Derivado de la crisis sanitaria por el coronavirus en México, Esteban Moctezuma, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), explicó que el regreso a clases se llevará a cabo en paralelo a la estrategia de la Nueva Normalidad impulsada por el gobierno federal. Esto quiere decir que, distintas secretarías de Estado, a través de un trabajo en conjunto, suscribieron un acuerdo que planifica el regreso a las actividades laborales, escolares y sociales de manera planeada y conscientemente, donde se dará prioridad el resguardo a la salud humana.
Esta implementación se coordina entre la Secretaría de Salud (SSa), a cargo de Jorge Alcocer; la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), liderada por Luisa Alcalde; y la Secretaría de Economía (SE) dirigida por Graciela Márquez, con la finalidad de que la ciudadanía se incorpore gradualmente a sus actividades habituales sin que represente un riesgo mayor a su salud derivado de la epidemia de COVID-19 en el país, misma que ha dejado hasta el momento 5,332 decesos y 51,633 casos confirmados.
En voz de Hugo López-Gatell, subsecretario de prevención y promoción de la salud, el acuerdo tiene la finalidad es tener un “mecanismo que garantice el registro oportuno de estos protocolos y la constatación de que los protocolos están conforme a los lineamientos de seguridad sanitaria que establece el gobierno federal, a través de la SSa, conjuntamente con el seguro Social, la SE y la STPS; y que esto se haga de manera expedita, sin burocracia, con el mejor ánimo de que las actividades empiecen en funcionamiento, pero lo hagan de una manera ordenada y segura”.
Esta nueva coordinación federal obedece a la lógica del término de la Jornada Nacional de Sana Distancia, cuyo inicio formal fue el 23 de marzo y terminará el domingo 31 de mayo. De este modo, a partir del lunes 1 de junio, entrará en vigor un sistema que indicará el factor de riesgo epidémico en cada municipio, éste estará señalizado por un semáforo de cuatro colores y cada color indicará el nivel de contagio: rojo (nivel máximo), naranja (nivel alto), amarillo (nivel medio) y verde (nivel bajo).
Esta señalización determinará, entre otras cosas, el regreso a clases, pues los municipios o ciudades con el semáforo en rojo, al representar un riesgo mayor, no regresarán al sistema presencial de la SEP.
Los municipios cuyo color indicativo sea verde podrán regresar a clases; sin embargo, la autorización oficial dependerá de los gobiernos locales y no del federal. Es decir, la estrategia de la Nueva Normalidad respeta los niveles federativos de gobierno para la reactivación de sus actividades escolares.
Esto concuerda con la declaración del subsecretario López-Gatell, quien refirió el día de ayer que “no piense la ciudadanía que el 1 de junio volvemos a la normalidad, no va a ser así”, durante la conferencia de prensa vespertina celebrada en Palacio Nacional.
Pues, aún cuando se regrese a clases, aclaró Moctezuma Barragán, el modo de interacción social extremará precauciones para evitar brotes descontrolados de SARS-CoV-2 entre las y los alumnos, así como entre las y los maestros.
Para lograrlo, la SEP implementará dos filtros de bioseguridad. El primero será en la casa del alumno, donde se espera que los padres estén atento de sus hijos y no los manden a la escuela en caso de que presenten síntomas similares a COVID-19. El segundo será en la entrada de las escuelas, donde se les tomará la temperatura y se hará una revisión antes de ingresar. En caso de que se detecte la sintomatología, la niña o niño será regresado a su casa.
La interacción dentro de las escuelas aún no está definida, pues tienen que evaluar las medidas de detección, contención y aislamiento de los posibles casos de coronavirus, también, deben de evaluar la implementación de material de protección entre los integrantes de la comunidad escolar y verificar que las instalaciones procuren la sana distancia e impulsen la higiene requerida para evitar la transmisión del virus.
Respecto al aprovechamiento, Moctezuma Barragán explicó que aplicaran evaluaciones no punitivas, esto para medir la efectividad de la educación a distancia implementada en México.
“Vamos a hacer una evaluación, regresando a clases, para ver en qué estado se encuentra el aprendizaje de las niñas y de los niños. Se le va a dar una guía a las maestras y a los maestros para que conozcan el avance de sus alumnos personalizado”, adelantó.
Asimismo, dijo que depende mucho del contexto del alumno. Aún en situaciones precarias, hay familias que apoyan a sus hijos para estudiar; sin embargo, también existen hogares donde existen condiciones de violencia que complican mucho la vida del estudiante.
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