Florence Nightingale, “la dama de la lámpara” y símbolo del Día Internacional de la Enfermería

A 200 años del nacimiento de Florence Nightingale, el mundo celebra en su honor a las enfermeras

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Florence Nightingale (Foto: Twitter@Bgg6017)
Florence Nightingale (Foto: Twitter@Bgg6017)

Considerada una pionera como profesional de la salud, Florence Nightingale, mujer británica, fue un ícono de la enfermería moderna de mediados del siglo XIX, 200 años después de su nacimiento, instituciones internacionales celebran en su honor a quienes dedican su labor para atender a millones de pacientes todos los días: las enfermeras.

Cada 12 de mayo, desde hace 55 años, se celebra el día de la enfermera o día de la enfermería. La fecha escogida fue el aniversario de Florence Nightingale.

La dama de la lámpara”, fue un mote del poeta Henry Wadsworth Longfellow, quien le dedicó unos versos. Pues Nightingale realizaba rondas nocturnas a la luz de una lámpara para vigilar la salud de soldados ingleses heridos en la guerra de Crimea, ocurrida entre 1854 y 1856.

Originalmente de apellido Shore, Florence Nightingale nació en una familia acomodada el 12 de mayo de 1820, en Florencia, Italia. Sus padres se encontraban de viaje por esa época y nombraron a su hija por la ciudad en que vio la luz.

Las enfermeras viven este día
Las enfermeras viven este día en medio de la emergencia sanitaria (Foto: Cuartoscuro)

Actualmente, existen más de 20 millones de enfermeras en el mundo, según el Consejo Internacional de Enefermeras. Si no es que todas, la gran mayoría de ellas llevan como ejemplo la labor de Nightingale.

Ella refería que una atención sanitaria adecuada necesitaba disponer de un entorno saludable: aire puro, agua pura, alcantarillado eficaz, limpieza y luz, servicios básicos del que muchas clínicas apenas disponen.

Dado el contexto histórico y la situación cultural en que nació y creció Nightingale, se vio obligada a una rebelión contra los prejuicios de quienes consideraban a la enfermería como una labor denigrante para una persona en su posición social, quien debía casarse, formar y cuidar de una familia. Logró sortear esos obstáculos de a poco.

Su educación fue en casa, primero con una institutriz y después su padre, William Edward Nightingale, educado en Cambridge, se encargó de acercar a Florence a los clásicos de la filosofía y las matemáticas. Esta última disciplina sería adoptada como favorita por la segunda hija de Frances Smith, madre de la futura “dama de la lámpara”. Aunque no la dejaron al principio, sus padres cedieron y comenzó el aprendizaje en la ciencia de los números. Al paso de los años, tuvo influencia de Lambert Adolphe Jacques Quetelet, quien había aplicado métodos estadísticos a las ciencias sociales. Sin embargo, sus estudios científicos estaban empatados con una formación religiosa en la fe anglicana.

Tracey Wilson, de 53 años,
Tracey Wilson, de 53 años, enfermera que cuida a pacientes con COVID-19 en Maryland, Estados Unidos (Foto: REUTERS/Rosem Morton)

A sus 25 años, Florence Nightingale aún le era vetado por sus padres irse a trabajar en hospitales, como ella quería. El único trabajo de enfermería que había realizado era por el cuidado de parientes y amigos enfermos.

Por sus viajes en Europa y Egipto pudo estudiar los sistemas sanitarios. A principios de 1850, cuando tenía 30 años, Nightingale inició su entrenamiento como enfermera en el Instituto de San Vicente de Paul en Alejandría, Egipto, un hospital perteneciente a la Iglesia Católica. De ahí, practicó tres meses en el Instituto para Diaconisas Protestantes, en Dusseldorf, Alemania. Después fue a un hospital en Saint Germain, cerca de París, dirigido por las Hermanas de la Caridad. Cuando regresó a Londres, a los 33 años, tomó el puesto ad honoren de Superintendente en el Establecimiento para damas en el número 1 de la calle Harley.

Un año después iniciaría la guerra de Crimea cuando Rusia invadió Turquía, este último era aliado de Inglaterra y Francia. El conflicto se desarrolló en el Mar Negro, en la península de Crimea. Los rusos fueron derrotados en la batalla del río Alma, el 20 de septiembre de 1854, pero el periódico The Times criticó las instalaciones médicas británicas.

Florence Nightingale (Foto: Twitter@Bgg6017)
Florence Nightingale (Foto: Twitter@Bgg6017)

Por ello, Sidney Herbert, vocero del ejército ante la cámara de los Comunes, solicitó a Nightingale que acudiera como enfermera administradora de los hospitales militares. Ella debería supervisar la introducción de enfermeras, bajo el título de Superintendente del Sistema de Enfermeras de los Hospitales Generales Ingleses en Turquía.

Nightingale llegó a Constantinopla, actual Estambul, con 38 enfermeras, en noviembre de 1854. Tras dos semanas organizó una cocina que alimentaba a 800 hombres; una lavandería para desinfectar la ropa de los pacientes; además dotó a los enfermos con camisas compradas de su dinero. Ahí fue donde le conocieron con el título de “la dama de la lámpara”, mientras vigilaba a los heridos durante la noche.

Según Barbara Dossey, quien escribió una biografía sobre la celebrada enfermera, Nightingale redujo el índice de mortalidad del 60% al 39%, en menos de un año durante su estancia en Turquía, todo, mediante su programa de higiene y alimentación saludable, misma que costeaba de su bolsillo. “La dama de la lámpara” desarrollaría otras investigaciones estadísticas para demostrar que esaS prácticas sanitarias eran cruciales en la atención de los enfermos, ello le llevo a reformar el sistema hospitalario militar cuando regresó a Inglaterra, en agosto de 1856.

En Inglaterra logró convencer con sus estudios a las autoridades y conformó la Comisión Real para la Salud del Ejército. En 1860 abrió la Escuela de Entrenamiento y Hogar Nightingale para Enfermeras en el hospital de St. Thomas en Londres, con 10 estudiantes. La visión de este centro educativo era que las enfermeras debían practicar en hospitales organizados y debían procurarse de un ambiente saludable para su aprendizaje. Ello impactó en la visión que se tenía sobre la labor de enfermería.

Karen Miranda, enfermera en un
Karen Miranda, enfermera en un hospital de Ciudad Juárez (Foto: REUTERS/Carlos Jasso)

Después de Crimea, Florence Nightingale adquirió el contagio de fiebre tifoidea y pasó el resto de su vida con esta enfermedad. En 1860 escribió su obra clásica “Notas sobre enfermería”, uno de los 150 libros que publicaría en su carrera. Cuando Nightingale tenía 63 años, reina Victoria le otorgó la Cruz Roja Real por su labor. Unos 10 años después, el Colegio Farrand del Hospital Harper de Detroit, escribió el Juramento de Florence Nightingale, adoptado y adaptado por las escuelas de enfermería para tomar juramento a sus egresados.

“La dama de la lámpara” murió en Londres, Inglaterra, el 13 de agosto de 1910 a los 90 años. En su honor fueron escritas canciones y poemas, también se filmaron películas y el museo que lleva su nombre está a punto de cerrar debido a las afectaciones por el Coronavirus.

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