Está previsto que este lunes se empiece a implementar el plan de reapertura de actividades planteado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), al que ha llamado el regreso a la “nueva normalidad” y que estipula que los municipios que no hayan presentado casos de COVID-19 en los últimos 28 días pueden retomar actividades económicas, sociales y educativas de manera presencial.
Sin embargo, según reporta El Universal, los 12 “municipios de la esperanza” -como los bautizó el mandatario mexicano- ubicados en Guerrero no reanudarán este lunes sus actividades y continuarán atrincherados para evitar que el nuevo coronavirus entré en sus territorios.
Se trata de municipios que están entre los más marginados y con mayor rezago social a nivel estatal y nacional, por lo que su mayor preocupación residen en la falta de servicios públicos, médicos y de hospitales, carencias que los convierte en las zonas más vulnerables en esta pandemia.
Ubicados en La Montaña y Costa Chica de Guerrero, los municipios que se resisten a volver a sus actividades son Cochoapa el Grande, Metlatonoc, Malinaltepec, Iliatenco, Tlacoapa, Zapotitlán Tablas, Xochistlahuaca, Tlacochistlahuaca, Ometepec, Juchitlán, Cuajinicuilapa e Igualapa.
Precisamente, Cochoapa el Grande es el segundo municipio más pobre de México. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 82.60% de su población vive en extrema pobreza y 90.53% de sus habitantes no tiene acceso a servicios de salud.
Mientras que en el municipio de Malinaltepec para mitigar la pandemia sólo tienen cubrebocas, guantes y gel antibacterial. En esa alcaldía hay 20 médicos para atender a 29 mil 599 habitantes; es decir, uno por cada mil 500 promedio, bastante alejado de la recomendación la Organización Mundial de la Salud (OMS), que señala un médico por cada 333 personas.
“Ante la llegada de la pandemia de COVID-19, la población indígena de La Montaña será de las más vulnerables, no se cuenta con un sistema de salud integral, la preocupación que tenemos como autoridad municipal es qué vamos a hacer si hay un contagio comunitario”, contó a El Universal el edil de Malinaltepec, Abel Bruno Arriaga.
Ese municipio, Malinaltepec, tiene un alto grado de marginación ya que más de la mitad de los pobladores -14 mil 809 habitantes- viven en pobreza extrema. Los indicadores del Inegi señalan que 75% de las viviendas ahí no cuentan con agua potable, en 67.19% de las casas sus habitantes están hacinados, y 51% no tiene servicio sanitario. El alcalde lamenta que los cubrebocas, guantes y gel antibacterial no alcanzan para todos, en un lugar en el que está demás decir que no cuentan con un solo respirador mecánico.
Hasta ahora continúan sin registrar contagios del virus. Pero mucho tiene que ver con que desde hace más de un mes cerraron todos sus accesos, ningún foráneo puede entrar y sus pobladores sólo salen los miércoles y sábados para conseguir alimentos. En las entradas instalaron filtros y cuando salen o ingresan los pobladores los sanitizan para evitar que entre el virus.
Por su parte, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo señaló que acordó con los alcaldes de esos 12 municipios el no reanudar actividades, porque dos de ellos tienen vecindad con unos de Oaxaca que sí tienen casos de coronavirus.
El diario mexicano también cita a Macedonio Mendoza, poblador de Metlatonoc, donde 77% de sus habitantes viven en pobreza extrema. Él aclaró que las comunidades indígenas son vulnerables desde antes del coronavirus.
“Los niños acá siguen muriendo por desnutrición o una diarrea que no es atendida por falta de medicamentos o doctores. Aquí sigue habiendo muertes maternas por la falta de atención, porque las autoridades han negado un servicio de salud digno”, dice. Si un habitante de La Montaña se contagia de COVID-19 debería viajar a Chilpancingo, a ocho horas de camino. Por eso es que prefieren no arriesgarse.
En Guerrero, hasta el momento se registran 743 contagios y 101 fallecimientos por el virus.
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