Varias rejas y cada una de ellas cerrada con candado. Un penal repleto de policías custodiando a los presos. Nada fue suficiente para frenar la fuga de 12 miembros del Cártel del Noreste y Los Zetas del Centro de Readaptación Social Cieneguillas, en Zacatecas. La huida recuerda a las fugas de Joaquín “El Chapo” Guzmán, fundador del Cártel de Sinaloa, y también expone la vieja herida de la corrupción en las cárceles mexicanas.
Sobre los reos pesan acusaciones por delitos como secuestro agravado, homicidio calificado, robo calificado, y feminicidio con penas desde los ocho hasta los 57 años de cárcel.
A Miguel Rivera Villa, director de Prevención y Reinserción Social, no le cabe ninguna duda: los presos aprovecharon los trabajos de construcción en el anexo donde se encontraban para poder escapar. Rivera ha asegurado durante una conferencia de prensa que para huir, los reos tuvieron que cavar un túnel de 50 metros, que les llevó aproximadamente entre seis y ocho meses construirlo.
“Es un túnel normal, pero muy bien pertrechado en una de las áreas de confinamiento, estaba cubierto por una losa que simulaba que no había absolutamente nada, y fueron sacando gradualmente la tierra, aprovechando los temas de construcción y las áreas que ahí lo permitieron”, señaló.
La fuga de Edgar Benito Rodríguez Luna, Cruz David Quintanilla Martínez, Pedro Javier Trujillo Olmos, Oscar Misael Macias Tapia, Sergio Navarro Matínez, José de Jesús Rivera Ovalle, Jorge Alberto Rodriguez López, Carlos Eduardo Velez Gaytan, José Noé Ramírez Sánchez, José Rivera Villegas, se produjo este miércoles. La noticia fue anunciada por las autoridades penitenciarias, quienes confirmaron que los prófugos, cuya edad ronda entre los 22 y 35 años, son de alta peligrosidad
A penas a unos minutos de afianzar el escape, el director de Prevención y Reinserción Social detalló que el agujero oscuro e inquietante que cavaron los internos, no fue construido en una sola dirección, sino que va haciendo diversas coberturas.
La principal hipótesis apunta que los fugitivos fueron apoyados por gente del exterior, ya que el túnel terminaba en un sitio arrinconado donde evidentemente no lo podían descubrir.
Las autoridades han puesto el foco en la colusión de los funcionarios de la cárcel y el crimen organizado. En este momento sólo dos personas relacionas con la fuga han sido detenidas. Se trata de un policía estatal que custodiaba al exterior de la cárcel y otro hombre que transportó en su automóvil a los prófugos.
“También están siendo investigados los custodios y policías estatales que se encontraban al exterior del Centro Regional de Reinserción Social”, arguyó Miguel Rivera Villa.
La corrupción y anarquía dentro de los penales mexicanos no es un fenómeno nuevo. Desde las cárceles de la capital mexicana se hacen cada días más de 100 llamadas de extorsión, además el contubernio entre los cárteles de la droga y los funcionarios mexicanos ha llegado a las más altas esferas del poder.
El pasado 29 de enero, tres reos se fugaron de una cárcel de la Ciudad de México. Al menos uno de los prófugos esta relacionado con “El Chapo” Guzmán, por ser operador financiero de la familia del capo mexicano.
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