La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) trabaja en el desarrollo de un laboratorio nivel 3 que será destinado para crear una vacuna contra el COVID-19, enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2, esto, con apoyo del gobierno de la Ciudad México y la Secretaria de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México (SECTeI).
Rosaura Ruiz Gutiérrez, titular de la SECTeI, informó que el laboratorio de bioseguridad nivel 3 debe prever medidas sustanciales de seguridad, pues el coronavirus que causa COVID-19 es un patógeno muy contagioso. Por ello, la UNAM podría resguardar este espacio en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
“Para hacer vacunas de un virus tan especial y riesgoso como es el SARS-Cov-2, que produce la enfermedad COVID-19, se requiere un laboratorio especializado donde no haya la menor posibilidad de que pueda salir o pueda haber algún contagio”, detalló en conferencia de prensa virtual la secretaria de la SECTeI.
En el proyecto, encabezado por la UNAM, participarán la Facultad de Medicina, el Instituto de Biotecnología y el gobierno capitalino que representa Claudia Sheinbaum, misma que convocó a la conferencia donde fue anunciado el laboratorio, la mañana de este viernes.
“La responsable de este proyecto, Laura Palomares, del Instituto de Biotecnología, piensa que se puede construir en la facultad de veterinaria, porque ahí hay un laboratorio que se puede adecuar a las condiciones que se requiere para la prueba, sobretodo, en animales, como se acostumbra en las vacunas y después se tendrá que probar en humanos”, explicó la bióloga Ruiz Gutiérrez.
Aunque no fue especificado el monto de inversión en este laboratorio ni la fecha en que estaría listo, la secretaria del SECTeI refirió que habría un apoyo relevante por parte del gobierno de la capital mexicana. Por su parte, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum refirió que la iniciativa también sería apoyada por autoridades federales.
Es un proyecto que no solo involucra a la Ciudad de México, obviamente a distintas entidades del gobierno de México, a la Secretaría de Salud, por su puesto
La entidad capitalina es donde la pandemia ha afectado en mayor número a nivel nacional con 1,197 defunciones confirmadas de las 4,767 registradas por COVID-19 en todo el país, hasta el último corte de este viernes por parte de la Secretaría de Salud (Ssa).
Enrique Graue Wiechers, rector de la UNAM, no quiso abundar en fechas ni otros detalles por razones de confidencialidad que conlleva un proyecto de esta magnitud, sin embargo confirmó la realización del laboratorio y éste deberá seguir los procesos que marcados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dependencia vinculada al Departamento de Regulación y Fomento Sanitario de la Ssa.
“Hay datos de confidencialidad, por su puesto; y no tengo todavía fechas porque se tiene que sujetar a los procesos de Cofepris, antes de que podamos liberarlo. Ya no quisiera dar fechas al respecto, pero decirles que hay vamos en el camino”, dijo Graue Wiechers.
Un laboratorio de bioseguridad nivel 3 o (BSL-3) se “caracteriza por exigir prácticas microbiológicas, equipo y medidas de seguridad que permiten generar un medio ambiente seguro para el profesional del laboratorio”, según un artículo de la Revista Mexicana de Potología Clínica, publicado en 2007. De acuerdo con este artículo, los (BSL-3) permiten aislar, cultivar y preservar a los microorganismo en su estado activo.
En este tipo de laboratorios “se manejan agentes patógenos considerados como potencialmente peligrosos por las posibilidades que existen del surgimiento de un subtipo pandémico o por haber dado origen a una epidemia o pandemia que no ha podido ser controlada (patógenos emergentes y reemergentes, respectivamente)”, refiere la misma publicación firmada por varios investigadores del Laboratorio de Inmunología y Virología, perteneciente a la Facultad de Ciencias Biológicas, de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
La Universidad Nacional Autónoma de México ya cuenta con un laboratorio de bioseguridad nivel 3, se trata de la Unidad de Bioseguridad alojada en el Instituto de Investigaciones Biomédicas, cuya responsable es la doctora Clara Inés Espitia Pinzón.
Otros laboratorios de este tipo están en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos InDRE; como en Nuevo León, en la Universidad de Monterrey y la UANL; también en Veracruz y en el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño de Jalisco, según información de El Economista.
Estos laboratorios, los BSL-3, son muy escasos en México y su construcción conlleva un tiempo considerable, pues deben contar con medidas técnicas de seguridad muy específicas.
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