Por segunda ocasión, Diana Karen, hija de Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, exlíder del Cártel de Tláhuac, y su esposo Carlos Alejandro Mendoza, “El Cindy” fueron detenidos este fin de semana tras el cateo a un domicilio ubicado en la colonia Del Mar, en la alcaldía Tláhuac.
Diana Karen alias “La Princesa de Tláhuac” presunta encargada de la venta y distribución de drogas, así como de posibles extorsiones cometidas a comerciantes y operadores de unidades de transporte público en la alcaldía y su marido, ya habían sido detenidos en 2019, pero fueron liberados.
El periodista Héctor de Mauleón narró en su columna en el diario El Universal, cómo ocurrió esa liberación.
De Mauleón señaló que “El Cindy”, uno de los cabecillas del Cártel de Tláhuac fue capturado en agosto de 2019 en posesión de armas y drogas al lado de su cuñada Lilia Pérez Ramírez, pero estuvo preso menos de dos meses, luego de que un juez le otorgó la libertad condicional.
Diana Karen, la esposa del Cindy, estaba presa desde marzo de 2019. A ella también la habían capturado con drogas, armas y equipos de comunicación.
De acuerdo con De Mauleón, la liberación de Carlos Alejandro causó molestia entre las autoridades de procuración de justicia ya que era uno de los objetivos prioritarios de las autoridades capitalinas debido a que Carlos y su mujer serían los causantes de la violencia que sacude las alcaldías Tláhuac, Xochimilco e Iztapalapa.
“El Cindy” es considerado el jefe de sicarios de la organización criminal, así como el encargado de transmitir y vigilar que se lleven a cabo las instrucciones que gira desde la cárcel otro de los hijos de “El Ojos”: Miguel Ángel Pérez “El Micky”.
La policía asegura que “El Cindy” ha ordenado al menos una docena de homicidios asociados con rivalidades delincuenciales, pero el Ministerio Público no logró sostener ninguno de los cargos.
Héctor de Mauleón señala que “El Cindy” solicitó los servicios legales del Sindicato Libertad, que con el Cártel de Tláhuac como brazo ejecutor, opera la extorsión y el cobro de piso al transporte público, la construcción y el reparto de agua en plazas y centros comerciales del Valle de México.
El periodista asegura que aunque se ordenó la reaprehensión de Carlos Alejandro esa misma noche, su rastro se perdió. Pero en el operativo, fue detenida su madre en posesión de varios paquetes de droga y aún se encuentra recluida en el Penal de Santa Martha Acatitla.
De Mauleón dice que “El Cindy” asumió la dirección del grupo y puso a los abogados a su servicio a trabajar para sacar a su esposa de la cárcel. Mientras, estuvo escondido en casas de seguridad ubicadas en el estado de Hidalgo y hacía rápidas visitas a la Ciudad de México para reunirse con miembros de la organización criminal.
Las autoridades afirman, dice el periodista, que El Cindy operó durante varios meses la estructura que dejó El Micky, integrada por jóvenes de Tláhuac, Iztapalapa y Xochimilco, dedicados a mover marihuana y cocaína en esas alcaldías.
Además, de acuerdo con testimonios de informantes, él habría entregado dentro de un restaurante, las armas con las que luego se asesinó a dos israelíes en Plaza Artz.
El periodista señala que “La Princesa de Tláhuac” quedó en libertad en febrero pasado. Hubo registro de reuniones ocurridas en Tláhuac para establecer las nuevas reglas del cártel. La pareja habría permanecido en varias casas del sur de la ciudad, sobre todo en Lomas de Padierna, mientras intentaban no ser detectados por la policía. También cambiaban el número de teléfono y mantenían apagados sus celulares el mayor tiempo posible.
El periodista señala que en las últimas semanas “El Cindy” empezó a realizar viajes de dos o tres días a Acapulco y Chilpancingo, en el estado de Guerrero. Y es que durante mucho tiempo se habló de los vínculos del Cártel de Tláhuac con Guerreros Unidos.
Reveló que la desde la noche del pasado viernes 15 de mayo, elementos de la Policía de Investigación, de la Fiscalía General de Justicia y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, encontraron la casa de seguridad y las de algunas de sus colaboradores, y tenían listas cuatro órdenes de cateo, pero ese día Carlos decidió viajar a Chilpancingo y regresó el sábado por la tarde. Estuvo con algunos amigos y agarró la fiesta.
En la madrugada, cuando regresó a su casa, lo detuvieron al lado de su esposa. Intentó huir por la azotea, pero un dron que sobrevolaba su domicilio indicó a los agentes el punto exacto en donde “El Cindy” intentó ocultarse.
En las próximas horas, el Ministerio Público de la Coordinación General de Investigación de Delitos de Alto Impacto determinará su situación jurídica de ambos.
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