La estadía en la Ciudad de México de 14 enfermeras y enfermeros del Instituto Mexicano del Seguro Social de Nuevo León, se transformó en varias horas de horror.
Los trabajadores de la salud, que llegaron a la capital mexicana como parte de los equipos de apoyo para la atención de coronavirus, se convirtieron en víctimas de un secuestro virtual, luego de que presuntos delincuentes amedrentaran al personal médico a través de llamadas y video llamadas.
Las amenazas advertían que los delincuentes tenían control de las cámaras del hotel donde se hospedaban los trabajadores de la salud y que si salían a la calle, atentarían contra sus vidas. Según los informes de la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, las víctimas se alojaban en dos hoteles de la colonia Tacubaya, alcaldía Miguel Hidalgo.
Por la tarde del martes, agentes de la Guardia Nacional y de la Fiscalía Antisecuestros de la Ciudad de México llegaron para atender la denuncia. En grabaciones reveladas por la Fiscalía, se puede ver a los trabajadores desalojando el hotel, mientras los agentes intentan calmarlos.
Las víctimas fueron trasladadas a la Fiscalía de Investigación del Delito de Secuestro, donde se les proporcionó atención médica y asesoría jurídica.
El modus operandi de los secuestros virtuales varía. A muchas víctimas les obligan a tirar su celular y a adquirir otro para que las llamadas no puedan ser rastrear o para evitar que los familiares se pongan en contacto.
Según el Gobierno de México el secuestro virtual, entendido como una modalidad de extorsión telefónica, se ha convertido en un delito que aumenta su comisión en fines de semana y temporada vacacional.
Para su ejecución, los delincuentes logran que la víctima que eligieron al azar salga de su domicilio o del hotel donde se encuentra hospedada a través de engaños, vía telefónica.
Por lo general, éstos argumentan ser integrantes de algún grupo delictivo; aseguran vigilar a la víctima y la amenazan con dañar a algún familiar si no sigue sus instrucciones.
Para tener el control de la situación, le solicitan trasladarse a algún sitio específico (hoteles o lugares públicos) y le exigen apagar su celular para limitar la comunicación con sus seres queridos o con las autoridades.
Durante el tiempo en el que la víctima se encuentra incomunicada, los extorsionadores realizan llamadas a los familiares argumentando un supuesto “secuestro” con el objetivo de conseguir lo más pronto posible el pago del “rescate”, el cual obtienen mediante depósitos bancarios o en tiendas de conveniencia.
El secuestro es uno de los delitos en México que registraron una baja tras decretarse la emergencia sanitaria el país, de acuerdo con la organización de la sociedad civil Alto al Secuestro, a cargo de Miranda Wallace.
El reporte mensual de la asociación reportó que mientras en marzo fueron integradas un total de 121 carpetas de investigación, en el mes de abril hubo apenas 99.
Los secuestros disminuyeron 18.1%; mientras que las víctimas de los plagios fueron 11, lo que representa una disminución del 34.7%. Por último, se informó que los detenidos fueron 125, a la baja también con el 11.3%.
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