Imbatible, la marca de Bernardo Segura en Noruega

Bernardo Segura nunca pensó que ese 7 de mayo de 1994, su nombre formaría parte de una de las páginas más importantes en la historia del deporte del atletismo. En el frío entorno de Noruega, Softeland. Aquélla gélida mañana sería uno de los días más importantes para el mexiquense.

En aquél entonces era un joven de 24 años, especialista en carreras de más de 20 kilómetros, era una época dorada para el atletismo mexicano ya que en los años 90, muchos de los atletas nacionales se encontraban disputando los puestos más importantes dentro de las pistas internacionales. En ese gélido día de 1994, le tocaba competir en el campeonato mundial de atletismo, que definiría los puestos para ir a los próximos juegos olímpicos que serían en Estados Unidos.

El año de 1993 no fue uno de sus mejores años, fue descalificado de la competencia por la Copa Mundial de ese año. No poder calificar al torneo más importante después de las olimpiadas lo dejó marcado, ante lo cual decidió prepararse para poder competir el siguiente año, en el cual había algo más en juego que la Copa Mundial: el pase a los Juegos Olímpicos de Atlanta, en EE.UU.

Segura no lo tomó a la ligera, se armó con un fuerte entrenamiento que le permitiera soportar grandes distancias en temperaturas bajas. Se decidió armar caminatas diarias en las cercanías del Nevado de Toluca, con recorridos de hasta 5 horas para poder aclimatarse a la competencia en Noruega, que sería la sede del Mundial de atletismo. Según el calculo de su entrenamiento, sus tiempos eran de alrededor de 1 hora con 18 minutos para cubrir alrededor de 20 kilómetros, algo que lo pondría dentro de los primeros lugares. Sin embargo se mantuvo con la intención de seguir mejorando con la finalidad de conseguir ese pase.

Fue entonces que llegó el día de disputar la competencia, sabía que el que se llevaría el primer lugar sería el corredor que más se acercara a los 18 minutos e inclusive a los casi imposibles 17:32. Fue por ello que nunca se imaginó cuando, mantuvo la punta durante la parte final de la carrera. No había terminado de digerir que llevaba la delantera y la victoria cuando le informaron que había roto el récord mundial. Su tiempo había superado todas sus expectativas: 1 hora con 17 minutos. Había logrado una hazaña, pensando que el mayor logro a obtener era el pase a los Juegos Olímpicos, se llevó un récord mundial que hasta el día de hoy sigue vigente como el mejor de todos los tiempos en la categoría de 20 kilómetros.

Fue entonces que llegaron las Olimpiadas de Atlanta, donde alcanzó el podio pero quedó lejos de la victoria, que se la llevó el ecuatoriano Jefferson Pérez (quien sería uno de sus mayores rivales), el segundo lugar fue del ruso Ilia Markov. A pesar de que no fue el primero, Bernardo saboreo su victoria y se convirtió en el único medallista del país en esa ocasión.

Pero las Olimpiadas le tenían reservada otra sorpresa. Esa vez fueron en Sydney, Australia, la competencia de inicios de siglo. Tenía en mente superar lo sucedido en Atlanta, la competencia fue fuerte, había muchos competidores y hasta connacionales todos suponían la una amenaza. La competencia los llevó a la recta final, en donde Segura se colocó como primer lugar, al fin había ganado el oro olímpico.

Mientras Bernardo festejaba, recibió una llamada del entonces presidente Ernesto Zedillo, quien le felicitó, no se dio cuenta cuando uno de los jueces se le acercó y le indicó que había sido expulsado de la competición y que su victoria quedaba anulada. Quedó perplejo, sobre todo porque la premiación ya se iba a llevar a cabo.

El oro fue ganado por el competidor polaco Robert Korzeniewski. La plata se la llevó el mexicano Noé Hernández, quien originalmente se llevaría el bronce. México se llevaría una medalla de plata en esa competición. Ese fue uno de los golpes más fuertes para el atletismo mexicano en toda su historia. Bernardo se queda con su récord de tiempo en aquélla Copa del Mundo del 94´ que sigue siendo su regalo insuperable al atletismo.

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