Ni la escalada de contagios, ni la recomendación del gobierno de quedarse en casa. Nada impide que la ola homicida que sufre México siga creciendo. Según el Grupo Interinstitucional del gabinete de seguridad, abril registró 2,492 víctimas de homicidio, es decir, 1.8 por ciento menos que marzo; sin embargo, la mala noticia ahora es que la contingencia sanitaria ha obligado al gobierno a desviar recursos de seguridad para atender la crisis.
“La gente le tiene más miedo a las balas que al coronavirus, opinan los expertos”. Este mismo martes, León y otros municipios de Guanajuato vivieron una jornada de persecuciones, ataques y balaceras que dejaron 15 muertos. La entidad es una de las que más asesinatos registra en México.
Aunque son decenas de homicidios todos los días en la mayoría de estados del país, Guanajuato parece ahora mismo el ejemplo perfecto de violencia. Desde el 25 de marzo —que comenzó el confinamiento en el país— hasta el 30 de abril, la región contó 419 asesinatos, mientras que por la enfermedad ocasionada por el virus SARC-CoV-2 la entidad registra 38 muertes.
Los expertos aseguran que Guanajuato sufre por la batalla entre dos organizaciones criminales, por una parte el Cártel Jalisco Nueva Generación y por otra el de Santa Rosa de Lima.
El 11 de marzo, el Departamento de Justicia de Estados Unidos elevó a USD 10 millones la recompensa por información del líder del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho”, a quien consideran el actor principal del tráfico de drogas a la Unión Americana.
La tranquilidad también mudó en guerra a la entidad de Jalisco, donde la violencia originada principalmente por el crimen organizado ha dejado 239 víctimas de homicidios dolosos, en el periodo del 25 de marzo al 30 de abril, mientras que 35 personas han muerto por coronavirus,de acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud.
Extraña la ola de violencia que vive el estado tapatío porque hasta hace unos años era un lugar tranquilo, la región vivía ajena a la violencia de estados como Chihuahua, siempre inmerso en dinámicas violentas, emanado por contextos pobres y una geografía endiablada por el crimen organizado.
De acuerdo con las cifras de homicidios reportadas por la fiscalía estatal y dependencias federales, Chihuahua contó 259 muertes por asesinatos.
El Estado de México, donde las causas de la violencia dependen de la pobreza de miles de ciudadanos y las disputas entre pequeñas pandillas locales, ha batido su propia marca. En cinco semanas de confinamiento por coronavirus, la entidad registró 320 víctimas de homicidio doloso, 93 casos más que las muertes por el virus, que según la Ssa hasta el martes contaba 227 decesos.
De hecho, el coronavirus es precisamente lo que está ayudando a que la situación en las calles sea cada vez más preocupante. El gobierno ha enviado a las policías locales, la Guardia Nacional y Ejército a vigilar los hospitales, mientras los cárteles de la droga aprovechan la ausencia de las fuerzas federales para tratar de arrebatar el poder del país y ganar terreno a sus rivales.
El pasado lunes 20 de abril se rompió el récord de homicidios dolosos en el país. De acuerdo con los números diarios del Centro Nacional de Información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (SESNSP), ese día se cometieron 114 crímenes a nivel nacional.
Con esa cifra el 20 de abril no sólo se convirtió en el más violento del 2020, sino que se posicionó como el segundo más sangriento de todo el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. El primero fue el 1 de diciembre del 2018 que registró 127 personas asesinadas.
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