La mala fama no da tregua a Tepito, el barrio bravo de la Ciudad de México, donde se mueven armas, drogas y artículos de contrabando. Según investigaciones de la Procuraduría General de Justicia, en dicha zona centro de la capital mexicana, bandas delincuenciales controlan el narcomenudeo. Una de ellas es Los Sinaloas, cuyos miembros están relacionados con diversas ejecuciones y actividades como venta de droga y extorsión.
Su nombre lo tomaron de nexos que algunos cabecillas supuestamente tuvieron con el Cártel de Sinaloa. La organización criminal es independiente a la Unión Tepito, por lo que se han enfrentado en diversas ocasiones.
El pasado 11 de noviembre, las autoridades capitalinas ubicaron uno de sus centros de operaciones y reuniones en la Calle Aztecas número 57, colonia Morelos, alcaldía Cuauhtémoc. En esas fechas también se les vinculó con el asesinato de Jesús Alonso Flores, de 33 años, quien ayudaba a su primo en un puesto semifijo de películas, en la calle Fray Bartolomé.
Recientemente, siete hombres y dos mujeres, presuntamente miembros de Los Sinaloas, fueron vinculados a proceso por un juez de control.
Los imputados fueron acusados por los delitos de asociación delictuosa, narcomenudeo en su modalidad de posesión con fines de comercio y portación de arma de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas.
Uno de los presuntos criminales también fue vinculado a proceso por su probable participación en el delito de disparo de arma de fuego. El juzgado determinó conservar la medida cautelar de prisión preventiva justificada por los delitos del orden común y oficiosa por el del fuero federal. También fijó un mes de plazo para el cierre de la investigación complementaria.
El grupo fue detenido el pasado 29 de abril, durante un operativo policial en la calle Aztecas.
Ciudad de México, refugio de narcos
La capital mexicana es otra de las ciudades en las que la fallida estrategia de seguridad del gobierno se nota en las cifras con índices que van al alza no sólo en delincuencia común sino también en delitos del fuero federal, como el narcotráfico. El crimen organizado en Ciudad de México opera principalmente a través de bandas de narcomenudistas que también se dedican a la extorsión y el secuestro.
Durante años, quienes gobernaron la capital se negaron a admitir la presencia de células de los grandes cárteles pero ahora, ante el aumento en los hechos de violencia de alto impacto y el narcomenudeo, la actual administración local tuvo que admitir la operación de al menos tres organizaciones de este tipo: La Unión Tepito, La Anti Unión y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Los números dan un ejemplo de la estrategia fallida de seguridad, ya que los 83,000 policías de diferentes corporaciones que operan en la ciudad han sido insuficientes para controlar el crecimiento en los índices delictivos.
Un ejemplo del frágil sistema de seguridad en la capital se vivió en Plaza Artz, al sur de la ciudad, donde una mujer en un restaurante asesinó a dos ciudadanos israelíes a los que se los vinculó con el crimen organizado. Además de que no sólo estuvo en riesgo la integridad de los comensales, sino de la ciudadanía en general al desatarse una persecución al interior del centro comercial.
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