emergencia. Sin embargo, actualmente se investiga a los empleados por una supuesta complicidad con los delincuentes.
El modus operandi de los secuestros virtuales varía. A muchas víctimas les obligan a tirar su celular y a adquirir otro para que las llamadas no puedan ser rastrear o para evitar que los familiares se pongan en contacto.
Según el Gobierno de México el secuestro virtual, entendido como una modalidad de extorsión telefónica, se ha convertido en un delito que aumenta su comisión en fines de semana y temporada vacacional.
Para su ejecución, los delincuentes logran que la víctima que eligieron al azar salga de su domicilio o del hotel donde se encuentra hospedada a través de engaños, vía telefónica.
Por lo general, éstos argumentan ser integrantes de algún grupo delictivo; aseguran vigilar a la víctima y la amenazan con dañar a algún familiar si no sigue sus instrucciones.
Para tener el control de la situación, le solicitan trasladarse a algún sitio específico (hoteles o lugares públicos) y le exigen apagar su celular para limitar la comunicación con sus seres queridos o con las autoridades.
Durante el tiempo en el que la víctima se encuentra incomunicada, los extorsionadores realizan llamadas a los familiares argumentando un supuesto “secuestro” con el objetivo de conseguir lo más pronto posible el pago del “rescate”, el cual obtienen mediante depósitos bancarios o en tiendas de conveniencia.
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