La emergencia mundial por coronavirus ha dejado secuelas que se recordarán por generaciones, hasta el 30 de abril, en el mundo se tienen registrados más de 3 millones de casos y 230,000 decesos. En México, hasta el reporte de la Secretaría de Salud del 29 de abril, se han acumilado 17,799 infectados y 1,732 muertes relacionados al COVID-19.
Esto significa que la tasa de mortalidad mexicana ronda el 10%, cosa que supera por mucho la tasa promedio mundial que oscila el 6% ante una enfermedad que recrudecerá en el país la próxima semana, de acuerdo con las estimaciones oficiales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró en febrero de este año la emergencia sanitaria por el SARS-Cov-2 y esperó que los gobiernos de todos los países actúen en consecuencia; no obstante, mandatarios de todo el mundo han emitido declaraciones que podrían interpretarse como una incomprensión del fenómeno o como falta de seriedad respecto al coronavirus.
Tal es el caso de Andrés Manuel López Obrador, que ha enunciado frases inconsistentes respecto a las indicaciones de la Secretaría de Salud (SSa), mismas que han sido señaladas por sus detractores a través de distintas plataformas como redes sociales o medios de comunicación tradicionales.
El primer caso de COVID-19 en México se confirmó en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), el 27 de febrero; sin embargo, horas antes de ser confirmado, durante la conferencia matutina celebrada en Palacio Nacional, un periodista increpó al presidente respecto a un crucero en las costas de Cozumel que supuestamente llevaba personas infectadas con coronavirus, a lo que el mandatario respondió:
“Tenemos que atender el asunto, pero no exagerar”.
El día siguiente, después de confirmar el primer paciente con coronavirus, AMLO enfocó su conferencia matutina a este tema y dijo:
“Serenos, tranquilos, tenemos la capacidad para enfrentar esta situación”.
Esta línea fue criticada en redes sociales por la calma con la que fue enunciada pues, de acuerdo con sus críticos, parecía más una frase dicha a la ligera que una que buscara generar calma entre la población.
Ese mismo día le preguntaron al presidente por los efectos esperados al respecto y él dijo otra célebre frase:
“Hay quienes quisieran que nos fuese mal”.
Declaración que también fue criticada por políticos de la oposición, pues sostenían que nadie quería que le “fuera mal”.
El 2 de marzo fue un día simbólico para este recuento, pues el jefe del ejecutivo soltó dos declaraciones que prontos se hicieron tendencia en redes sociales. Ante la confirmada existencia de COVID-19 y el inicio de la propagación del virus, le preguntaron al presidente si va a cancelar las “mañaneras” a lo que AMLO dijo:
“No, brincos dieran”.
Y después, ante la recién anunciada “sana distancia” por Hugo López-Gatell, el mandatario nacional declaró:
“Miren, lo del coronavirus, eso de que no se puede uno abrazar... hay que abrazarse, no pasa nada”.
El 10 de ese mismo mes, nuevamente durante la conferencia matutina, el presidente, hablando del COVID-19, que:
“Los conservadores me echarían la culpa también del coronavirus”.
El 2 de abril, López Obrador soltó otra declaración para recordar, pues dadas las condiciones sanitarias implementadas tras la recién declarada Fase 2 de la pandemia el 31 de marzo, el mandatario refirió que la llamada oposición parlamentaria busca desprestigiarlo y tituló estos tiempos como “temporada de zopilotes”; sin embargo, su frase más recordada de ese día fue la que enunció inmediatamente después al referirse a la cuarta transformación de la vida política de México:
“...por eso vamos a salir fortalecidos, o sea, que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la transformación de México”.
Ésta, sin duda, fue la frase más criticada en redes sociales, en las bancadas parlamentarias de oposición y en medios masivos de comunicación, pues la interpretaron como un oportunismo político por parte del presidente; por tal razón, a lo largo del mes de abril, AMLO se portó más cauto para sus declaraciones oficiales respecto al coronavirus en México, al punto que hasta cuando no habla de coronavirus, sus críticos habituales, retoman la agenda de esta enfermedad.
Por ejemplo, la politóloga Denise Dresser publicó una crítica a AMLO después de que él subiera un video en el que habla de árboles florales.
“Hoy decenas de mexicanos morirán, cientos se infectarán, miles se quedarán sin empleo, millones se sentirán desamparados por un gobierno que no ha reaccionado con la velocidad, la seriedad o la contundencia que esta crisis exige. Presidente, ¿Dónde está su empatía/solidaridad?”, escribió en su cuenta de Twitter.
MÁS SOBRE ESTE TEMA