El secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, recibió este 29 de abril una carta firmada por once senadores que urgen que el Estado solicite a México la reapertura de las actividades consideradas como no esenciales, pues la detención de las mismas está afectando las cadenas productivas en el país del norte.
La solicitud al Departamento de Estado piden la coordinación con las autoridades con el objetivo de reestructurar la definición de “negocios no esenciales” que permita detener las disrupciones de las cadenas de suministro.
La ampliación de esta categoría se pidió para los sectores automotriz, infraestructura, alimenticio, médico, transportista, de defensa, aeroespacial.
En la carta destacaron el hecho de que Estados Unidos ha importó 362 mil millones de dólares en bienes al gobierno mexicano durante en 2018. Sin embargo, reconocieron que México forma una parte esencial en el funcionamiento de las empresas estadounidenses, sobre todo de las que se encuentran en los sectores señalados.
México cumple una función integral en la cadena de suministro de los Estados Unidos y es crucial para el funcionamiento de las empresas estadounidenses esenciales, particularmente durante la pandemia de COVID-19
Aseguraron que mientras México mantenga la suspensión de actividades para reducir la propagación del coronavirus, las cadenas de suministros continuarán sufriendo.
Entre quienes firman la misiva se encuentran John Cornyn, Dianne Feinstein y Ted Cruz, además de otros varios senadores tanto demócratas como republicanos.
El pasado 31 de marzo fue publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) las especificaciones sobre cuales son las actividades consideradas no esenciales que podrían permanecer en operación durante la pandemia de coronavirus en México.
A diferencia del territorio nacional, en Estados Unidos hay actividades no se han detenido e incluso ha comenzado a reabrir algunas que se mantuvieron detenidas para prevenir contagios.
De acuerdo con las especificaciones hechas en el DOF el pasado 6 de abril acerca de este tipo de actividades. En primer lugar las actividades relacionadas con el sector salud, seguridad, algunas económicas, los programas sociales y la infraestructura crítica de los servicios básicos fueron consideradas esenciales.
Sin embargo, se especificó en un acuerdo transitorio que “empresas de producción de acero, cemento y vidrio así como los servicios de tecnología de la información que garanticen la continuidad de los sistemas informáticos de los sectores público, privado y social” podrían laborar reduciendo al mínimo sus actividades y con un número específico de trabajadores. Al igual que los servicios de mensajería e infraestructura crítica eléctrica.
Las únicas actividades que podrían continuar plenamente sus labores serían los proyectos de Dos Bocas, Tren Maya, Aeropuerto Felipe Ángeles, Corredor Transísmico en donde las acereras, cementeras y vidrieras podrán continuar con los contratos vigentes que tengan con el Gobierno Federal, al menos hasta que cumplan los compromisos que se tienen a corto plazo.
Bajo esta determinación también se encuentran como indispensables los contratos con Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La urgencia de los Estados Unidos por reactivar las actividades económicas tiene lugar luego de que el país reportara 17 mil 799 casos confirmados y mil 732 defunciones. Además, la región de las Américas acumula ahora el 50.5% de los contagios a nivel global, pues en la mayoría de los países se encuentran en la Fase 3.
De acuerdo con Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dicha etapa se caracteriza por reportar el número más alto de contagios y, debido a la alta demanda de atención médica, el servicio en hospitales podría llegar a saturarse.
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