Tres mujeres y seis menores de edad, miembros de la comunidad mormona de La Mora, en Sonora, México, fueron asesinados por sicarios armados cuando viajaban por la carretera, y fue uno de los crímenes más impactantes de los últimos meses.
Rhonita Miller LeBarón murió dentro de automóvil junto con cuatro de sus hijos como consecuencia de las ráfagas de balas y un incendio provocado a su Chrevrolet Tahoe. Este tiroteo también le arrancó la vida a Christina Langford, Dawna Ray Langford y tres menores de edad. Sobrevivieron solamente cinco niños.
Las familias, de origen estadounidense, todavía esperan una respuesta clara del Gobierno mexicano, quienes colaboran con agentes del FBI para encontrar a los culpables de la masacre, que continúan libres a seis meses de los hechos.
La vida en La Mora ha seguido su curso, a pesar de las marchas realizadas en la Ciudad de México, de los fuertes reclamos y de las exigencias que expresa el pueblo a través de Julian LeBarón, así como la visita del presidente y otras escenas mediáticas; sin embargo, los residentes ahora se sienten menos entusiasmados por seguir la lucha en búsqueda de justicia, según se extrae del reportaje de Insider “9 American Mormons died in a brutal ambush in Mexico. This is the untold story of the hunt for justice by those left behind”.
Adam Langford, por su parte, le expresó al medio que la idea de cambiar a México simplemente no era realista. Por ahora, dijo, prefiere seguir viviendo con tranquilidad en el país y dejar de llamar la atención en los medios de comunicación.
Este miedo legítimo podría venir de las amenazas de muerte contra Julian LeBarón a finales de febrero de 2020. El principal vocero y activista de la comunidad tras la masacre recibió una llamada de funcionarios estadounidenses, quienes le dijeron que un cártel planeada su asesinato. El hombre terminó huyendo a los Estados Unidos, escoltado por agentes de la Policía Federal, como lo apunta el periodista Ioan Grillo.
Sin embargo, advirtió que seguirán siendo “la espina en el costado” de quien esté tras los asesinados, pues para él, esperar sentados a que el Gobierno llegue con una respuesta no es la verdadera solución, sin importarle que lo llamen “títere de la derecha contra el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador”.
“Podemos culpar y quejarnos de lo que hace el Gobierno todo el día, pero eso nunca solucionará nuestro problema. Tenemos que actuar... Cualquier sociedad que permita que su gente sea asesinada con impunidad eventualmente termina perdiendo todo de su libertad”, reveló a Insider.
“No voy a vivir mi vida con miedo a lo que pueda pasar después. No voy a vivir mi vida con amargura e ira", aseguró Amelia Larngford, quien perdió a su hija Christina en el ataque. Además, aseguró que la justicia, al menos para ella, no acabará con “solo atrapar a la persona que disparó y encarcelarlo”. Consideró, por su parte, que eso no solucionará el problema de fondo.
Por otra parte, reveló a Insider que para ella probablemente los asesinos ya están muertos a estas alturas de la vida, como suele suceder en el mundo del crimen organizado, las guerras territoriales y el narcotráfico, pues los sicarios son los primeros en caer. Amelia dijo, además, que en ocasiones ha llegado a sentir compasión por ellos.
“Espero que estén muertos porque no hay justicia”, agregó Jenny Langford.
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