Derivado de la crisis petrolera global, Petróleos Mexicanos (Pemex) implementó un recorte de 40,500 millones de pesos a presupuesto de inversión programado para 2020. Esta medida es para aminorar el impacto económico en la depreciación del hidrocarburo.
Octavio Romero, director general de la petrolera, explicó en un comunicado oficial que este ajuste corresponde a una estrategia coordinada con el gobierno federal para ayudar a Pemex. Esto aunado al apoyo fiscal por 65,000 millones de pesos y los ingresos esperados por las coberturas petroleras contratadas a finales de 2019, de 7,540 millones de pesos.
De esta manera se buscará reducir los efectos negativos de los precios del costo de la mezcla mexicana de exportación sobre el balance financiero y el flujo de efectivo por un total de 113,040 millones de pesos.
En el comunicado se adelanta que el último día del mes de abril se abundará sobre el manejo de las finanzas de la productora de petróleo. Sin embargo, tanto Romero como Alberto Vázquez, director corporativo de finanzas, aseguraron que se manejarán con prudencia.
“El próximo jueves 30 de abril en nuestra conferencia telefónica de resultados del primer trimestre ampliaremos esta información. Pemex seguirá manejando con prudencia sus finanzas, manteniendo una constante evaluación sobre las perspectivas del mercado petrolero, para reaccionar de manera oportuna y responsable. Pero lo más importante de mencionar es que hoy más que nunca, Pemex cuenta con el respaldo absoluto del Gobierno de la República”, se lee en el documento.
La petrolera aclaró que la reducción de su nota en las calificadoras internacionales no se debe a un mal manejo administrativo, sino que obedece a una lógica globalista y geopolítica que afecta a todas las empresas productoras de petróleo en el planeta.
Las condiciones específicas que señalan los directivos aluden a la crisis derivada de la parálisis de las grandes industrias del mundo para combatir al COVID-19, misma que impactó negativamente en la demanda del petróleo.
“En el caso de nuestra empresa y de acuerdo con los comunicados de las agencias calificadoras, la reducción de la calificación de Pemex no se atribuye a la toma de decisiones operativas y financieras de la presente administración, sino a las repercusiones, que en opinión de dichas agencias, se tendrán en el contexto de una crisis severa de salud a nivel mundial ocasiona por la pandemia del Covid-19”, señaló la petrolera en el texto.
De acuerdo con los especialistas, la cotización petrolera mundial no pinta para mejorar aún después de la pandemia, pues los países productores del hidrocarburo continúan con su producción, lo que significa que se están amasando grandes reservas que, cuando se reactive el consumo, saldrán a la venta y competirán entre sí.
Esto quiere decir que, al existir una oferta mayor a la demanda, los costos de cada barril no crecerán mucho. Sin embargo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador estableció la estrategia de continuar con la producción y empezar a refinar más petróleo para depender menos de la gasolina extranjera, y recuperar algo de esta crisis.
La meta del Ejecutivo es elevar la producción de barriles de petróleo refinados diarios para pasar de los 465,000 que se refinaban en febrero a un millón en Mayo. Cabe señalar que en abril se refinan 800,000.
El problema que representa esta medida es el de almacenamiento, tal como lo refirió Gabriela Siller, directora de análisis financiero para Banco Base, quien dijo: “Lo anterior ha llevado a que los tanques de almacenamiento, buques y oleoductos se saturen de manera acelerada, aumentando el nerviosismo entre los participantes del mercado”.
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