Apenas cuatro meses después de la detención de José Rodrigo Aréchiga Gamboa, alias “El Chino Ántrax”, en el aeropuerto de Ámsterdam, su pareja y madre de su hijo, Yuriana Castillo Torres, fue secuestrada en la ciudad de Culiacán, Sinaloa al salir de un gimnasio, el 6 de mayo de 2014.
Testigos aseguraron que varios hombres se la llevaron en una camioneta, en el lugar sólo quedó un zapato deportivo color morado, propiedad de la joven, quien tenía parentesco con con Javier Torres el JT y Manuel Torres, el Ondeado, ambos cabecillas del cártel de Sinaloa.
La joven de 23 años, de nacionalidad estadounidense, quien se dedicaba al modelaje era considerada como un prototipo de las mujeres que estaban relacionadas con narcotraficantes.
Mientras que su pareja, Rodrigo Aréchiga, era uno de los hombres de confianza de Ismael “El Mayo” Zambada, estaba al frente de Los Ántrax, uno de los brazos armados del cártel de Sinaloa. En 2012, las pugnas internas entre grupos que operaban para el cártel se intensificó y las bajas para los sicarios eran cada vez mayores. Su cabecilla ya estaba en la mira de las autoridades de Estados Unidos por lo que era necesario sacar a su fundador de escena para mantenerlo a salvo.
“El Chino Ántrax” fue detenido en Ámsterdam, Holanda, el 30 diciembre de 2013, al llegar en un vuelo procedente de México. El rastreo de su cuenta de Instagram permitió a las autoridades estadounidenses coordinarse con sus similares europeas para notificarles sobre la llegada de Aréchiga.
Cuando llegó a Holanda, la policía ya lo estaba esperando para detenerlo. Meses después, en julio de 2014 fue extraditado a Estados Unidos, donde se le buscaba, por tráfico de cocaína y marihuana gracias a la colaboración de pandillas como Los Nitro, en el sur de California.
Las autoridades estadounidenses le concedieron el beneficio de prisión domiciliaria, sin embargo, el 8 de mayo de este año, justo cinco años después del sepelio de su pareja, violó la vigilancia de las autoridades y escapó probablemente a México, donde nunca se le fincaron cargos.
Yuriana, considerada una celebridad en lo que se conoce como la “farándula buchona”, no tuvo tanta suerte. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente de haber sido secuestrada. La Procuraduría General de Justicia de Sinaloa, informó que murió de asfixia por ahorcamiento.
Su cuerpo fue encontrado envuelto en sábanas de color blanco y atada con cables eléctricos en un lote baldío atrás de una escuela preparatoria de la Universidad Autónoma de Sinaloa, en la colonia Lomas de Guadalupe. No se encontraron huellas de armas de fuego.
De acuerdo con testigos, una camioneta bajó en reversa por el bulevar Paseo de las palmas, entre Juan Aldama y Río Tabalá, en la colonia Guadalupe. Se detuvieron frente a un terreno baldío y dos hombres dejaron caer un bulto envuelto en sábanas blancas mientras gente que hacía ejercicio en la zona los observaba creyendo que tiraban basura.
El semanario RíoDoce reseñó que se le ofreció una misa de cuerpo presente a la que acudieron menos de veinte personas.
“Pero no me importa ya qué pasó, ya me la quitaron ya se la llevaron…”, declaró a los medios su madre, Norma Torres.
En la funeraria donde fueron velados sus restos había ofrendas “De su esposo Rodrigo”, “De su madre, Norma Torres”, “De sus hijos” y “De todos los Ántrax”.
Sus restos fueron sepultados en el cementerio Jardines del Humaya, famoso por los ostentosos mausoleos que resguardan a narcotraficantes como Amado Carrillo Fuentes “El señor de los cielos” y la Familia de Héctor “El Güero” Palma.
Algunas versiones señalan que Claudia Ochoa Félix, la llamada “Emperatriz de los Ántrax” y a quien también se le atribuyó una relación con Aréchiga, estuvo involucrada con la muerte de Yuriana.
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