Prácticamente desde que inició el 2020 cada día encontramos en la oferta informativa de los medios de comunicación de todas partes del mundo, notas, entrevistas y reportajes sobre la pandemia por coronavirus (COVID-19), tanto de los colapsos que ha provocado en los sistemas de salud, como las afectaciones en los sectores productivos.
En México, desde hace tres meses en punto de las 19:00 horas la Secretaría de Salud (Ssa) realiza una conferencia de prensa sobre COVID-19 en Palacio Nacional, a cargo de Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, a fin de informar a la población sobre las fases de contagio en el país, cifras y medidas sanitarias para contenerlo. Tan sólo en el último reporte se han registrado en el país más de 22 mil casos acumulados y más de 2 mil muertes.
Aún así, muchos mexicanos siguen sin creer en la veracidad del virus y las complicaciones médicas que ésta desarrolla, minimizando los riesgos y haciendo caso omiso de las autoridades sanitarias; argumentando desde complejas teorías de rivalidad económica entre potencias hasta llegar a pensamientos de interés político de nivel local.
Al respecto, Ricardo Trujillo Correa, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala que “aunque los mitos son elementos de los cuales no se tiene evidencia, las personas los validan porque les brindan entendimiento, tranquilidad y coherencia a un mundo que generalmente es caótico”.
Y es que las redes sociales son el terreno de cultivo idóneo para difundir noticias falsas, verdades a medias, teorías de conspiración y cualquier tema que no se tenga evidencia, pero que brinden un sentido al mundo.
“Cuando alguien comparte en las redes sociales este tipo de información siente una sensación de poder y piensa que tiene cierto control sobre el mundo. Al mismo tiempo, le permite a otras personas adherirse a su propuesta en un determinado grupo social”
El más reciente ejemplo sucedió la noche primero de mayo en el municipio de Ecatepec, Estado de México. Un grupo de al menos 15 familiares de pacientes con COVID-19 desesperados por la falta de información de su familiar ingresaron a la fuerza y sin protección al Hospital General Las Américas, agrediendo al personal médico y de seguridad, de acuerdo con el gobierno de la entidad.
Tras el incidente, varios medios entrevistaron a algunos familiares, entre ellos a María Dolores, madre de un fallecido por COVID-19. María relató cómo abrió el cierre de la bolsa donde se encontraba su hijo para asegurarse de que era él, y acusó a los médicos de matar a sus familiares inyectándoles algo, negando la existencia del coronavirus.
Cabe mencionar que en dicha localidad y en otros municipios del Estado de México, como Nezahualcóyotl, Naucalpan, Texcoco, Los Reyes La Paz y Chicoloapan, se registraron la semana pasada varias fiestas clandestinas, organizadas a través de “eventos” en Facebook.
Una de ellos fue la “Peda Porque Sí”, creada por el “dj Arturo Sad”. Dentro del muro se pudo leer comentarios que descalificaban la existencia del virus, como “¿Tú conoces a alguien que se haya muerto de Covid-19?”.
Las autoridades reportaron que en los sitios se les cobró a jóvenes el ingreso y consumo de alcohol, donde por supuesto, tampoco se respetó la sana distancia ni el uso de cubrebocas.
Otro caso fue en el mercado Zacatelco en la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. Ahí las personas siguen acudiendo a realizar sus compras sin medidas preventivas ante la contingencia sanitaria.
“Nosotros hemos tomado todas las medidas necesarias, como utilizar gel antibacterial y cubrebocas en todos los puestos, pero su posición (clientes) es de asegurar que el coronavirus no existe”, refirió Adolfo Portillo Cisneros, representante de locatarios de este establecimiento comercial.
La Ciudad de México y el Estado de México son las dos entidades con más casos de contagio en el país, con 5,548 y 3,422 respectivamente.
Mientras que en Culiacán, Sinaloa, se viralizó en redes sociales cómo un gran número de habitantes salieron de sus casas para comprar pizzas y poder celebrar el Día del Niño. Ante la indignación de los muchos cibernautas, el medio Espejo realizó un recorrido para recopilar varias opiniones de “culichis” que no creen en la pandemia, o al menos no en todo, como es el caso de Marina de 47 años.
“Mira no es como que no crea lo que está pasando, porque no van a parar todo así nada más como si nada. Yo creo que sí está pasando pero que no es tan grave como lo hacen ver. Si te fijas la gente que se está muriendo es gente mayor, o sea gente que ya probablemente se iba a ir pronto”, dijo en entrevista.
Por su parte, Gordon Asmundson, profesor de psicología de la Universidad de Regina en Saskatchewan, Canadá, indica que existen tres grupos de población según su respuesta a la pandemia: los que responden en exceso, los que no responden y los que se encuentran en algún punto intermedio.
En este sentido, Ricardo Trujillo considera que el grupo de los que no responden, son aquellos que desobedecen la guía de salud pública, los que se consideran invulnerables.
“No siguen el distanciamiento social porque creen que no se enfermarán”
El académico de la UNAM concluye que, “el mundo que construimos en realidad es un mundo creado. No sabemos si lo que existe, existe de verdad, pero frente a ello, cualquier información diferente e innovadora que se nos presente como importante, diferente o interesante, siempre nos será necesaria”.
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