Es conocida como la cárcel más brutal de Estados Unidos y en días en los que la pandemia de COVID-19 mantiene a distintos países en cuarentena, ADX Florence, en Colorado ha endurecido sus medidas sanitarias.
“Se han suspendido las visitas a estas instalaciones hasta nuevo aviso”, señala la página web del complejo penitenciario, donde a pesar de que hasta ahora no se han presentado casos de contagio, los internos tienen que someterse a todas las medidas sanitarias del Buró Federal de Prisiones (BOP, por sus siglas en inglés).
El narcotraficante mexicano, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quien está preso en la también llamada Supermax desde julio de 2019, es uno de los que tiene que someterse a estas medidas.
De acuerdo con información del BOP, el hecho de que las visitas estén suspendidas no significa que los internos estén aislados del exterior, ya que a cambio tienen derecho a 500 minutos de llamadas telefónicas por mes, mientras dura la alerta por COVID-19.
“Las visitas legales (también) serán suspendidas por 30 días, momento en el cual la suspensión será reevaluada. Se permitirá la aprobación caso por caso a nivel local y llamadas legales confidenciales para garantizar el acceso a un abogado. Si se aprueba para una visita en persona, el abogado deberá someterse a una evaluación utilizando los mismos procedimientos que el personal”, advierte el BOP.
Al igual que en todas las prisiones del sistema federal, en ADX Florence los reclusos que presenten algún síntoma relacionado al COVID-19 deben someterse a mediciones de temperatura, que en caso de ser superior a lo normal, se les colocará en un área aislada.
Sin embargo, el documento no menciona si queda suspendida la hora que tienen los reos de prisiones de máxima seguridad para tomar el sol en el patio, que en el caso del Chapo Guzmán es adentro de una especie de jaula para que no entre en contacto con otras personas.
El fundador del cártel de Sinaloa cumple desde el 18 de julio de 2019 una sentencia de cadena perpetua a más 30 años en la prisión ADX Florence.
Esta cárcel está hecha para mantener a los reos en aislamiento, según han reportado organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, la gente no puede si quiera ver a otra persona adentro de la prisión más que a los custodios. De hecho las celdas tienen doble puerta para evitar el contacto entre reos.
Las celdas están hechas de concreto y miden 2.1 por 3.6 metros. La cama está hecha del mismo material, cubiertas por una colchoneta delgada. Además, tiene una ventana estrecha de un poco más de un metro de alto por 10 centímetros de ancho.
La estructura no permite que se escuchen sonidos y los reclusos deben usar grilletes, esposas y cadenas en el estómago cuando salen de sus celdas y siempre tiene que estar custodiados por un guardia. Se realizan recuentos al menos seis veces por día. Desde 1994, año en el que fue inaugurada, nadie ha logrado escaparse.
El reporte del Buró Federal del BOP, actualizado al 26 de abril, señala que en las cárceles del sistema federal 1,046 reclusos y 330 empleados han dado positivo en las pruebas por COVID-19, de los cuales, 390 reos y 124 trabajadores se han recuperado.
Las últimas declaraciones de los abogados del Chapo Guzmán señalaban que el narcotraficante estaba trabajando arduamente junto con los defensores para interponer una apelación ante las autoridades estadounidenses.
En su cuenta de Twitter, citando al abogado Jeffrey Lichtman, el periodista Keegan Hamilton, quien cubrió el llamado juicio del siglo, aseguró que el narcotraficante mexicano ocupa su tiempo libre trabajando en su apelación al juicio por el que fue condenado a cadena perpetua.
“(El Chapo está) ayudando, trabajando en el papeleo desde su celda” aseguró el defensor, quien sobre el juicio comentó que “era Estados Unidos tratando de demostrar al mundo lo especial y justo que era su sistema... Realmente pienso que falló”, publicó el periodista en febrero.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: