El fundador de los Zetas, Omar Treviño Morales, conocido como “Z-42” se convirtió en el líder de la organización criminal en 2013, después de que su hermano, Miguel Ángel, el legendario “Z-40” fuese capturado.
En 2015, “El Z-42” de entonces 38 años, fue detenido cuando llegaba a su acomodada casa en San Pedro Garza García, Nuevo León. Cuatro años después, fue sentenciado en un juicio a 18 años de prisión por el delito de lavado de dinero.
El legendario capo, capturado sin un sólo disparo, fue encarcelado en el Penal Federal del Altiplano, en el Estado de México. Desde ahí, su mayor arma ha sido, hasta ahora, los juicios de amparos.
Recientemente se dio a conocer que Treviño Morales recurrió a este recurso para evitar ser trasladado a otro penal y/o desterrado del país. El juez Décimo Cuarto de Distrito en Materia Administrativa le concedió la suspensión de plano contra cualquier posible orden de traslado o extradición.
Estados Unidos busca la entrega del narco con base en una orden de captura librada el 15 de mayo de 2009 por la Corte Federal del Distrito de Columbia, con sede en Washington, por cargos de exportación y distribución de cocaína y marihuana. La petición también incluye los nombres de su hermano, Miguel Treviño Morales , Jesús Enrique Rejón Aguilar, “El Mamito” y Jaime González Durán “El Hummer”.
De acuerdo con la Agencia Antidrogas (DEA) Omar Treviño coordinaba el tráfico de grandes cantidades de coca y marihuana en la frontera de Coahuila y recibía dinero en efectivo de las ganancias en territorio estadounidense.
La detención del “Z-42″ cobró importancia más que por el personaje, que siempre vivió a la sombra de su hermano y heredó el trono ya en plena decadencia, por la terrible hilera de cadáveres que arrastraba con la organización. A el líder criminal se le atribuye la matanza de 72 migrantes en San Fernando, Tamaulipas.
Omar Treviño llevaba en la organización de los Zetas desde el 2010, cuando se dio la ruptura con el Cártel del Golfo, al lado del cabo Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”. Después se convirtió en el coordinador financiero y administrador general de la organizació, pero cuando asumió el control absoluto del cártel no consiguió empatía con todos sus miembros.
El 24 de agosto de 2010, el Ejército encontró en San Fernando, Tamaulipas, 72 cuerpos tirados bocabajo, eran 58 hombre y 14 mujeres. Todos migrantes, la mayoría centroamericanos, pero también había ecuatorianos, brasileños y un indio. Estaban maniatados y sus cuerpos golpeados. Murieron de un disparado por la espalda.
Les habían disparado por la espalda. Tres días antes, el cártel de Los Zetas había secuestrado los dos camiones donde viajaban a la frontera con EEUU. Los llevaron hasta un rancho en El Huizachal, en San Fernando, donde los bajaron, ataron de manos y les dieron dos opciones: trabajar para el cártel o morir.
Sólo una persona aceptó el empleo, según el informe judicial. A los demás los golpearon y les vendaron los ojos para matarlos uno por uno. Los disparos fueron en la espalda y la cabeza. Hubo dos supervivientes, uno de ellos fue el ecuatoriano Luis Freddy Lala Pomavilla, que 24 horas después de la masacre llegó a un retén de la Marina donde informó de lo ocurrido.
Los Zetas eran conocidos por ser sanguinarios. Sus integrantes habían formado parte de un grupo de militares de élite. El principal territorio donde operaban era Tamaulipas y además del narcotráfico también se dedicaron al secuestro y la extorsión.
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