La Ciudad de México es el lugar donde se registran más contagios (13,076) y muertes (1,286) por el coronavirus, lo que ha provocado una saturación en las funerarias y filas enormes de cuerpos para los hornos crematorios. En algunos casos se han tenido que utilizar camiones refrigerantes para preservar los cadáveres mientras esperan a ser cremados.
Tal es el caso de la funeraria J. García López, ubicada en la colonia Juárez, en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, donde los vecinos ya han protestado por los riesgos de infección ya que esos camiones refrigerantes se encuentran en la vía pública, y temen que haya un contagio. La funeraria, aseguró La Silla Rota, explicó que sus dos vehículos permanecen inmóviles y tapados con hules y lonas de color negro para mejorar la preservación de los cuerpos.
La semana pasada encargados de diferentes funerarias capitalinas advirtieron que los hornos crematorios de la ciudad estaban "saturados” por los muertos del nuevo coronavirus. Agregaron que, para ser cremado, un cuerpo puede llegar a esperar turnos de más de 24 horas, o también empiezan a optar por enviarlos al Estado de México.
"Todo está saturado, no hay horarios para cremar. En general todas las funerarias llevamos un desfase de uno, dos o hasta tres días, porque los horarios ya están saturados”, declaró a Milenio Javier Rodríguez, de Funerales Juárez, aledaño al Hospital Juárez de México. Agregó: “Tenemos la necesidad de ir a cremar más lejos: Acolman, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec y Tultitlán, porque aquí los hornos de CdMx, públicos y privados, están saturados”.
Específicamente, uno de los crematorios con mayor demanda es el ubicado en Palo Alto, Cuajimalpa. Los dos hornos con los que ahí cuentan operan las 24 horas y en estos días, en plena Fase 3 del COVID-19 en el país, llegan a realizar hasta 40 servicios diarios.
El coordinador de Panteones en Cuajimalpa, Raúl Peñaloza, aceptó que Palo Alto está operando en su máxima capacidad: “Estamos saturados, ¿por qué?, porque ellos (juzgados y funerarias) no se programan, sacan su orden de cremación e inmediatamente vienen aquí”.
Además, sumado a que en las funerarias sostienen que el servicio avanza lento, los hornos requieren de mantenimiento y refacciones. Milenio reporta haber visitado Palo Alto y constatado la operación, así como el humo negro que sale por las chimeneas, lo que genera molestia y quejas vecinales, por lo que instalaron filtros.
Al respecto, los trabajadores indicaron que los cuerpos les llegan en bolsas negras y al meterlos lanzan humo negro por 10 minutos, pero después se normaliza el servicio, a pesar de que laboran a marchas forzadas.
Precisamente, el diario Reforma ya había reportado que funerarias en el oriente del Valle de México alertaron que ya tenían sus servicios saturados a causa de personas que murieron por COVID-19 o son sospechosos de haber portado la enfermedad.
En los municipios como Los Reyes, La Paz, Chicoloapan y Chalco hay alrededor de 30 funerarias, pero solamente en tres de ellas cuentan con el servicio activo de cremación.
David Licona, representante de la asociación de funerarias de Nezahualcóyotl, reveló a ese medio que solamente uno de los crematorios es público y se encuentra en el Panteón Municipal de la entidad. El otro par son de servicios privados, pero no dan servicio a todas las funerarias.
Licona detalló, además, que ocho de cada 10 servicios para los que son requeridos, se refieren a pacientes con una muerte a causa de COVID-19. Esto provoca que los tiempos de espera sean de hasta dos o tres días después del fallecimiento; es decir, los hospitales llegan a guardar los cuerpos por más de 48 horas.
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