Pese a la campaña de combate al huachicoleo que inició el gobierno de Andrés Manuel López Obrador al comenzar su mandato, el robo de combustible no ha sido frenado y en plena pandemia por COVID-19 continúan las perforaciones ilegales por todo el país.
Fue Petróleos Mexicanos (Pemex) la encargada de dar a conocer que los huachicoleros operan de manera normal, pues contabilizaron 2,646 perforaciones ilegales durante los primeros tres meses del año. Gasolina, diesel y turbosina, entre otros, son sus principales objetivos, de acuerdo con los datos obtenidos por El Universal.
Aunado a lo anterior, la empresa alertó por la cantidad de perforaciones ilegales para el robo del llamado gas licuado de petróleo o LP, mismo que registró en el primer trimestre un total de 474 tomas clandestinas, es decir 5.2 perforaciones al día.
En comparación con el mismo periodo, pero del año pasado, la Gerencia de Estrategia y Sistemas de Seguridad y Monitoreo de la empresa petrolera mexicana había registrado únicamente 213 perforaciones en ductos de gas LP, lo que significa un aumento del 122%.
Estos actos ilícitos fueron registrados en todo el país, pero es Hidalgo donde se concentra la mayor cantidad de tomas clandestinas de hidrocarburos con 898 en el registro del periodo enero-marzo.
Muy lejos en números, aunque no por eso menos importante, está Puebla con 475 tomas, seguido del Estado de México con 357 perforaciones, Veracruz con 176, Guanajuato con 168, Tabasco con 122 y Tamaulipas con 115, de acuerdo con Pemex.
Con menos de 100 tomas localizadas están Michoacán con 59, Querétaro con 51, Baja California con 41, Tlaxcala con 36, Jalisco con 33, Nuevo León con 28, Coahuila con 24, Chihuahua con 18, Durango y Oaxaca con 12.
Sonora y Sinaloa apenas lograron entrar en el registro con ocho perforaciones ilegales, mientras que Ciudad de México acumuló tres y Chiapas dos. Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Guerrero, Baja California Sur, Nayarit, Zacatecas y San Luis Potosí no tuvieron registros de tomas clandestinas.
La empresa petrolera agregó que el gobierno federal continúa con la implementación de medidas de seguridad, además de aumentar el número de fuerzas tanto militares como policíacas en la vigilancia de los ductos de Pemex.
Sin embargo, asumieron que las actividades delictivas continúan, lo que podría suponer, en el peor de los escenarios, un impacto negativo para la situación financiera y los resultados de operación de la empresa.
Petróleos Mexicanos aseguró en el informe recuperado por El Universal que durante el primer trimestre del año, lograron asegurar un total de 184,925 litros de hidrocarburos de las manos de la delincuencia organizada.
El último reporte financiero de Pemex dejó ver una pérdida neta de 562,531 millones de pesos (23,913 millones de dólares, USD) durante el primer trimestre de este año, equivalente a todo su presupuesto para 2020 que ascendió a 523,400 millones de pesos.
Sin embargo, la petrolera mexicana dirigida por Octavio Romero Oropeza, señaló que la mayor parte de esta pérdida se debe al impacto en el tipo de cambio donde la compañía registra una pérdida cambiaria de 469,000 millones de pesos (mdp).
Además, aseguró que las medidas de confinamiento causadas por la pandemia del COVID-19 influyeron también en la caída del precio de la mezcla mexicana de exportación, menores precios de referencia de gasolinas y diésel, así como la disminución de ventas.
En este contexto, Pemex presentó un plan para reducir su presupuesto en 40,500 millones de pesos (mdp) en la parte de Exploración y Producción, a lo que adicionan 5,000 mdp en otras líneas de negocios.
Además, revisaron el Programa Anual de Austeridad en el Gasto y Uso de Recursos para el Ejercicio Fiscal 2020, en el que indicaron un ajuste de 93.7 mil millones en servicios personales de operación, según los datos del periódico El Universal.
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